El me miró sorprendido, yo sabía que mi extrema franqueza, me iba a causar problemas pero era algo que yo tenía que aclarar -Continué hablando- -por lo que veo eres una persona agradable y muy guapo- ¡no tienes necesidad de hacer ese tipo de insinuaciones
El me miró incómodo, la pregunta le caía mal, se le notaba en la cara, pero para mí era importante saber el porqué, me miró y pareció pensar con cuidado lo que iba a decir, esa actitud era algo que no me gustaba de él, parecía planificarlo todo.
¡No tengo una explicación! cuando te vi por primera vez me gustaste mucho y solo quise tener algo que era bello.
No suelo involucrarme con las mujeres ¡no quiero una relación formal! Me gusta mi soltería y mi libertad, supuse que eras una mujer de mundo, como las chicas que estoy acostumbrado a tratar ¡no me malentiendas! No estoy diciendo chicas fáciles, sino chicas decididas ¡Tú me entiendes! Creí que estas cosas eran el pan de cada día para ti y que como mujer experimentada sabías manejar estos asuntos, además es algo que se estila en el mundo de los negocios, no tengo otra razón, me gustaste mucho y te quise tener.
Pensé que lo pasaríamos bien y que además haríamos negocios, es solo eso, ¡así de simple! no soy un degenerado, solo que en este ambiente las cosas son así, si tú me gustas y yo te gusto, vamos, disfrutamos y listo ¡aquí no ha pasado nada! pero me equivoqué contigo, no supe diferenciar que tu no eras ese tipo de mujer y lo siento, realmente estoy arrepentido, porque eres una mujer que vale la pena y creo que lo arruiné y no importa lo que haga, nunca me verás de otra forma y lo peor es que tu realmente me interesas.
Enrojecí con el comentario, un escalofrío recorrió mi espalda, su actitud un poco fría y calculadora me incomodaba, él se estaba declarando, sin siquiera inmutarse echaba de menos algo más de pasión, él me confesaba abiertamente su interés por mí.
No sabía que pensar, su franqueza me sorprendía, creo que su forma de razonar era correcta para él, aunque yo tenía mis reparos.
Veníamos de mundos muy distintos y yo no sabía nada del suyo, estaba anonadada, mi madre decía, que el que busca, encuentra y yo había encontrado algo totalmente diferente a lo que alguna vez tuve y eso me descolocaba.
Lo miré anonada y sin saber que decir, en mucho tiempo me quedaba sin palabras
A pesar de sus palabras le dije ¡ agradezco tú interés! Me honra que sientas algo por mí y quiero decirte que he cambiado la opinión que tenía,, con lo que me has contado me queda más claro todo.
Es cierto que mi experiencia en este tipo de cosas es limitada, nunca me había tocado alguien tan directo como tú y me intimidé, me molestó que usaras el sexo y el dinero para lograr algo que quizás podrías haber conseguido con tu encanto.
Jacob, quiero que sepas que no estoy lista para una relación, de ningún tipo, no es un problema contigo, eres guapo y cualquier chica querría tener algo contigo, una noche o quizás algo más, pero el problema soy yo - amé a alguien por sobre todo y no resultó, es más me rechazó, yo no era nadie, él es alguien importante y no estaba dispuesto a tener una relación con alguien tan poca cosa como yo.
Jacob me escuchaba atentamente, parecía asombrado de mis palabras y me miró y preguntándome algo que yo suponía era un misterio para él, así como para todos ¿es el padre de tu hijo? ¿¡Te rechazó!? ¡No puedo creerlo! ¡Es un imbécil! Decía con total estupefacción y bajaba el tono de la voz para agregar ¡rechazar a una mujer como tú! ¡Tan bella! y encontrar que tú eres poca cosa ¡no lo creo! Me parece que algo no me cuadra en esta historia.
Jacob -proseguí tratando de que entendiera- ¡escucha por favor! ¡Eso no es importante! lo que importa es que yo no estoy disponible y en eso tú no tienes la culpa.
Me cerraba, no quería darle explicaciones a alguien que no estaba en mi vida, solo éramos socios y yo iba a tratar de que nos mantuviéramos así, con distancia.
Él me miró y –me dijo con la confianza a flor de piel que yo ya le conocía- ¡está bien! si no quieres aclararme las cosas ¡estás en tu derecho! pero no puedes culparme si lo intento ¿no te parece?
Lo miré y sonreí por su ocurrencia, sabía que él no se daría por vencido.
Cambié la conversación, ese tema era algo de lo que no me gustaba hablar con nadie, a pesar del tiempo me dolía recordar a Mat y todo lo vivido.
Pronto el evento ocupó nuestra conversación, discutimos algunos asuntos y le fui contando todo lo que ya estaba listo y lo que nos faltaba por realizar; durante el almuerzo se comportó dulce y agradable y la atmósfera pareció cambiar entre nosotros, cuando intenté pagar la cuenta, él no me lo permitió
¡Yo te estoy invitando! Acuérdate que te lo prometí -le dije- sorprendida con su actitud
–Me contestó seguro - ¡todavía no ha nacido la mujer que me pague la cuenta! ¡Lo siento! pero no lo permitiré y le pasaba la tarjeta al mesero para que la activara ¡Eres un tramposo! Jacob Lloyd -lo miré divertida-
Él siguiéndome el juego -me dijo con una mirada nueva, que yo no le conocía, mezcla de cariño y pasión- lo sé - pero siempre voy por lo que quiero y ¡te quiero a ti!
Me estremecí, hace mucho tiempo que no sentía esa pasión en palabras de alguien y en una mirada, eso despertó algo que creía muerto y enterrado, no sabría decir que era, pero sus palabras pronunciadas de esa forma cambiaron desde ese momento nuestra relación.
Salimos del restaurante, me sentía de alguna forma querida, importante, más allá del sexo y supe que sus palabras eran sinceras, aunque calculadas, suponía que su formación lo obligaba a actuar así.
Me llevó a la oficina, y antes de bajar -me dijo- sé que estas dañada, por el tipo más imbécil del mundo, pero quiero decirte que voy a luchar por que me hagas caso, eres muy especial para mí, mientras me miraba de forma cariñosa y me tomaba la mano haciendo que yo me pusiera en guardia.
Viendo que yo me incomodaba, retiró su mano y –me dijo- perdona no quiero ir rápido contigo, sé que tengo que esperar, pero estoy dispuesto a hacerlo, tu vales la pena.
Me solté de su mano, le agradecí el almuerzo y me despedí con un beso en la mejilla, era todo lo que podía darle, por el momento.
Jacob era persistente, me llamaba varias veces al día y empezó a enviar flores y pequeños regalos envalentonado por él último encuentro.
Yo estaba dudosa, me gustaba, era guapo, pero esa atracción que yo había sentido por Mat no la había sentido por Jacob y esperaba que ese sentimiento se despertara, sería la única forma en que él y yo pudiéramos tener algo.
No estaba dispuesta a recibir menos, y nadie se merecía recibir solo cariño o consideración. Después de haber conocido el amor con Mat, esperaba que el amor volviera a brotar en mi corazón, suponía que con el trato y el tiempo esto se daría, pero secretamente quería a alguien que me hiciera perder la razón, como me pasó alguna vez con Mat, que me hiciera desearlo tanto, que nada me importara y Jacob estaba lejos de hacerme sentir así.
El seguía cortejándome y yo lo dejaba hacer, debo admitir que en varias ocasiones habíamos salido y el contacto se había estrechado, pero no habíamos llegado a nada, pero no era por falta de ganas de parte de él, era yo la que no me atrevía a dar el paso.
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Café Estrellado
RomanceUn engreído actor, un desafortunado accidente y una chica ambiciosa harán de esta novela una de tus favoritas.