Limerencia, limerencia es el estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra.
Ella nunca ha sentido eso que llaman amor. Es una primeriza y tan inocente... Con una curios...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ashley
La puerta había vuelto a sonar. Dos golpes. Ashley tomó el pomo y abrió dejando medio cuerpo a la vista, siempre lo hacía, por precaución. Ante ella estaba el chico de cabello acaramelado con una cartulina grande donde estaba escrito << Felicidades rarita >>. Ella sonrió ampliamente preguntándose como es que Santiago sabía que era su cumpleaños. En su arrebato de felicidad corrió hacia el chico abrazándolo escondiendo su rostro en su pecho debido a los centímetros que le sobrepasaba él en altura. Sintió como reía y la abrazaba con fuerza de vuelta.
— Feliz cumpleaños rarita —murmuró sonriendo— ¡Te traje un regalo!
Ella se separó tímidamente buscando en las manos del chico algún regalo pero no encontró nada hasta que se hizo a un lado. Ashley mordió su labio inferior al ver su regalo.
— ¡Dios griego acércate para que pueda entregarte! — Bromeó Santi haciendo que Ashley riera bajito y que Ares rodara sus ojos.
El joven de cabello castaño algo revuelto, ahora, se aproximó hasta quedar a la altura de Ashley.
— Ashley, Ares me comentó que era tu cumpleaños —le guiñó un ojo— ¡Me encantaría unirme a tu fiesta pero debo ir a entrenar! —torció el gesto y ella negó haciéndole ver que no importaba— Te debo un helado — Puntualizó guiñándole un ojo.
Así el chico se marchó a paso apresurado hacia su entrenamiento. Ashley lo vio partir pensando en lo que había dicho. ¿Fiesta? Ella no tenía ninguna fiesta, este día pasaría como otro cualquiera o incluso algo más triste.
— Felicidades serendipia — La interrumpió Ares atrayéndola a sus brazos.
Sonrió y rodeó su espalda con sus delgados brazos mientras él la apretaba más contras su cuerpo. Olía muy bien, esa colonia que usaba le gustaba mucho. No supo cuanto tiempo estuvieron abrazados pero fue su abuela quien los interrumpió. Ashley se sonrojó fuertemente y quiso separarse bruscamente pero Ares no se lo permitió. Envolvió con su brazo sus hombros y sonrió a la señora mayor. Ashley vio la escena en silencio. Creía que Ares no recordaba su cumpleaños.
— Jovencito espero que no vengas a raptar a mi nieta porque hoy es su cumpleaños y vamos a celebrarlo — Sonrió y ella vio como se formaban más arruguitas en su rostro.
También creyó que su abu no sabía nada.
— ¡No, no señora Marga! — Alzó la voz algo sorprendido su amigo y ella rió por su nerviosismo.
Su abu estaba jugando con Ares. Lo tomó de la mano y lo arrastró dentro de la casa junto a la señora mayor.
— Era broma hijo, ¿te quedas a cenar? — Ashley miró a su abuela sorprendida.
Ares rió por su reacción y asintió encantado.
— No me perdería el cumpleaños de Ashley por nada — Ella se sintió observada y asi era, esos ojos grises la estaban viendo con ternura.