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CAPÍTULO 3

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CAPÍTULO 3

Ares

El sonido de su despertador había comenzado a sonar y a vibrar siendo más insoportable. Como sanguijuela intentaba buscar el dichoso aparato pero no había forma de que este estuviera por la mesita de noche. Con un gruñido lo encuentra bajo la almohada y para el escandaloso sonido. Anoche este recibió un mensaje pero andaba tan cansado que no pudo leerlo sin antes quedarse dormido.

Con un bostezo y algún estiramiento para destensar sus músculos decidió ver quien le molestó a esas horas. En su mente nadaban dos nombres: Santi o Clara. Pero para su sorpresa no era de ellos, era un número desconocido. ¿Quien le mandaría algo como aquello? Un "d". Si fuera alguien que se hubiera equivocado no sería una sola letra. Cabiló pero recién levantado no era muy espabilado asi que con desgana fue a prepararse un café con leche. Sentado en la isla sorbiendo la aromática y despertadora bebida miraba el mensaje una y otra vez hasta que su cabeza hizo un "click".

— La chica del callejón... — Susurró para si mismo y apresurado tirando su taza derramando el líquido tomó el aparato para teclear un mensaje de texto.

"Hola, debes de ser la chica del callejon. Recibí tu insólito mensaje y me preocupé ya que recién lo leí. ¿Va todo bien? ¿Ha pasado algo?"

Resopló para cuando lo envió y no recibió respuesta inmediata. Eso lo odiaba. Siempre quería que le respondieran al momento porque si era algo urgente o de preocupación sus sentimientos aumentaban hasta desbocarlo.

Clara, su novia, una vez que quedaron se quedó dormida debido a su resfriado y él sabía que no se encontraba muy bien. Pero ella le insistió tanto que acabó aceptando. Al no llamarle se alteró y preocupó tanto que la llenó de mensajes y como no respondía se acentuó su nerviosismo y fue a buscarla. En ese sentido era algo exagerado pero estaba justificado.

El tiempo pasaba y solo miraba las manecillas del reloj torturándose. Su madre se acababa de levantar y saludarlo con un beso en la frente y él ni en cuenta. Estaba demasiado pendiente del móvil. Bufó y recogió la mesa para ir a lavarse los dientes. Tanto era su curiosidad o algo más por saber de ella si estaba bien o que le sucedía que se llevó el aparato al baño. Mientras se enjuagaba el móvil yacía en el lavabo. Este vibró y casi se resbala hacia el grifo abierto de no ser por su pecaminosa rapidez.

¡Era un mensaje de ella!

"Yo no quise enviar eso... Fue un error, lo siento."

Rápidamente le contestó.

"No te preocupes. Si estás bien, todo va bien. Por cierto, no se tu nombre."

Esperó y esperó y la respuesta nunca llegó. Eran las 12:45 de la mañana y sin conocer su nombre se fue a una cafetería donde había quedado con Santiago para charlar un rato por petición de este. No se negó pero si le extrañó un poco. Antes si salían ellos dos solos pero al juntarse con los demás y que él saliera con Clara no tenían charlas a solas. De amigo a amigo, de confidente a confidente.

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