Los días transcurrieron como de costumbre, para el resto del mundo, en cambio para mí desde la noche con Mat, cada minuto era diferente.
Sabía que él no me buscaría y que no tendría más de él que esa noche, a pesar de ello se lo agradecía. Había conocido el verdadero amor, la fuerza y el deseo que eso conlleva y creía poco probable que otro hombre me hiciera sentir como él lo había hecho.
Comprendía que mi amor no tenía destino y el recuerdo de esa noche se iba conmigo a la tumba, como el secreto mejor guardado del mundo.
Me daba vergüenza que se diera cuenta de que a mí me había gustado, desde el primer momento que lo vi. Pensé en que seguramente yo era una más que estaba a la mano el día que me hizo el amor y ni corto ni perezoso, él tomó la oportunidad que se le ofrecía.
Jugó sus cartas y ganó, satisfaciendo su placer, de eso estaba segura, de amor, compromiso o algo más , era esperar demasiado. Y no lo hice no esperaba nada de él. Yo estaba acostumbrada a tener los pies sobre la tierra, nada había cambiado, comprendía su fama entre las mujeres del estudio, era un gran amante, delicado y dulce, pero para mí él era más que una noche de placer, él era y sería mucho más.
La relación con Mat se mantenía exactamente igual que antes de esa noche, él no se había preocupado de que la relación entre ambos avanzara o cambiara, era distante y yo estaba segura de que eso le acomodaba. Le habría molestado sobremanera, tener a una chica gimiendo tras él por su atención y yo no estaba dispuesta a ser esa chica. Nuestros encuentros eran esporádicos, se podría decir que nos evitábamos, para mí era difícil ocultar el cúmulo de emociones que él me provocaba, y suponía que para él era incómodo, toparse conmigo cara a cara.
Un día que estaba en el camerino ordenando, entró Mat, había terminado sus escenas más tarde de que de costumbre y yo había planchado una de sus camisas y ordenado sus pertenencias. Las escenas de ese día parecían no acabar nunca, tenía ese tiempo para terminar lo de Richard y aproveché de ordenar las pertenencias de Mat. Lo hacía porque él me importaba.
Estaba segura, que yo nunca llamaría su atención y que lo que había pasado no tenía ningún futuro, el parecía esquivarme, quizás avergonzado de lo que había pasado, pero yo igual me preocupaba por él, total no me costaba nada y el camerino se veía más ordenado.
Él se veía cansado y me preguntó con voz molesta ¿Quién ha tomado mis cosas? ¿Has sido tú? ¿Quién te dio permiso para tocar mis pertenencias?
Lo miré descolocada y no logré comprender su ira ¿por qué se enojaba?
Le contesté un poco perpleja por su actitud- ¡sí, he sido yo! mi intención era que todo estuviera ordenado y limpio para que ustedes estuvieran cómodos, si hice algo mal ¡por favor dígamelo!
Él se dio vuelta enfurecido y -me dijo- ¡no necesito de tu bondad! ¿Por qué haces esto? ¿Quieres que te dé dinero?
Mi sorpresa fue mayúscula, ¡estaba descolocada y sorprendida! lo que me decía no tenía sentido, entonces me di cuenta de que estaba tan dañado que creía que todo el mundo actuaba por interés.
¡No, no lo hice por eso! -le dije totalmente apenada- solo lo hice porque quise, es solo eso y agaché la cabeza.
En realidad lo había hecho porque lo amaba, pero no tenía las agallas para decírselo. Él se reiría de mí y de mis sentimientos. Enojado me gritaba desaforado, estaba fuera de sus cabales y me volvía a gritar.
¡No te metas con mis cosas! ¡Yo no te lo he pedido! ¡No quiero favores de nadie! ¡Menos de ti!
Lo miré aterrada, él era un ser monstruoso. No era capaz de aceptar que otro ser humano se preocupara por él.
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Café Estrellado
Roman d'amourUn engreído actor, un desafortunado accidente y una chica ambiciosa harán de esta novela una de tus favoritas.