Las sandalias color plata que me había puesto eran hermosas, se anudaban al tobillo haciendo que las piernas se me vieran realmente sexis, mi vestido lo había elegido con anterioridad, solo tenía que ponérmelo, era blanco, con un profundo escote rodeado de pedrería plateada y largo hasta los tobillos, me combinaba perfecto con las sandalias , tenía que apurarme el gran día al fin había llegado.
Era el examen mayor, mis socios y yo lo esperábamos con ansias, estuve todo el día en el banco, supervisando y dando los últimos toques al lugar; muy pocas personas habían tenido acceso al recinto, quería que todo fuera una sorpresa.
Después de largas horas de arduo trabajo me marché a casa alrededor de las seis de la tarde, tenía un par de horas para arreglarme y verme presentable, menos mal que ya estaba casi lista, mi mamá y mi hijo me miraban contentos, sabían que este evento era realmente importante para mí y para la empresa.
Me veía bien, estaba cansada por el largo y extenuante día de trabajo, pero la emoción porque todo saliera bien me llenaba de energía.
La preparación del evento había sido titánico, pero valía la pena, recibimos el dinero como adelanto, habíamos gastado un gran porcentaje de él, al terminar la fiesta recibiríamos el resto del pago, pero lo que realmente importaba era que todo saliera bien, de eso dependía nuestro futuro, de ser así nos convertiríamos en una agencia importante y nos lloverían los contratos, siempre y cuando la fiesta fuera todo lo que habíamos planeado, eso me tenía muy feliz, la época de pobreza y sacrificios quedarían atrás.
Maquillé suavemente mis ojos verde amarillos, los quería naturales para que resaltaran contra el blanco del vestido ¡estaba lista! Jacob pasaría por mí.
Quería que él entrara en mi vida, estaba esforzándome por quererlo y sentir una cercanía con él, era amable y su actitud era muy distinta al Jacob de la primera vez, eso me daba confianza, pero algo me faltaba, quizás necesitaba tiempo, no lo sabía.
Pronto llegó Jacob y mi madre abrió la puerta, mientras tanto, yo me ponía unos aretes largos llenos de piedras que hacían juego con mi vestido, Jacob entró a la casa y cuando me vio, su cara de sorpresa era muy evidente -me dijo sonriente mirándome con ojos que parecían traspasarme- ¡estás muy hermosa! seré el hombre más afortunado de la fiesta y la envidia de muchos.
Lo miré riéndome de su ocurrencia, estaba exagerando, pero se lo agradecía. Salimos dejando a los seres que yo más amaba en el mundo, me sentía triste por dejarlos, hubiera dado cualquier cosa porque me acompañaran, pero eso no era posible, mamá me besó deseándome toda la suerte del mundo y mi hijo, movía sus ojitos, dando a entender que comprendía que esto era importante para mí.
Llegamos a las ocho en punto, el evento había sido planificado para que empezara a esa hora, solo unos pocos invitados y el personal se encontraban en el recinto.
Cuando entramos Jacob se sorprendió de lo hermoso que todo se veía -y me comentó- ¡realmente te has superado! -le contesté contenta con los resultados - ¡mi equipo y yo nos hemos superado! no podía adjudicarme el éxito.
El crédito era de mis socios y de su arduo trabajo.
Pronto llegó Carla y los demás a tomar su posición.
Al rato comenzaron a llegar los invitados, el lugar se empezó a llenar y alrededor de las nueve de la noche el lugar estaba repleto.
Yo había contratado a un mayordomo para que se encargara de dirigir a todo el personal, el hombre tenía mucha experiencia y coordinaba a los garzones y a las chicas encargadas de servir para que se movieran de forma coordinada entre los asistentes y lograr que todos sin excepción probaran los entremeses que se habían preparado para la degustación de la apertura, todo estaba saliendo a pedir de boca. Yo como la anfitriona corría de allá para acá, saludando a la concurrencia y recibiendo las felicitaciones, la gente estaba maravillada de lo que habíamos logrado, los garzones me comentaban lo que oían del público asistente y todos los comentarios eran favorables, al cabo de un rato el ambiente estaba muy animado y la gente seguía llegando.
La atracción de la noche era un famoso cantante de moda que amenizaría el evento, eso hacía que el ambiente fuera de expectativa. En un momento fui hacía la entrada a recibir a los asistentes y a solucionar un problema con una invitación, siempre había algunos frescos que querían colarse. Arreglé el problema de la entrada y cuál no sería mi sorpresa al sentir que alguien tocaba mi hombro llamándome la atención, me di media vuelta sobresaltada ¡era Richard! ¡Mi querido amigo! me sorprendió su presencia. Lo abracé realmente emocionada de verlo y que estuviera en el mejor de los eventos que había preparado, sorprendida le pregunté- ¿pero qué haces aquí?- ¿Cómo viniste y no me avisaste que venias? ¡No tenía idea de que estabas invitado! El reía emocionado por darme la sorpresa y -me decía- ¡por nada del mundo me iba a perder este evento! ¡Es maravilloso! ¡Es realmente grandioso!
Yo sonreía complacida por sus comentarios –preguntándole- ¿¡realmente te gusta!? - Richard me respondía contento ¿te cabe alguna duda? ¡Por supuesto que me gusta! y de paso me señalaba a un muchacho que estaba junto a él ¿conoces a Marcus? -Me dijo- presentándome a un chico moreno y muy guapo, al que Richard miraba embobado ¿sabes?- me dijo abrazándome y susurrando en mi oído- ¡nos vamos a casar!
Di un grito de alegría y le respondí -¡felicidades!- ¡No sabes cómo me alegro! ¡Acuérdate de que yo voy a organizar tu boda!
El contento y emocionado – me contestó - ¡por supuesto! ¡Jamás podría permitir que otra persona se ocupara de algo tan importante!
Me abrazó dándome las gracias, hace mucho tiempo que no veía a Richard y -le dije emocionada-¡Tenemos que hablar! ¿Cuantos días te quedaras? Él me contestó un poco triste- ¡solo esta noche! Mañana debo estar en Los ángeles ¡Sorry! Vine especialmente a la fiesta porque quería verte, pero espero que podamos hablar pronto, lo miré triste y decepcionada, esperaba que pudiéramos conversar, quería contarle lo de Jacob, necesitaba su opinión.
y -le dije algo triste- ¡espero que nos veamos pronto! Ahora tengo que dejarlos ¡tengo mucho que hacer! pero más rato hablamos -le dije advirtiéndole- ¡no te vayas a ir sin despedirte! ¡Por supuesto que no! - me contestaba riendo-
De pronto en medio del bulliciode la multitud sentí, que alguien me llamaba a mi espalda. Por un segundo creísaber de quién era la voz que pronunciaba mi nombre, pero todo fue tan rápidoque mi cerebro no alcanzó, a identificarel sonido de la voz, me di media vuelta para ver quién era y grande fue misorpresa al encontrarme frente a frente con la última persona que esperabaencontrarme en el mundo ¡MatMalinder! Me quedé de piedra, mispiernas comenzaron a temblar, mis ojos se posaron en los suyos y fue como sinunca lo hubiera dejado de ver, si no hubiera sido por la voz de Richard que meremeció -diciéndome– ¡es Mat! ¡también ha venido! Q�
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Café Estrellado
RomanceUn engreído actor, un desafortunado accidente y una chica ambiciosa harán de esta novela una de tus favoritas.