Mi cuerpo se encontraba totalmente limpio. La ropa de hace horas atrás fue remplazada por una pijama caliente recién extraída de mi guardarropa. Mi cama se encontraba igual, no había cambiado absolutamente algo, como había cambiado mi perspectiva de ver ahora lo que me rodea.
Nathan me obligó a tomar un tiempo de descansó, según lo merecía aunque en realidad no hice nada del otro mundo como levantar una tonelada de bloques, pero en realidad si necesitaba dormir. Cuando entré por la puerta principal, mamá me recibió con un fuerte abrazo, me preguntó por qué había llegado mucho antes de lo previsto y si algo malo había sucedido, yo simplemente negué y le aseguré que todo se encontraba perfectamente bien, que los "dueños de la organización" decidieron posponer su plan dentro de dos meses. Antes de llegar a mi habitación, ducharme y estar mas que lista para dormir, le entregué lo que me había prestado, donde ella me lo devolvió y me aseguró que me pertenecía ahora.
Nathan me prometió venir mañana temprano para llevarme al instituto, ya había perdido dos días y no podía otorgarme "reposo". Y justamente ahora estoy a punto de dormir para despertar al día siguiente. Tengo una cansancio que necesito saciar. Como un bebé al son de una canción de cuna quedé completamente inconsciente de lo que estaba sucediendo a mi al rededor...
Mi pecho desenfrenado y mis ojos desorientados observaban como la casa se venía abajo poco a poco. Grité a todo pulmón para llamar su atención, pero no lo logré. La casa tocó suelo provocando una tempestad de polvo debido al impacto, lo vi desaparecer como humo cuando el polvo se mezcló con él.
De un momento a otro estaba corriendo, en busca de una explicación que debía de obtener sin antes volverme loca con todo lo que esta sucediendo.
Llegué al lugar que mis pies tan veloces me llevaron y solo sentí un calor insaciable y llamaradas que cubrían toda la propiedad.
Alcé mis ojos, y lo vi. Sus ojos eran completamente blancos, su mandíbula se encontraba desencajada y sus manos sostenían algo sobre su pecho. Sus rodillas tocaron el techo de la casa en llamas donde se encontraba y su pecho cayó de igual manera, dejando ver algo filoso que sobresalía de su espalda.
El tiempo no me dio para más que caí de rodillas hecha un torrencial de llanto.
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Mis sentidos se activaron junto con el ritmo desenfrenado de mi corazón. Abandoné la cama antes de pensar en lo que me disponía hacer. Tomé una sudadera y salí de la habitación. Antes de llegar a la puerta, recogí las llaves de la camioneta y corrí como si mi puta vida dependiera de ello, pero en realidad no era mi vida la que dependía de que llegara antes, era la vida de él.
El auto rechino ante mi brusco aceleramiento. Las manos me empezaron a sudar al mismo instante que el cuerpo temblaba bajo el horripilante pensamiento. Mi pie se anclaba al acelerador mientras pasaba una mano por mi frente para deshacerme del sudor.
Las llantas rechinaron nuevamente, pero esta vez fue producto del giro que hice. La camioneta se aproximaba a mi destino. Los nervios se dispararon como bolas de billar al ver que el lugar estaba en ruinas. Era la única casa que estaba hecha polvo.
-No, no, no.- mi mano golpeo fuertemente el volante.-NO.-un grito se expulsó de mis cuerdas vocales colisionando con fuerza nuevamente el volante.
Con el alma hecha pedazos porque la esperanza y el milagro se estaban escapando de mi, retrocedí sin problema alguno, y reanude la marcha hacía la única salida que tenía.
Mis ojos danzaban por toda la carretera, las luces de los postes me facilitaban el camino en medio de la oscuridad de las tres de la mañana. La desesperación se apoderaba de mi cuerpo sin poder evitarlo, el corazón seguía bombeando con brutalidad, como si tal quisiese tener una brusca detención para dejarme sin aliento y caer rendida sobre el volante.
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BLACK EYES
ParanormalATENCIÓN: Esta novela la escribí cuando tenía quince años, por lo tanto, puede contener faltas ortográficas que aun no han sido corregidas, algunas contradicciones y poco desarrollo de los personajes. La revisión continúa en espera. Nerviosa abrí la...