Corazones De Origami ©

Capítulo 26.

Busqué la salida del colegio y me fui. Al final ni siquiera barrimos completamente la sala, la dejamos igual, quizás hasta mas sucia.

-¿Ya te vas?-Escuche de una voz que estaba cerca de mí, podría reconocerla al sólo oírla. Era la de Alejandro. Estaba frita.

Me voltee y le sonreí lo más inocente que pude.

-Jaja, sí, ¿tú qué haces aquí?, pensé que ya te habías marchado.

-Pensaba lo mismo de tí -Me respondió, tenía un tono deprimido y su cara estaba algo cubierta por su pelo. Se veía triste.

-Ah, sí, la profesora nos había dicho que barrieramos la sala.

«Me arrepiento de haber dicho "nos"»

Se quedó callado mirando algo que no era yo, ese algo estaba en el suelo.

-Una rata-Me dijo sombrío apuntando con su dedo índice detrás de mí.

Grite y se rió como un tonto.

Lanze un bufido. Fue una broma, y me asusto mucho.

-¡Tú nunca cambias!No importa lo que hagas te sale gracioso-Me dijo sonriendo, su cara cambio.

-Gracias.

-Adiós-Me dijo golpeándome suavemente en la cabeza y adentrándose al colegio.

-¿No te irás?-Le pregunte.

-Iba a hacer eso pero recordé que tenía algo que hacer.

-Ah.

-Katherine -Me dijo parando de caminar.

-¿Hmm?.

-Aún me gustas.

Me quedé parada y el seguía caminando alzando su mano hacia arriba diciéndome chao.

Mi yo de antes hubiera correspondido a ese "aún me gustas", pero la yo de ahora le dijo algo parecido a el idiota de Johny.

Me dirigí hacia mi casa pensando en nada. Con nada me refiero a Johny, y con Johny me refiero a un Idiota. Así que en realidad iba pensando en un idiota. Eso de pensar en un idiota se había vuelto en uno de mis hobbits preferidos ,y al que cual siempre recurro inconsientememte cuando estoy aburrida.

Me dió como un dolor en el corazón, y me sentí sola. Llegué a mi casa. Abrí la puerta y entre. Mi sensación de soledad se calmo un poco al ver a mamá. A mamá fue a lo primero que vi, luego de eso me di cuenta de qué estaba ordenando la mesa.

-Hola-Saludé.

-Te ves mal-Me dijo mamá llevando unos platos a la cocina.

-¿Mal?-Pregunte.

-Pésimo, diría yo.

-¿Me creerías si te digo que creo que Johny se ha dado cuenta?-Le pregunte con la voz temblorosa.

-¿Crees?.

-¡No lo sé!-Grite tirandome al suelo.

Sentí que me abrazó.

-No me sorprendería que se haya dado cuenta-Me dijo riendo un poco.

-¿Por que lo dices?.

-¿Sabes?, en la mañana, cuando te fuiste, me estuvo preguntando un buen rato si yo sabía quién te gustaba, insistió mucho y luego se tiró a la mesa agotado y susurro "a veces me hace creer que le gusto yo".

-¡No quiero que sea así!-Grite.

-Pero, querías que se diera cuenta ¿no?.

-¡Quería!, ¡Sí que quería!, Pero ahora estoy pensando en que no tengo idea de que haré al estar cerca suyo. ¡Imaginatelo! Vive en mi misma casa -Volví a gritar.