Limerencia, limerencia es el estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra.
Ella nunca ha sentido eso que llaman amor. Es una primeriza y tan inocente... Con una curios...
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Santi
Un malestar no lo dejaba tranquilo, era continuo pero sabía que tenía que disimular cerca de su amigo sino quería perderle. Cada vez era peor y la culpa agrandadose y destruyendole por dentro pero sabía o creía que dentro de poco todo acabaría.
Ayudó a su mejor amigo a subir a su casa y lo dejó en el sofá con la pierna en alto.
— Mejor será que te pongas hielo — Dijo y sin esperar respuesta de Ares fue a por el.
Envuelto en un trapo se lo puso en el tobillo tras quitarle la venda.
— Duele, mierda — Se quejó el moreno.
— Eh, eh... Dios griego ¿tú diciendo palabrotas? No me jodas — Rió dejándose caer a su lado.
Ambos rieron y se quedaron en silencio por varios minutos hasta que el teléfono de Ares sonó. Sin disimular ojeó el mensaje de su compañero.
"¡Ares, el día acabó muy bien! Estoy empezando en Literatura el Romanticismo, ¿tu que opinas de eso? ¿Como terminó tu día?"
Abrió los ojos sorprendido, ¿esa chica se quería llevar a su amigo? No se lo iba a permitir y menos dejaría que le contestara en ese momento. Le arrebató el móvil y lo dejó bien lejos.
— ¿Que pasa contigo Hernández? — Gruñó de brazos cruzados.
— Esa chica, la tal... Ariel no creo q... —le cortó el de ojos gris recalcando su verdadero nombre— Pues Ashley, parecido —rodó los ojos— Te aleja de aquí —hizo un gesto con las manos para recalcar que quería decir de la vida real— Tanto mensaje te dará problemas y tu noviecita no lo sabe, ¿cierto?
Apretó los labios cuando su amigo no le contestó. Odiaba eso de él. Ares cuando alguien decía algo que consideraba una tontería optaba por no contestar y eso mismo estaba haciendo con él.
Santi tomó las llaves de su moto y el casco dispuesto a irse pero la voz grave de su mejor amigo lo detuvo.
— Primero, deja de especular sobre Ashley sino la conoces. Segundo, ella me da algo que vosotros no y no tengo porque darte explicaciones porque yo hablo y me hago amigo de quien quiero Santi —suspiró pasando sus dedos por su cabello— No me aleja de ningún sitio y... ¿que tienes tanto con Clara? Siempre la sacas, ¿sucede algo?
En ese momento el aire se le atoró en los pulmones siendo incapaz de decir algo coherente. Se puso palido y no sabía como afrontar esta situación. Si bien era un chico muy locuaz, Ares había conseguido desarmarlo y ni su mejor humor lo sacaría de ahí.
— Supongo que lo siento —habló cabizbajo— Desde hace días no estoy de muy buen humor.
— ¿Supones? — Atacó de nuevo y tragó duro.
— No, lo siento de verdad.
Ares asintió y Santi por fin respiró con calma, por unos segundos algo de tensión se fue.