3.-Comisuras elevadas.

5.1K 451 9
                                    

-Excelente día, tan excelente como la prueba de Botánica que les voy a entregar.-se dirigió a su escritorio y tomó unos cuantos papeles.-Bien, todos a sus respectivos lugares.

Todos los del salón se ordenaron. Entregó a cada uno el examen y movió la mano en señal que iniciaran.

-¿Estudiaste para esto?-preguntó en un susurro mi amiga que se encontraba tras de mí.

-¿Qué es Botánica?-susurré igualmente.

-¡Púdrete!-sonreí satisfecha de haberla molestado.

-¡Gracias!

-Señoritas, ¿es prueba o debate?

-Disculpe señor Gil.- con un asentimiento de cabeza me dio a entender que había aceptado mis disculpas.

Eran cinco preguntas tan tontas, las respondí lo más rápido que pude, no sin antes pasarle un papel a Isabelle con las respuesta. Me levanté de mi asiento y fui directamente a entregarlo.

Esperé a Isabelle fuera del salón durante cuatro minutos, hasta que por fin salió.

-¿Qué piensas hacer hoy?-preguntó mientras nos encaminamos a la salida.

-Estar en casa.-bufé.

-Hay una fiesta en casa de Paul, es por parte de su primo, habrá música y bebidas hasta explotar.-comentó emocionada. Me detuve y ella se detuvo conmigo a unos cuantos pasos de la puerta de salida del instituto.

-No soy para fiestas.-me observó con mala cara.-Quiero pasar por la repostería, ¿te animas?-alzó sus hombros, como restándole importancia.

-Paul me espera en el estacionamiento, si quieres te dejamos por ahí.- suspire.

-Claro.- alce mis hombros.

[>>>]

-¿En realidad no quieres ir?-Paul seguía insistiendo, todo el camino me hizo ese tipo de preguntas. Estacionó frente al local.

-En realidad no quiero ir.-afirme con una sonrisa. Abrí la puerta y baje del auto.

-Si cambias de opinión llámanos, la fiesta termina al amanecer, te podemos recoger.-sonreí.

-Lo tendré en mente.-Isabelle asintió.

-Nos vemos.-despidió el novio de mi amiga, yo lo hice de seña como mi mano. El auto siguió su camino con ellos.

Suspiré un poco frustrada por lo de siempre, ya no dormía bien, y solo quería estar en casa acostada en mi cama mientras escuchaba música.

Giré sobre mis talones, di unos cuantos pasos y empuje la puerta, de inmediato sonó la campanilla inundando el local con el chillido de esta. Por los pequeños parlantes emanaba una música clásica, muy estilo de los 80's.

Me dirigí al exhibidor lleno de postres, y de inmediato una cabeza se asomó por encima de los estantes llenos de pan. Salió de ahí y apresuró su paso. Me despoje de la chaqueta y la amarré a mi cintura, en realidad hacía calor.

-Hola linda, bienvenida, ¿Qué te apetece?-saludó muy contenta la señora. Sonreí con amabilidad.

-¿Tiene enrollados?-pregunté ojeando el exhibidor.

-Claro que sí cariño, ¿Cuántos se te ofrecen?

Que exquisitos cada postre en este lugar, desde las tortas bañadas en fresa hasta las rellenas de chocolate. Alguien se colocó a mi lado y por el rabillo del ojo divise que era un chico.

Recordé que la señora me había preguntado cuántas quería y lo pase por alto. Levanté mi rostro y con una sonrisa forzada realice el pedido.

-Seis por favor.-presioné mi sonrisa. Ella asintió. Me incomodaba tener a un desconocido tan cerca de mi, me provoca escalofríos.

BLACK EYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora