Capítulo 24.

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-¿Estas loca?-Le pregunte sonrojada.

-No lo está, de hecho deberías hacer eso. O si no simplemente te le declaras -Concordó Johny como un idiota sin saber que de el hablábamos.

Todos asistieron.

-Entonces ¿como es eso?-Pregunto Johny -¿Te gusta Alejandro y te gusta el otro chico?.

-Alejandro ya no me gusta -Aclare.

-¿Podría ser que el chico que te gusta es Fabián?-Me pregunto.

-¿Quien es Fabián?-Preguntaron Saray y Camila.

-Un muchacho guapo que trabaja en una biblioteca-Respondí.

-¿Que te gusta...-Agrego Johny.

-¡No me gusta el!-Grite.

-Entonces ¿quien?-Pregunto.

-No te lo diré.

-¿Por que? ¿Te rescate de un fantasma y no me lo dirás?.

Lo mire.

-¿Me rescataste?.

-Es cierto.-Dijo Johny agachando la cabeza -Tienes derecho de no confiar en mí.

-Ella ni siquiera nos dijo a nosotras.-Dijeron Saray y Camila.

-¿Eh?-Pregunto Johny.

-Nosotras nos enteramos por nuestra cuenta -Dijo Camila.

-¿Quien les dijo?-Pregunto Johny.

-No era necesario que alguien nos dijera-Dijo Saray.

-Se notaba a simple vista-Comento Camila.

-¿A simple vista?-Pregunto Johny.

Lo mire algo indignada. Ni siquiera se le pasa por la cabeza que pueda ser el.

Sonó un teléfono, diría más bien que dos.

-Es mi mamá -Dijeron Saray y Camila y luego se miraron con cara de enfadada. Contestaron.

-¿Mamá?-Se les escuchó decir a cada una dirigiéndose a distintos lugares de mi casa.

-Parece que tienen problemas-Me dijo Johny.

Lo mire.

-¿No tienes ninguna idea de quién pueda ser el que me gusta?-Le pregunte.

-Podría seguir gustandote Alejandro, o podría gustarte Fabián,o Felipe, o Mateo,o Benjamín, o Jake, o Lucas...

-¡Ni siquiera los conozco bien! Sólo se que te obligaron a declararte...-Grite poniéndome de pie (estaba sentada) y me afirme en la mesa.

-Bueno, es que no se me ocurre nadie más-Me dijo subiéndose los lentes.

-¡Nos tenemos que ir!-Escuchamos de ambas, que se estaban acercando a la puerta.

Las miré y luego volví a mirar a Johny. Camila y Saray se marcharon.

-Eres muy imbécil...-Susurré sentándome.

-Me lo dices muy a menudo.

-¿Como puedes ser tan lento?...-Volví a susurrar.

-¿Katherine?-Me pregunto.

-Ni siquiera te das cuenta de que...de que...-Dije y subí a mi habitación. Cerré la puerta con pestillo y me aferre con mi almohada.

-¿Katherine...?-Escuche que pregunto del otro lado de la puerta.

Lo ignoré.

-Mira, se que puedo ser de lo más idiota, lento puede que sea, pero no más que tú -Rió-Pero, si tu no me dices nada ¿como voy a saber que quieres decir?.

Corazones De Origami ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora