El estupor que sentía era muy grande, no pude comprender lo que estaba pasando, pero el destino nos estaba jugando una broma y no sabía si era del todo buena.
Vi a Mat y lo saludé. Tenía tantos recuerdos de él, tantas emociones de un gran amor guardados en un rincón muy profundo de mi corazón, que sentí que me ahogaba, fue como si todas esas emociones que yo ya creía olvidadas se agolparan en mi corazón.
Lo miré detenidamente, había cambiado un poco, como era normal, los años no perdonan ni siquiera al más bello, pequeñas arrugas surcaban sus ojos, pero a pesar del tiempo, seguían teniendo el poder de traspasarme, se mantenía delgado y en su cabello algunas hebras de plata se asomaban, que lejos de envejecerlo lo hacían muy atractivo.
No sabía cómo reaccionar, él sonreía y me miraba completamente sorprendido, nuestros hijos se miraban entre sí, ignorantes de la historia que hubo entre ambos -le pregunté a mi hija tratando de hilar algunas palabras.
¿Sabes quién es él? ella tenía una vaga idea de quién era el padre de su novio y le dije- es un actor famoso. Ella complacida me dijo mirando a su novio con ojos embelesados, algo me ha dicho Dylan, pero no hablamos mucho de ello.
Mat los miró y dijo asombrado ¡me imagino que ustedes dos no se molestaron en hablar de mí!
El muchacho agachó la cabeza, lo que me pareció extraño y rió de buena gana.
Hace muchos años que no escuchaba nada de Mat en los medios, supuse que se había retirado a su país y que se había dedicado a otra cosa.
Después de ofrecerles un trago, Mat me contó lo que había sido de su vida, siguió actuando, solo que no en las películas de acción que ven los jóvenes y realizó diferentes series para la televisión de su país.
-Y al fragor de la conversación yo agregué- ¡era un guapísimo actor y todas las chicas estábamos enamoradas de él!
Era un problema salir a la calle en su compañía. Reí por el comentario, el pareció divertido y Dylan que estaba a nuestro lado asentía orgulloso - ¡todavía causa furor entre las mujeres de todas las edades! ¡Creo que liga más chicas que yo!
Sofía que lo miraba embobada, le dio un palmazo y lo miraba fingiendo enojo.
¡Eso fue siempre! -le dije- era guapísimo, bueno ¡todavía lo es! y cierto rubor me subió al rostro, todos reímos por eso y Mat agregó –deberían haber visto todos los pretendientes que tenía tu mamá.
¡No seas mentiroso! Mat –le dije- yo no tenía ni novio, solo trabajaba.
Él me miró con esa mirada que yo ya conocía -y dijo- ¡porque tú no querías!
Traté de cambiar de tema, era algo viejo que ya no tenía importancia
y -le dije- ¡basta de hablar de viejos tiempos! ¡Es una verdadera sorpresa que estés aquí!
Él me miró asombrado y -me dijo incómodo - ¿Espero no ser una molestia?
¡Por supuesto que no! ¡Cómo crees! ¡Es una maravillosa sorpresa, aunque no del modo que pensaba mi hija!
Todos reímos por mí ocurrencia.
Sofía reía, estaba contenta y aliviada, creo que algo se traía entre manos, claro que yo no podía adivinarlo.
En un momento de la conversación Sofía comentó, es triste tener una madre tan bella a la que le dicen más piropos que a mí.
Me sonrojé y le dije molesta por su tonto comentario ¡eso no es cierto! ¡Niñita tonta! ¡Eres mucho más bonita que yo a tu edad y más inteligente!
¿Mamá? –me preguntó Sofía ¿tú también estabas enamorada de Mat cuando eras joven?
La miré con los ojos sorprendidos por la pregunta, pero era algo que yo ya había superado hace mucho tiempo, que ya no me daba vergüenza confesar.
¡Por supuesto! -le dije- todas estábamos enamoradas de él ¡yo era la peor!
Y reí, aunque en el fondo sabía que era verdad y muchos recuerdos se vinieron a mi cabeza, acompañados de un sinfín de sensaciones.
Me di cuenta de que a pesar, de que yo lo había amado y había sufrido horrores por él, logré sobrevivir hasta hoy. Y me di cuenta de que nadie muere de amor.
Lo miré con un dejo de nostalgia, Dylan intrigado comentó -¡tienen que contarnos donde se conocieron!- y –preguntó- ¿fueron novios o algo así?
Me adelante y le dije enfática ¡No! tu padre ¡jamás me miró siquiera!
Él era una estrella de tv y yo limpiaba y lavaba su ropa.
Nunca tuve ninguna posibilidad con él. Y era cierto. Mat pareció mirarme con un aire arrepentido y vi cierta tristeza en sus ojos, pero dijo- ¡creo que te haces la humilde! ¡Fuiste tú la que me rechazaste! ¡Acuérdate!
Estaba incómoda, no esperaba su respuesta y ambos chicos se miraron sin comprender.
Quería salir indemne de esta situación y para terminar –le dije- ¡eso no es cierto Mat Malinder! pero para que recordar viejos tiempos, eso es pasado.
Cerré él tema, era algo que no era preciso recordar.
Lo invité a pasar a la mesa que María y mis empleadas habían preparado por mi cumpleaños. Justo Carla que entraba a la casa, lo vio y no podía creer que él estuviera delante de nuestros ojos, lo saludó sorprendida, él la abrazó y ella dijo algo que era muy evidente ¡vaya este hombre sigue tan guapo como siempre!
Todos reímos, sobre todo Mat, al que siempre le gustó sentir la atención de la gente y le gustaba escuchar los comentarios que producía su paso.
La velada fue muy bonita, recibí presentes de todos mis amigos y mi ánimo pareció mejorar.
Al final mi hija con su novio se quedaron, hasta los últimos momentos de la fiesta para acompañarme.
Mat todavía rondaba por mi casa, les ofrecí café y pasamos a la terraza a servirnos, ya sin la gente que llenaba la casa.
Quería averiguar si todo el asunto de Sofía con el novio iba en serio y les pregunté a ambos chicos, por el compromiso. Ellos se miraron y asintieron.
Tuve temor, algo no pintaba bien ¿Quieren decirme que pretenden algo más serio?
Los interrogué ansiosa por respuestas, los chicos y Mat me miraban, necesitaba saber, qué era lo que mi hija pretendía, sabía que era algo serio, pero que tanto, ¡eso era mi duda!
Como si ambos lo hubieran ensayado dijeron a coro ¡nos queremos casar!
Mat y yo nos miramos, creo que ni él ni yo esperábamos algo ¡tan serio!
Mat habló primero diciendo - creo que es mejor que lo piensen un poco más, están muy jóvenes, quizás deberían intentar quizás vivir juntos y ver si funciona.
No tengo nada en contra de Sofía, al contrario me parece una chica muy bella y simpática, pero...
Dylan lo interrumpió –diciendo- ¡Sofía está embarazada!
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Café Estrellado
RomanceUn engreído actor, un desafortunado accidente y una chica ambiciosa harán de esta novela una de tus favoritas.