Capítulo II: El Asesinato

144 11 1
                                    


Pasaron las horas y los amigos del alma se bañaron para quitar toda la sangre que les quedaba en su ropa.

Estefanía se alistó para el concurso pero estaba muy asustada, pensaba que alguien podría descubrir el asesinato que cometieron, ella era la más buena, honesta y sincera de los amigos del alma y pensaba que ella misma con sus nervios se podría delatar.

Todos los amigos del alma vuelven a reunirse para darle la buena suerte a Estefanía antes de que saliera en su traje de gala, un vestido hermoso como nunca se había visto en el reinado de San Sebastian, un deslumbrante trabajo de Vera Wang con mangas en color blanco, tan blanco como la luna, ajustado en la parte superior de manera que resaltaba su hermosa silueta, con millones de diminutos cristales de Swarovski que se dispersaban por todo su pecho y descendía por su espalda terminando en un larga cola de seda que arrastraba por el piso. 

Estando con sus amigos, ella asumió que estaba muy nerviosa y le iba a contar todo a la policía después de que terminara el concurso quizás la policía los entendiera, porque fue en defensa propia, todos se negaron e incluso Laura que fue la víctima, le dijo a Estefanía que no lo hiciera.

Laura le dijo: "¡No lo hagas, Estefanía! Si le cuentas todo a la policía, nos puede ir muy mal, en especial a ti."

"Si lo haces no vas a tener corona, ni mucho menos una vida" dijo Altamira.

Marcos contestó y trató de convencerla diciendo: "No lo hagas, Estefanía, por lo que tú y yo sentimos."

Robinson le dijo: "Si lo haces, estaremos perdidos. Por favor, Estefanía, recapacita."

Estefanía les respondió: "¡Si lo haré! ¡Lo haré por mí y ya! -luego, todos se retiraron.

La noche del 31 de marzo, se alzó la bella Estefanía con la corona del pueblo. Era la mujer más bella de San Sebastián, pero su preocupación la iba a delatar.

Luego que la coronaran, se apagaron todas las luces de la mansión Maldonado de la Rosa y de los campos de las cervecerías, todos los amigos del alma habían desaparecido y en el fondo se escuchaba el lamento de una mujer diciendo: "¡Ayuda, por favor!"

Al resolver el conflicto con la electricidad, aparece Laura limpiándose las manos, Robinson nervioso, Ricarda acomodándose la ropa, Isabel sonriendo, Altamira diciéndole algo en el oído a Ricarda; pero Marcos ni la joven Estefanía aparecían.

Al abrir la puerta de la mansión, todas las personas comenzaron a decir: "¿Qué se habrá hecho nuestra reina de San Sebastián?"

Los viejos Maldonado, Don Octavio y su esposa estaban felices porque por segunda vez se ganó la corona una mujer de la familia, ya que Doña Esmeralda fue la reina de San Sebastián en el año 1976.

Ricarda se dirige al estudio de la mansión porque escucha unos lamentos de dolor; al abrir la puerta del estudio encuentra a Marcos bañado de sangre cargando el cuerpo de su prima Estefanía.

"¡¿Qué hiciste, Marcos?! -le dice Ricarda muy asustada y nerviosa.

Marcos desesperado le responde: "Ricarda, yo no hice nada, te lo juro ¡Ayúdame por favor! ¡Estefanía está muerta!"

Pero Ricarda salió corriendo, gritando por toda la mansión: "¡Nooo! ¡La noche más bella del pueblo se convirtió en la más fea! ¡Marcos mató a Estefanía!"

Todos subieron rápidamente al estudio y encontraron a Marcos con el cuerpo de Estefanía en sus brazos.

Marcos nervioso les dice: "¡Yo no fui! Tienen que creerme, yo soy inocente, por favor créanme.

Pero todos lo acusaban.

Llegó la policía a la mansión y agarraron a Marcos para trasladarlo a la cárcel, mientras que los forenses retiraban el cuerpo de la reina, esta fue asesinada con un alambre, que la ahorcó y le cortaron las venas para que se desangrara.

Marcos al salir de la mansión con las esposas en las manos, muy dolido dijo: "¡Por favor, tienen que creerme! ¡Yo no fui! ¡Soy inocente! -pero nadie le creía.

Entonces se armó de valentía, rabia y decepción diciendo estas palabras: "Algún día voy a regresar y ¡todos me las van a pagar! ¡Se los juro!"

El Fantasma de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora