II

15.3K 1.8K 374
                                        

TAEHYUNG

Desperté el mismo día gracias a los golpes en la puerta y los gritos resonando por todo el lugar exigiendo presencia de todos en la cocina para desayunar. Creí <y desee> haber tenido otro mal sueño, otra pésima pesadilla, anhelando que toda aquella situación de Jimin y Hoseok fuese irreal y absurda, pero no había forma de que fuera a resultar así. Al entrar al baño como primera acción del día, ver ese mal panorama mañanero con mi nariz y ojos rojos, la cabeza comenzaba a dolerme de solo haber presenciado aquella mala imagen de primera hora. Había rostros divertidos y feos de mañana, pero hoy resulte deprimente, casi una imagen absurda de quien de verdad puedo ser. En el pecho se extendió una sensación de vacío, un vacío que llevaba meses ahí, que se había instalado sin anuncio, ni razón; que día a día crecía. Anoche, su incremento fue masivo. Como esperando por estallar en una madrugada de frío húmedo.

Lave mi rostro, restregando con especial efusión mis parpados helados con agua igualmente helada, y me cambie de ropa, recogí las sabanas del piso, de paso acomodé mi almohada en su lugar, notando, por obviedad, que estaba algo húmeda, demasiado para solo ser salivación nocturna. Suspirando salí descalzo de mi habitación caminando al lugar proveniente de risas, con el corazón oprimido dentro de mi pecho y el alma arrastrada detrás de mi, sin el mínimo interés en ponerse de pie. Unos pasos antes de entrar a la cocina me detuve. Si Seokjin, o quien fuera, me viese ligeramente desanimado en estos días, conllevaría a un cuestionario que no creo soportar, optando quizá por la decisión más cobarde, mi menos destacada osadía. Nuevamente, actuar para las personas que más quiero, a quienes prefiero mentir antes que afligir en esta temporada de ocupación a tope. Agotando de primera hora las pocas energías que había recargado en la noche y madrugada, entre haciendo algo de escándalo, a llevándome miradas de sobresalto, cansancio; y sonrisas discretas a mis estupideces. Menos Jungkook, el seguía en el mundo del sueño, su mundo adorado. Tome lugar a su lado quedando frente a Namjoon hyung y algo lejos de los dos enamorados, quienes se sentaron "lejos" el uno del otro, para evitar sospechas.

Todo el desayuno entre broma y estupidez que salían de mi boca y de todos colectivamente en algún punto del corto tiempo juntos para desayunar, las risas de los chicos, más bromas por parte de Jimin y Hoseok, y el verdadero despertar de Jungkook, me puse a pensar en el tiempo que ellos dos lograron ocultar su relación. ¿Desde hace cuánto? Y mas que nada, mortificando a mi corazón con el recuerdo de como veía yo a Hoseok hyung, como creía verme yo cuando le miraba. De igual manera que Jimin hace en este instante, sin ninguna vergüenza de ser atrapado en el acto, sin creer que algo otra cosa es siquiera poco más interesante que la existencia de quien le roba el aliento y alimenta su alma llenando su corazón de amor e iluminación, alejando su vida de la soledad gélida. Sin ser capaz de soportar esto por otro momento de mi vida más, me levanto dejando mis trastes en el fregadero, junto al vaso de esta mañana, me disculpo con la excusa más estúpida que tengo, sin pensar si tiene sentido o mis balbuceos bastan para no querer preguntar un asunto más a mi precipitada ausencia, y sin que digan nada estoy en el pasillo rumbo al armario de mi habitación. Es increíble como el vacío me asfixia al escuchar sus risas de nuevo, al escuchar a Jimin y Kook discutir por algo a lo que los demás causa gracia y que provoca felicidad al ver a todos sanos y normales, una felicidad que poco puedo declararme dueño, o huésped frecuente de ella. Una sensación que quema lento mi corazón, sin dejarlo sangrar, sin permitirme llorar.

Llego a la puerta que mi oprimente sentir me ha obligado a buscar, y aún mirando el suelo los escucho de nuevo, giro mi cabeza en dirección del ruido y descubro que Yoongi está de pie en la puerta de la cocina, medio dentro y medio fuera, Hoseok riéndose recargado sobre su hombro, repitiendo entre risas a silabas en suspiros entrecortados un chiste que Jungkook tiene el atrevimiento de imitar burlonamente; Yoongi hyung gira para mirar a mi dirección y conserva la sonrisa que todos en la cocina han logrado poner en su rostro. Al verme, puedo deducir por la decaída de su gesto que mi sola imagen cansada y que se escabulle lejos de la felicidad mañanera, le roba a él el espíritu que con los demás parece renovado. Casi haciéndome sentir culpable de matar su felicidad. Me deja ver lo suficiente en su rostro disgustado para saber que hay algo en el panorama del que soy parte que no le agrada, no le atrae, no le parece... normal. Mantengo la mirada en él y de a poco genero una sonrisa que creí no ser capaz de hacer en ese instante, siempre mirando esos orbes que no hay día en que no me parezcan tristes, temiendo que si huyo de sus ojos haga preguntas que nadie quisiera escuchar con una respuesta vacilante y torpe, mucho menos falsa, de mi parte. Parece creerse por un momento, esa sonrisa triste con ánimos de no ser cuestionada como algo real; no cree que mienta, no cree que este mal, no quiere creerlo porque no sabría como ayudar, ni siquiera si lo deseara hacer. Es una oportunidad que tomo para entrar a la habitación y encerrarme en el armario a llorar en silencio, llorar un desierto porque más agua ya no queda, como los otros días, deseando acabar con esta sequía.

Cuelgo en la puerta del armario una hoja blanca con las palabras: Dormir aquí es más pacífico hyung ^^ Esperando quedarme ahí los próximos cuarenta minutos que tenemos para prepararnos e ir a ensayar, o a una sesión de fotos, o a promociones en un programa de música, o realmente no sé a donde nos toque ir. Tan perdido que no me importa verme bien para nadie.

Seokjin hyung sabe que no me sacará de ahí, por la más simple <y quiero creer que respetuosa> razón de que acepta los actos tan infantiles como solo yo se causar en su vida... así que sin perder más tiempo, cierro con llave el armario y sofoco mis sollozos con mi almohada, aún húmeda, sintiéndome peor por un momento. Ahogándome en la soledad que yo mismo me provoco. Nadando en medio de la oscura soledad sin ánimos de querer sobrevivir un momento más, pero sin el valor necesario para irme realmente. Solo jugando con las palabras que en esta oscuridad nadie nota.

Aparentemente así lo creí.

Escucho la puerta de la habitación abrirse, y me obligo a detener esas lágrimas secas de sal, respiro como debe ser, intentando vivir hasta el momento en que sé una hoja se desliza debajo de las puertas del armario captando mi atención, y reconociendo esas como la luz titilante de mi mar negro. Sé de quien es la caligrafía tras unos instantes, y sé que sus palabras, a veces tan crudas y sin filtro, me lastiman más que consolarme, me hacen madurar. Y me gusta la preocupación que tres líneas de pocas palabras albergan. Ver la letra en la mayoría de las canciones hace que la recuerde, tal y como los consejos en esta; como en cada una previa a la actual entre mis dedos. Momentos después, escucho pasos que se alejan a la puerta, tomándose su tiempo en cerrarse con ligera turbulencia al interior del hogar.

Descansando del aterido vacío.

The Way I Love You | myg.kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora