Capítulo LVI: La Fuga

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Dos días después...

Gilary le manifiesta a Cesar su preocupación por lo que fuera que tratara de hacer La Reina para separarlos, pero algo si estaban claro ellos, que pasara lo que pasara, no se iban a separar porque su amor era tan grande que era mas fuerte que lo que se podía aparentar.

Doña Esmeralda aún seguía en estado de coma, solo la mantenía en vida eran aquellos cables a lo que estaba conectada, los médicos decían que era mejor desactivarla y dejarla descansar pero Gilary se negaba, tenía la esperanza de que Doña Esmeralda regresara y todo volviera a la normalidad.

en la tarde, Los amigos del alma: Ricarda, Laura y Robinson; fueron al psiquiátrico a visitar a Estelita, allí estaba Julio, muy agotado, aún estaba tan mal por lo que le había pasado a la pequeña Lady y por lo que ahora estaba enfrentando Estelita, su ataque de locura; Ellos le dijeron que se fuera a descansar que le prometían cuidar muy bien a Estelita, lo cual el no duro ni un segundo en aceptar, ya que tenía muchos días sin tomar ni siquiera un pequeño descanso.

Ellos entran a la blanca habitación acolchonada donde se encontraba Estelita, esta estaba viendo a la pared y al sentir los pasos dice dirigiéndose a ellos: -Cierren muy bien la puerta, no quiero que Julio escuche.

Ricarda muy asustada porque no sabía que tramaba Estelita le dice: -Puedes estar tranquilita y relajadita mi Estelita bella, no intentes de hacer nada, mantente serenada -respiro profundo y exhalo.

Estelita se levantó y caminó hacía ella, Ricarda estaba fría y muy nerviosa, Estelita la miro a los ojos y le grito: -¡Boo!. Ricarda pego un grito muy fuerte y salió corriendo a los brazos de Robinson.

Robinson la jalo por el brazo y le dijo: -Compórtate Ricarda, no vez que ella solo esta jugando con nosotros.

-Ay que alivio, pensé que se le había metido el espíritu de Estefanía e iba a matarnos a todos aquí. Dijo Ricarda exhalando una buena cantidad de aire

-¡Por favor Ricarda!, ya basta de tus idioteces, Estelita esta mal chica, pero no es para tanto, acaba de perder a su hija.

Estelita solo los miraba a todos desesperadamente, con una mirada tan infernal y de indignación que parecía quererlos ahorcar: -¡¿Qué hacen aquí malditos?!, ustedes son unos traidores, son unos desgraciados, maldita la hora en que los conocí a todos, me dan asco y ahora díganme pues, ¿Quién de ustedes me hizo esto ah?, ¿Qué les hice yo para que ustedes me destruyeran la vida de esa manera?.

Estelita se empezó a alterar y Laura comenzó a decirle: -Trata de calmarte Estelita, nosotros somos incapaz de hacerte algo así, tu eres nuestra amiga, por eso estamos aquí porque te queremos ayudar a salir de aquí, porque creemos en ti amiga.

-No traten de comprarme con esas malditas palabras, ustedes no son amigos del alma y por eso cada vez quedamos menos, porque uno de nosotros nos esta matando, primero Altamira, luego Isabel y por ultimo Marcos, claro la que seguía era yo, pero el trabajo les salió muy mal. Dijo Estelita muy indignada

-No pienses eso, -Dijo Robinson- Las cosas no son así Estelita, si hay alguien que nos quiere destruir a todos, pero yo no creo que seamos nosotros mismos, nosotros cumplimos las promesas, sino que lo diga Laura, todos nosotros hemos guardado el secreto de la moneda de San Sebastián.

-Así es Estelita, eso te lo recordamos para que veas que nosotros, si cumplimos -Dijo Ricarda

Pero Estelita estaba muy dolida y empezó a Recordar: -Maldigo ese día, porque por ese maldito día comenzó todo, Pedro se debe de estar quemando en su propio infierno, pero el se busco que lo matáramos, porque todos eramos tan unidos que no íbamos a permitir que nos hicieran daño a ninguno de nosotros, Laura si ese desgraciado no te fuera violado, nada de esto estuviera pasando.

¡Cállate! -Exclamó Laura- No recuerdes ni un momento más de ese maldito día, me da asco el solo recordar a ese desgraciado mal viviente sobre mi.

-Yo creo que Laura tiene razón -Dijo Robinson- es mejor dejar el pasado atrás.

Ricarda sacó de su bolso una ropa casual de Estelita y arrojándosela le dijo: -Ponte eso rápidamente, te vamos a sacar de aquí.

Mientras Estelita se estaba vistiendo Laura añadió: -Que esto sea una nueva alianza para los amigos del alma ¿aceptan?.

-Por supuesto que aceptamos -dijo Estelita en nombre de  todos- Pero ya vamos, no quiero estar ni un minuto más en esta pocilga.

Todos rápidamente salieron de la habitación y distrayendo a las enfermeras lograron escapar del psiquiátrico. 

Al llegar a la casa estaba Anastasia sentada en el sillón y al ver a Estelita llegar se levantó y dijo: -¡Dios santo!, ¿como saliste de allá Estelita?.

Estelita se quedo mirándola fijamente a los ojos con una mirada de odio y de un momento a otro le saltó encima agarrándola por los cabellos, Robinson trato rápidamente de separarlas pero Estelita tenía mucha fuerza, así que al escuchar los ruidos Cesar bajo y ayudo a separarlas.

-¡Maldita perra! -Dijo Estelita llorando- Tu acabaste con mi vida, desgraciada.

En eso bajo Julio que estaba medio dormido y dice: -¿Pero que esta pasando aquí?, ¿alguien me puede explicar como rayos saliste del psiquiátrico Estelita?.

-Nosotros la sacamos -dijo Laura- Mi amiga no esta loca y por eso la sacamos de ese lugar

-Viéndolo bien, mejor la fuéramos dejado. Le susurró Ricarda a Robinson.

-Ustedes no debieron hacer eso -Dijo Julio agarrando muy fuerte a Estelita por el brazo- mi esposa necesita recuperarse, así que ahora mismo me voy al hospital a internarla de nuevo.

Estelita se negó totalmente y arrodillándose le suplicó a Julio: Por favor mi amor, no me lleves de nuevo a ese lugar, mírame bien yo no estoy loca, yo te juro que yo tratare de comportarme pero por favor no me regreses a ese lugar.

Todos guardaron un poco de silenció mediante esa escena, hasta que Cesar miró fijamente a Julio y le dice: -Julio no lo hagas, Estelita suena muy sincera.

-Esta bien -Dijo Julio- pero tu me vas a prometer que te vas a tomar todas tus medicinas al día, y que vas a hacer todo lo posible por recuperarte.

-¡Te lo juro mi amor!. Dijo Estelita abrazándolo muy fuerte

Julio se la llevaba a su habitación, pero Anastasia le dijo: -¡Estelita!...; pero Cesar la interrumpió y le dijo: -Por favor Anastasia, ya fue suficiente.

-Cesar yo solo quería decirle que yo no lo hice, ¿tu si me crees verdad?.

-Claro que te creo prima, yo se que tu no eres capaz de ser la maldita Reina, porque tu me ayudaste a encontrar al amor de mi vida, Gilary, y siendo así, no creó que seas capaz de separarnos.

-¿Como dices eso Cesar? -Dijo Ana- Si yo hasta estoy más feliz que ustedes por esa pareja tan bella que son.

Cesar abrazándola le dijo: -De verdad gracias Ana, de verdad muchas gracias.

El Fantasma de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora