Capítulo XXVII: La Confusión

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Todos con ansias esperaban que el fiscal llegara para que diera el veredicto de quien era el sucesor de Robinson como el presidente de Las Cervecerías de La Rosa, por supuesto todos los amigos del alma estaban demasiados preocupados por quien de ellos o quien otro iba a ser el nuevo presidente.

Pasan 3 horas y el fiscal nada que llegaba así que todos decidieron irse y cuando el fiscal llegara los citaran de nuevo.

En la mansión Maldonado se encontraba sola la señorita Gilary cuando derrepente se le aparece el fantasma de la señorita Estefanía con lagrimas en los ojos, Gilary quedo totalmente inmóvil parecía una estatua de yeso, pero saco toda la valentía que quedaba dentro de ella y le dijo: -¿Qué es lo que quieres Estefanía?, tu estas muerta, ahora déjame ser feliz a mi con Marcos.

Por supuesto el fantasma nunca le respondía solo le hacía señas, esta vez le señalaba una orquídea azul que Marcos le había regalado.

-¿Qué pasa con mi orquídea?, ¿acaso me quieres decir algo de Marcos?.

El clima se ponía mas intenso y escalofriante pero aún así Gilary le dijo: -¡Ya lárgate a donde te tienes que ir!

El fantasma le señalaba hacía la puerta de la habitación, con intención de que Gilary la siguiera.

-¿Quieres que te siga?, pues no lo voy hacer, porque tu solo me apareces cuando alguien va a morir o cuando algo malo va a pasar.

El fantasma de Estefanía insistía en que Gilary la siguiera, y sus lagrimas caían cada vez mas por su transparente rostro.

Gilary desesperada se lanzo en el piso a llorar y dijo viendo la entidad: -¿Es mi mama verdad?, ¿ella es La Reina?, ¿ella es quien se disfraza de ti para matar a todos?.

De un momento a otro el fantasma de Estefanía desapareció, solo quedaba la orquídea azul que Marcos le había regalado a Gilary en el piso, Gilary no podía descifrar ese mensaje solo se preguntaba, ¿que podría pasar?  ¿o si Marcos sería la próxima victima de la Reina?.

Eran las 15:32 horas,  el sol en el pueblo de San Sebastián estaba muy ardiente, aún el fiscal no aparecía por ninguna parte, pero todo se hacía cada vez mas preocupante porque los amigos del alma también habían desaparecido.

La preocupación de Gilary cada vez más aumentaba, tenía el presentimiento de que a Marcos le podía pasar algo, por algo Estefanía le había señalado esa flor, era el mensaje más indescifrable que esta le había podido dejar, así que sus nervios no la dejaron y llamo a la oficial Aimara encargada del caso para ponerla al tanto de todo, esta llegó de inmediato a la mansión dio la orden de buscar a todos los amigos del Alma por todas partes y que si se encontraban con La Reina dispararan a matar.

Los oficiales buscaban y buscaban por todas partes pero sin obtener ningún resultado.

En un cuarto subterráneo al final de las barracas estaba La Reina con el fiscal amarrado y la boca vendada, el asesino se comunicaba enseñándole una nota para que este la leyera: "deja las cosas como están"  

El fiscal por supuesto luchaba por su vida, pero amarrado no podía hacer nada, de un segundo a otro el asesino le quita la venda de la boca y este le dice desesperado: -¡No me hagas nada por favor!, yo hago lo que tu me pidas pero no me mates.

La Reina saca un papel que dice: "Lárgate y deja las cosas como están" 

El fiscal le dice: -De acuerdo, esta bien, yo me voy a ir pero no hagas nada por favor.

La Reina comienza a desatarlo para dejarlo libre, en cuanto el fiscal no tiene nada amarrado y La Reina esta de espalda este aprovecho para brincarle encima, La Reina como pudo se sacudió pero no lograba quitárselo de encima, el fiscal como pudo le quito la mascara, la corona cayó a un lado, solo quedaba la peluca larga  color negra.

El Fantasma de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora