Es la decisión más sensata que he tomado a mis diecinueve años. No podía con dos, nadie puede con dos. ¿Quién en esta vida puede con dos personas a la vez? Porque yo no, y omito a los chicos que son unos falderos, a ellos no les importa si les gusta cuatro o seis. El punto está en que he llegado a un momento importante de mi vida, donde tengo que tomar una elección y lo acabo de hacer, y me siento bien. Se siente bien.
No me arrepiento de aceptar a Nathan conmigo. Quiero conocer más de él, quiero depositar toda mi confianza en él, para ver de lo que es capaz. Lo que siento ahora mismo por él no creció de un momento a otro, fluyó como agua de un grifo semiabierto, despacio, sin prisa.
No podía hacerme la tonta una vez más, sabía muy bien que el sentimiento que tengo hacia Nathan es más grande que el espacio que ocupa en mí Anwar, y es por eso que lo he aceptado, no podría aceptar a alguien que no me llena toda la barra de emociones, no soy capaz de inventarme una felicidad falsa para satisfacer a los demás.
Estando con él, en el auto, yendo a casa, me provoca esa sensación de sentirme completa. Es como si fuese la otra pieza faltante de mi rompecabezas, la cual acopla a la perfección con mis cuadros.
Me estoy aventando a un vacío incierto, un vacío sombrío lleno de sorpresas en cada paso. Pero me gusta esta nueva sensación de adrenalina, lo desconocido y tenebroso capta mi atención. Me dejaré llevar por este camino, para ver a qué tipo de calle sin salida me lleva.
Nathan estacionó el Mustang en la acera de casa. Mis ojos volaron hasta los suyos con una sonrisa en mis labios. Sus manos dejaron de tomar el volante y llevo una hasta la mía, donde la tomó.
-Tengo un par de cosas que decirte.- acepte con un movimiento de cabeza. Llevó su otra mano restante para acariciar la mano que ya tomaba. Observé como tragaba un poco de saliva llevando sus ojos hasta los míos.- Sabía de tu ataque mucho antes de que actuara por si solo.- acaricio mi brazo.- Lo sabía, y no había manera de evitarlo.- asentí levemente.- No quería que alguien se enterara de que estabas en medio de una crisis en los baños, así que lo mío ya estaba planeado.- fruncí mi ceño, claramente confundida.- Keylang me ayudo en todo esto.- elevé mis cejas comprendiendo un poco.
-¿Keylang es con quien te golpeabas falsamente?- pregunte doblemente sorprendida.
-¿Isabelle te hablo de eso?- confirmé con mi movimiento de cabeza. Sus ojos dejaron de ver los míos, para observar nuestras manos.- Quería evitar que te llamaran loca, rara o esos estúpidos sobrenombres que saben otorgar los adolescentes sin identidad propia. Y lo logre.- anunció triunfante con una sonrisa.- Fue la mejor distracción en la mañana, y me siento orgullo de eso.- sus ojos llegaron nuevamente a los míos, reflejando satisfacción.- No permitiré que ningún hijo de puta venga a querer ofenderte.- apretó un poco mi mano antes de proseguir.- Porque te juro Ayleen, te juro con mi larga vida que mientras tú me permitas seguir contigo, me encargare que nadie te falte el respeto.- enlazó sus dedos con los míos.- Esto es una promesa.- sonreí con tanta felicidad que los costados de mis labios hicieron arrugar un poco los rabillos de mis ojos.
Mi cuerpo se acercó hacia él, para abrazarlo. Sus brazos enrollados en mi espalda me aferraban a su pecho que subía y bajaba debido a su respiración.
-Hay algo más.- habló a un costado de mi rostro. Me aleje de su cuerpo sin despegar mis ojos de los suyos.- No quiero decirte esto pero lo tengo que hacer.- tomó bruscamente una inhalación.- Anwar sabía que habían tipos detrás de ti, lo sabía antes de que tú y yo nos diésemos cuenta.- eleve mis cejas realmente sorprendida.- Ahora seré yo quien te pida que te alejes de él.- ordenó con facciones serias.- Por eso lo golpee, no me encontraba en condiciones de esperar más tiempo, y que lo resolvieramos en casa. Lo golpee sin asco, olvidando que era mi mejor amigo. No creí que llegaría a ser tan falso, me provoca repugnancia. El muy imbécil inventó que padezco de esquizofrenia, ¿es en serio? ¿Un esquizofrénico yendo a clases todas las semanas? ¡Es absurdo!- sus ojos penetraron los míos con frialdad.- Rebuscó excusas para no llegar a confesarte la verdad de porqué actué de esa manera. Ahora que lo sabes quiero dejarte muy en claro que no tengo ningún tipo de trastorno, ni que alucino con algo. No soy nada de lo que las personas suelen comentar, y ahora lo sabes.- mi cabeza se movió ligeramente de arriba hacia abajo.- No te quiero cerca de él, y no es un juego Ayleen. No te quiero cerca de él, quiero evitar que te haga daño. No estoy muy seguro de esto, pero sé que esconde algo lo conozco muy bien.- tomó mis manos.- Quiero que me prometas que no estarás cerca de él. Solo promételo.
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BLACK EYES
ParanormalATENCIÓN: Esta novela la escribí cuando tenía quince años, por lo tanto, puede contener faltas ortográficas que aun no han sido corregidas, algunas contradicciones y poco desarrollo de los personajes. La revisión continúa en espera. Nerviosa abrí la...