N a t h a n
— ¡Nathaaaan! —escuché mi nombre desde el primer piso.
» ¡Nathaaaaaaaan! — volvieron a gritar.
Mamá, te amo; pero déjame descansar.
Gracias a mi almohada, logré suprimir sus gritos. Lastimosamente, no duró mucho tiempo. Estaba reconciliando de nuevo el sueño, cuando mi hermana, Hayley, ingresó con su hijo en brazos y lo colocó sobre mi espalda descubierta. El pequeño comenzó a saltar sobre mí.
—Sácalo —me quejé entre gruñidos. Así nunca iba a poder dormir cinco minutos más.
Hayley movió a Bhad a un lado de la cama, agarró el control de la televisión y comenzó a configurarlo para que reproduzca sus dibujos preferidos. Se cruzó de brazos, satisfecha con su corto trabajo.
—Desde que despertó quiere venir a verte.
—Sí, claro... —murmuré aún con mi cara en la almohada.
—Vigílalo, por favor.
—¡Me voy a cambiar!
—Dale ojeaditas mientras lo haces, eres buen niñero. —me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación, dándome mi privacidad, aunque no tanto con su hijo a unos centímetros de mí.
Despeiné el corto cabello de Bhad y miré la hora en mi teléfono: eran las seis de la mañana ¿Cómo este niño podía estar despierto a estas horas? ¿Cómo toda mi familia lograba estar despierta a esta hora?
Cierto, también me despierto junto a ellos, pero hoy tuvo que ser la excepción, ya que ayer estuve en una fiesta con Angelina. Angélica, perdón. El primer día había tenido cierto interés en Thais, pero todo se esfumó en cuanto Angela se sentó conmigo en clase de Física.
También encontré un mensaje reciente:
Angélica: La mejor fiesta de todas N. Espero que se vuelva a repetir. Recuerda, ni una sola palabra a nadie.
Sí, claro. Tenía que contárselo a Cameron. Él era mi caja pandora, y yo la suya. Si algún día descubrían nuestros secretos— nunca lo harán —, sería un caos.
Me llegó la notificación de poca batería y lo conecté para que al menos llegara al 30%. En clase pediría prestado un cargador portátil. O podría llevarme el de mi hermana.
— ¡NATHAN! —gritaron otra vez.
Bhad saltó en su lugar, asustado. Me reí de su reacción.
Abrí la puerta de mi habitación y salí al balcón interno, donde podíamos ver la cocina, justo donde se encontraba mamá.
—Has asustado a tu nieto. —dije.
— ¿Qué haces sin polo? ¡Ve a cambiarte! —me apuntó con una cuchara.
—Pero es tempraaaano.
— ¿Y? Cameron ya está aquí.
— ¿¡Qué!?
Me señaló el sofá, donde estaba mi amigo, jugando con Fhamk. Me saludó animadamente y continuó jugando con mi sobrina.
— ¿Ves? —mamá alzó las cejas —. Oh, y antes de volver a tu habitación, despierta a Philip.
Sonreí.
Entré corriendo a mi habitación y tomé a Bhad en brazos. Él se quejó, pero le prometí que iríamos a un lugar mejor para ver Disney Junior. Sin tocar la puerta, entré a la habitación del tío Philip. Seguía dormido, al igual como yo lo estaba hace un rato. Prendí la TV y cambié al canal preferido de Bhad.
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Cuando Ella Llegó
Teen FictionLos estudiantes de la preparatoria Abney High son completamente normales. Sin los estereotipos que caracterizan cada historia; como el mujeriego, la zorra, la sagrada profecía de la nerd y los grupos en la cafetería. Sin embargo, en este nuevo año...