Capítulo XXXIX: Terapia intensiva

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Después que el ambicioso de Robinson encontrara su herencia y la carta con la que humillaría a Marcos, se dirigió de inmediato a la mansión y convoco a todos en la sala; todos reunidos, Anastasia, Cesar, Gilary, Ricarda, Laura, Marcos, Doña Esmeralda, Estelita y Julio; Robinson comenzó a decir: -Señores, les tengo buenas noticias, a partir de hoy soy un hombre rico, poderoso y muy importante, porque seguiré siendo el presidente de las cervecerías, hasta que Cesar se logre casar; encontré la herencia que me dejo oculta el viejo Octavio y adivinen que sorpresa me dejo. -saco la carta de su bolsillo y se la entrego a Cesar- Esto es para ti bastardo, allí esta escrito como tu papa describe a tu querido hermano.

Marcos ofendido le arranca la carta de las manos a Cesar y comienza a leerla, al terminar de leerla se da cuenta que su padre no hizo más que verlo como un asesino, que nunca le creyó que el era inocente, su padre siempre pensó que el mató a su prima Estefanía; se le salieron algunas lagrimas de rabia e impotencia pero se armo de valentía y fingiendo que no pasaba nada cuando en realidad su alma se estaba partiendo en pedazos por dentro de el, dijo: -Saben que todos ustedes son unos farsantes. -arrugó la carta y la lanzó al suelo- No me importa lo que ese viejo decrepito halla escrito en esta carta, yo soy inocente porque no he matado a nadie, ¿no es así mama?, ¡tu mas que nadie lo sabe!. Dijo Marcos dirigiéndose a Doña Esmeralda

Doña Esmeralda se puso muy nerviosa pero le dio la razón a Marcos diciendo: -¡Es verdad!, mi hijo pago por un crimen que el no cometió, ¡porque el no mató a Estefanía!.

-¡¿Entonces quién mato a mi hermana?!. Preguntó Anastasia muy confundida.

Marcos respondió: -Pues Anastasia ¿quien más?, alguien que halla querido que yo me separara de ella, alguien que no le convenía nuestro romance, y no se asusten porque yo se perfectamente quien mato a Estefanía y en el momento más importante lo voy a hundir ¡y es allí cuando se acabara mi venganza!.

En ese momento Doña Esmeralda se puso pálida, sus ojos  se pusieron tan rojos como una fresa y por su apariencia parecía no respirar; Gilary y Cesar la tomaron por los brazos sentándola en el viejo sofá, mientras Ricarda fue por un vaso de agua.

Marcos se quedó inmóvil viendo como todos trataban de reanimar a su madre que al parecer le había dado un infarto, su mundo se quedó en blanco y comenzó a darle vueltas, los recuerdos de cuando lo encontraron con el cuerpo de Estefanía y fue a la cárcel estaban rondando por su cabeza y las voces de todos lo que lo acusaban lo aturdían, cayó de rodillas al suelo mientras colocaba sus manos sobre sus orejas para tratar de no escuchar esas voces pero eran inevitables, al fondo podía escuchar la voz de Anastasia que decía: -¡Marcos muévete!, tu madre esta grave, ¿te pasa algo?; pero del mismo modo esa voz se distorsionaba con la de Estefanía que le decía: -"por siempre juntos, por siempre juntos y por siempre juntos".

Marcos terminó de caer inconsciente sobre el suelo, pero la prioridad era Doña Esmeralda, así que nadie se había fijado en el; llegó una ambulancia y se la llevaron al hospital para tratar de reanimarla, todos se fueron al hospital con ella, excepto Marcos que había sido golpeado por sus recuerdos hasta quedar totalmente inconsciente.   

Al llegar al hospital, los médicos introdujeron a Doña Esmeralda al quirófano, por esta vez lograron estabilizarla, pero dieron la orden de que no podía tener emociones tan fuertes porque le podía repetir un infarto de mayor gravedad, por lo tanto iba a quedar internada hasta que se recuperara del todo.

Anastasia decide partir a la mansión, pues estaba muy cansada, además quería ver porque Marcos no había ido a ver a su madre al hospital; llega a la mansión y baja de su lujoso auto, la mansión estaba totalmente sola y comenzó a llamar a Marcos pero este no le respondía; continuó buscando por las habitaciones sin conseguir nada, al parecer Marcos había desaparecido, muchas cosas pasaron por la mente de Anastasia, que si Marcos se había suicidado, había huido, entre otras; pero aún así no perdió la esperanza de encontrarlo en buen estado. Ana recordó que a Marcos le gustaba ir al jardín así que rápidamente se dirigió a el.

El Fantasma de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora