Teníamos dos meses para organizar y corregir todo el proyecto, el momento de la euforia por haber logrado el contrato pasó rápidamente, ahora venía el verdadero trabajo, hacer realidad todo lo que habíamos creado en el papel.
Supe desde un principio que sería un esfuerzo monumental, pero éramos capaces ¡no me cabía duda! sabía que a fuerza de mucho trabajo lo lograríamos.
Tendríamos que contratar a más personas para que nos ayudaran, pero eso sería lo de menos.
El evento de Filadelfia que amablemente había financiado mi amigo Richard, era algo que no podíamos dejar de lado, ya estaba en ciernes para ese mismo fin de semana, decidí que para asumir ambas responsabilidades nos separáramos en equipos de trabajo y que cada uno organizara la contratación de su personal, crearíamos departamentos dedicados a cada aspecto del evento lo que nos daría la opción de enfocarnos y de reunirnos solamente para coordinarnos, eso nos daba a todos más tiempo y espacio para trabajar, fue una buena idea.
Frederick se encargaría del evento de Filadelfia, el que estaba prácticamente a punto y Carla se encargaría de todo el papeleo, para eso iba a necesitar una secretaria que la ayudara a redactar y realizar todos los contratos necesarios, ella estuvo feliz de ser la jefa, le contrataría una secretaria ayudante, porque el papeleo era muchísimo.
Yo me dedicaría junto a Mark al gran evento. Todo estaba dicho, teníamos que trabajar. El evento iba a mover a mucha gente.
Los proveedores era un tema que me preocupaba, trabajábamos con pequeñas empresas y me di cuenta, de que si no buscábamos proveedores que cumplieran con nuestras demandas, el proyecto podría fracasar.
Necesitaba contratar a más gente, para que nos ayudaran a realizarlo y me daba cuenta de que este negocio generaría un gran movimiento beneficioso para todos y yo estaba al mando.
El trabajo fue duro, los dos meses se pasaron volando y entre todos los problemas que fueron surgiendo tuve que lidiar con algunos empleados que no resultaron y la repentina enfermedad de mi hijo.
Su condición era degenerativa y el tiempo era su peor enemigo, su estado me sumió en una profunda tristeza, que solo lograba acallar con trabajo.
Trataba de proporcionarle todo lo necesario para su recuperación, pero la enfermedad fue agresiva y pasé algunos días en el hospital, acompañándolo y enterándome de su recuperación, lamentablemente tuve que dejar mis labores a cargo de Carla y mis socios, abusando de ellos de forma involuntaria.
Ellos por su parte asumieron mis responsabilidades, fue una época difícil para todos, ya tenían grandes responsabilidades, pero se portaron a la altura de las circunstancias.
La enfermedad de mi hijo, era agresiva, por su condición degenerativa, todo lo que le afectará era mucho más duro para él que para cualquier niño, la gripe que lo afectó parecía no ceder, y lo sumió en un cuadro febril, difícil de controlar por los médicos, yo esperaba ansiosa en los pasillos del hospital cualquier novedad.
Jacob se enteró por Carla que yo estaba en el hospital. Mi amiga se vio en la obligación de contarle a Jacob que yo tenía un hijo, no tuvo más remedio.
Jacob se intranquilizó al ver que yo había desaparecido, sin dar señales de vida, dejando aparentemente el proyecto abandonado.
Mi hijo era un tema que yo mantenía en privado, no porque me avergonzara de él, sino porque consideraba que los negocios y mi vida privada no debían mezclarse y Jacob pertenecía al círculo de mis negocios.
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Café Estrellado
RomanceUn engreído actor, un desafortunado accidente y una chica ambiciosa harán de esta novela una de tus favoritas.