Capítulo LIX: La Verdad

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Una semana después...

Se encontraba Gilary en la habitación de Marcos, cuando llega el doctor a dar la orden de salida: -Ya puede irse a su casa -dijo el doctor con voz graciosa- espero pueda comer todo lo que no pudo comer en ese año que estuvo encerrado.

Gilary metiendo su ropa en el bolso dice: -Pues yo creo que este hombre se va a querer comer toda la cocina -Sonrió

Así sera, creo que me voy a comer a mi futura esposa -Dijo Marcos riéndose.

-Emm, bueno Marcos sobre eso te quiero hablar. Dijo Gilary

-Yo creo que es hora de irme -Dijo el doctor despidiéndose- hasta luego señor Marcos, cuídese muy bien y usted también señorita.

Al cerrar la puerta Marcos pregunta: -¿De que es lo que me quieres hablar futura esposa?, porque dentro de poco nos casaremos ¿o no?.

-Estem, bueno -Dijo Gilary recordando que ella ya se había casado con Cesar- Creo que este no es el lugar, mejor esperemos llegar a casa y te platico sobre eso.

Antes de irse a casa Marcos, fue a visitar a Doña Esmeralda, la cual aún tenía un pies en la tierra y otro en el más allá, Marcos hablo mucho con ella, pero ella no podía oírle, así que solo le juro que tarde o temprano el causante de eso lo iba a pagar todo.

Al llegar a la mansión, todos bajan desesperadamente a ver a Marcos.

Marcos que se veía diferente, un poco más delgado y  débil por la falta de nutrientes y vitaminas que necesitaba su cuerpo, les dice a todos: -¡Bajen todos!, no tengan miedo, estoy vivo, no soy un fantasma como uno de ustedes quiso que lo fuera, pero bueno quiero que bajen todos, porque quiero darles un comunicado.

-¡Marcoooos! -Grito Ricarda- Dios mio, ¿y que es eso que nos vas a decir?

-Yo no pienso escuchar nada, así que mejor me largo de aquí. Dijo Anastasia

-¡Espera! -le dijo Laura- vamos a escuchar que disparate nos va a decir este ingrato, a lo mejor y quedo más loco que Estelita.

-Pero bueno ¿y entonces? -Dijo Estelita- yo no soy ninguna loca, ¡ya se los he dicho miles de veces!.

-Tranquila mi amor, solo hacen eso para molestarte. Le dijo Julio

Cesar estaba un poco callado, estaba muy triste, pero a la vez estaba un poco celoso al ver a la mujer que ama, tomada del brazo de otro hombre, era muy difícil para el, porque ese otro hombre era su hermano.

-Cesar, hermano, ¿tu no me vas a dar un abrazo? -Dijo Marcos abriendo sus brazos.

Cesar se dirigió hasta el, y respondiendole el abrazo le dijo: -Por supuesto que si hermano.

-¿Que nos vas a decir Marcos?, dilo de una buena vez que no tengo tiempo. Dijo Robinson el cual estaba ansioso por salir.

-hace un par de años yo regrese de la cárcel -comenzó a decir Marcos- y les jure a todos venganza, pero estar encerrado allí en ese calabozo por todo ese tiempo, me hizo reflexionar, a pesar de todo ustedes son mi familia, y pienso que debo dejar el pasado atrás. 

-¡Definitivamente no me equivoque! -Dijo Laura- tu si te volviste loco Marcos.

-¡Déjalo que termine de hablar Laura!. Dijo Robinson interrumpiéndola

-Gracias Robinson -Continuo diciendo Marcos- quiero que todos nos perdonemos y seamos la familia que fuimos hace más de 20 años.

Ricarda empezó a saltar sin parar como una niña y dijo: -¡Ay Dios mio!, los milagros si existen, cuanto soñé yo esto. -Luego corrió y le dio un beso en el cachete.

El Fantasma de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora