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CAPÍTULO 2

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CAPÍTULO 2

Ares

Había llegado a su casa con un pequeño dolor de cabeza tras haber visto a aquella chica. Yacía tumbado en su cama y si cerraba los ojos, su rostro se le aparecía. Pálido con mejillas sonrosadas y unos labios delineados también color rosa suave pero lo que más llamó su atención fueron esos ojos tan vivaces pero a la vez apagados. Podía ver brillo en ellos pero este no llegaba a ella. Su cabello corto era castaño algo oscuro y no lo llevaba demasiado arreglado. Algo que también llamó su atención, cuando su novia se arreglaba el cabello siempre, cada dos por tres. Cosa que lo irritaba pero no decía porque la veía linda y no podía negarlo.

¿Habría guardado ella su número? No lo sabía pero si esperaba que lo hubiera hecho porque presentía que algo no iba bien... y no sabía como pero quería ayudarla. 

Era una de sus características. Ares siempre ayudaba a quien se le ponía por delante. Una vez un compañero de su clase se le encaró porque ayudó a su novia con sus estudios. Este embrollo acabó en una pelea a golpes ya que el otro chico no aceptaba hablar. Bueno, Ares lo tumbó y aun así lo llevó a la enfermería. Podría decirse que era uno de los populares pero no de los típicos de las historias donde este es un playboy. Ares destacaba por eso, por ser Ares.

Suspiró dejando su antebrazo en su frente. Además, ¿por que le llamaría o contactaría con él? Solo fue un desconocido que le brindó un poco de ayuda... Pero es que esa chica que no emitió palabra estaba completamente con la ropa mojada y manchada. Abrió un ojo y miró su chaqueta, la misma que le había prestado y por ello le había quedado un olor dulce a canela y a barro... Algo que no le importaba.

Puede ser que ella hubiera ido andando por esa hora y la hubieran mojado. Tan pronto como lo pensó lo desechó. Aquello tenía pinta de haber sido aposta... sino ella no lloraría...

— A-des... Ades... — Una pequeña voz captó su interés y sonrió quedando sentado en la cama. 

A pasos torpes un pequeño niño rubio de ojos grises se acercó a él chillando risueño. Él lo alzo y besó su mejilla mientras el niño lo abrazaba entusiasmado. 

— Luke, ¿como estás pequeño? 

— Bien — Soltó con su voz de niño pequeño haciéndolo reir.

Alzó a su pequeño primo en brazos sintiendo ese aroma a bebé y la suavidad de su piel. Tomó una pequeña libretita y ambos se recostaron en el cabezal de la cama. Él comenzó a leer quedamente.

— Luke, ¿sabes qué significa serendipia? —el pequeño rubio negó varias veces con la cabeza— Es... como cuando estas buscando un juguete nuevo y llega uno que te gusta mucho y que será bueno para ti cuando menos lo esperas...

El pequeño observaba a su primo con la boca formando una "o". Este rió y nego con la cabeza revolucuionando su cabello. 

Centenares de palabras y nadie con quien compartirlas...

LimerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora