Capítulo 28.

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Y estallamos en una gran carcajada. La chica de Niall, que siendo sincero me recuerda muchísimo a Maggie, es toda una cómica. Mi sentido de hacer el ridículo y de hacer reír a los demás es espectacular, pero el de ésta española es todo una bomba. Es verdad cuando dicen que los españoles son todos unos putos cachondos, son simplemente geniales. Su estatura es mediana y una piel morenísima resalta en el salón. Además, aunque sus ojos son marrones mates, brillan más que los míos, incluso. Tal vez ese afán de querer siempre reír y estar de broma es lo que hace verla tan encantadora y con tales ojazos.

Niall pasa su brazo por el respaldo de la silla de Silvia y ella, tímidamente, acepta su proposición de beso haciendo que apartemos la mirada todavía con el peso de sus chistes en la boca.

-Ha sido un placer conocerte, Silvia – cojo su mano y la beso, haciéndome el interesante y, sobre todo, cabreando a Niall.

Puedo decir que aún más que cuando le he contado que ayer me acosté con Gala. No es que prefiera que lo haga con Maggie, o que no le haga daño a esa pequeñaja, sino que Gala le cae tan sumamente mal que a veces tiene atisbos de ir a matarla. Ella se toma a broma los piques que tienen cuando se encuentran, pero él no. Aunque, desde que ella lo avisó por lo de ayer por la noche, también puedo decir que Niall ha bajado la guardia.

-Te he dicho que me llames Silvi – me dice sonriente.

-Silvi, pues – le devuelvo la sonrisa.

Un Niall que está recogiendo la mesa por detrás, también está pendiente de la despedida de nosotros tres.

-Pero… - se le nota confusa -, ¿os vais ya?

Los chicos y yo nos miramos obvios.

-Claro. No queremos estar más rato dando por culo, ¿no, Niall? – río asomando la cabeza por el hombro de Silvia y sonriéndole a mi amigo.

-¿No lo ibas a decir? – se gira ella hacia el rubio.

Y de momento, el de piel blanca se queda de piedra y con los botes de cerveza vacíos haciendo malabares solos en sus manos. Cuando caen, él se despierta y los recoge torpemente.

Al nosotros saber que un Niall nervioso es sinónimo de problemas, cerramos la puerta de la entrada que habíamos abierto.

-¿El qué, rubio? – se me adelanta Harry.

Liam sale de la cocina al escuchar que volvemos a quedarnos en casa.

-¿No os ibais? – nos pregunta extrañado, secándose las manos con un trapo de cocina.

-Tu hermano nos tiene que decir algo – dice Zayn.

-¿El qué? – pregunta Liam de la misma forma en la que nos hemos quedado nosotros.

Niall entra en la cocina para dejar los botes y luego sale pasando las manos por sus vaqueros caídos. Nos hace una seña para que tomemos asiento en el sofá y coge a Silvia de la mano, la cual le regala una sonrisa cariñosa que demuestra que pase lo que pase estará allí con él.

-Bueno… en realidad… la cena era para presentaros a esta preciosidad – dice dubitativo y rodea a su chica por la cintura -, pero también para un asunto que me he estado planteando desde que le pedí salir y desde que conocí que no se quedaría aquí para siempre…

Todos, incluido su hermano también confundido, nos miramos.

-Dentro de una semana me voy a España.

-¡¿Qué?! – saltamos del sofá a la vez y al rato de procesar la información.

Y entonces, por un momento, una corriente de aire frío me recorre todo el organismo como mala señal. Un presentimiento acaba de llegar a mi mente realmente malo y muy por dentro me enfado muchísimo por lo que va a hacer. Sin embargo… yo daría lo que fuese por que Niall fuera feliz el resto de su vida.

angst || l.tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora