María y yo preparamos la cena, quise que fuera algo liviano, los dichos de Mat en la tarde me tenían afectada. Mi estómago no estaba como para comer algo pesado, y el del resto de los invitados, tampoco.
Un salmón a las finas hierbas me pareció apropiado.
Sofía estaba nerviosa, el encuentro con su padre no sería fácil, ella lo sabía.
Jacob la adoraba y había hecho grandes planes para ella, pero mi hija había decidido otro camino.
Yo trataba de darle ánimo y ella se sentía segura por el apoyo de Dylan y el mío.
Mat y su hijo llegaron temprano.
Mat se había vestido de riguroso negro y camisa blanca sin corbata, que lo hacían ver muy varonil y joven.
Dylan estaba más informal, de acuerdo a su edad, usaba pantalones claros y una camisa muy fina de lino blanco, ambos hombres se veían muy guapos.
Sofía estaba usando un bonito vestido verde y llevaba el cabello suelto en ondas, se parecía mucho a mi cuando era joven y llevaba unas sandalias planas, y por todo adorno, colgó a su cuello un corazón de oro, regalo de su padre.
Todos estaban en la sala tomando unos tragos, y esperaban ansiosos el encuentro con Jacob.
Yo por mi parte, me había puesto un vestido de encaje azul que había usado en muy pocas ocasiones y me puse unos aros de plata y adornos del mismo material.
Me sentía nerviosa, desde el último encuentro, sentía un desasosiego en presencia de Mat, suponía que era por el tiempo transcurrido, sus palabras y los recuerdos.
Todos estábamos inquietos, bebí un whisky y le ofrecí otro a Mat que aceptó gustoso, acercándose a mí y diciéndome, espero que estés bien, que mis palabras no te hayan ofendido, tienes que entender que es difícil para mí volverte a ver, pero quiero que seas mi amiga, quizás pueda conformarme con eso.
Un escalofrío recorrió mi espalda, lo miré y vi sus ojos que me miraban con cariño -diciéndome- No te voy a dejar sola con él, la responsabilidad es de mi hijo por lo tanto es mía también. Yo estoy aquí para lo que me necesites, quiero que sepas eso. Le sonreí agradecida.
Jacob se ponía violento cuando algo no le gustaba, en eso se parecía a Sofía.
Jacob llegó y saludó cortésmente a ambos hombres que se apresuraron a darle la mano, su cara estaba tensa y al parecer tenía en mente otra cosa, se dirigió a saludar a mi hija y sin mediar palabra levantó la mano y la golpeó en la cara.
Ambos hombres se quedaron quietos por la sorpresa, yo corrí para detenerlo, sabía que continuaría golpeándola si no le ponía un atajo, con tan mala suerte que su mano chocó de lleno en mi rostro.
Mat lo miró con la cara llena de furia y fue el primero en reaccionar, lo tomó por los hombros deteniéndolo. Sofía lloraba como una magdalena, por el golpe, yo trataba de consolarla y Mat y su hijo detenían a Jacob que lanzaba improperios contra Sofía.
Jacob se veía totalmente descontrolado, de pronto como saliendo de un estado de sopor notó la presencia de Dylan y lo encaró ¿así que tú eres el maldito que se acostó con mi hija?
Hizo ademán de golpearlo, pero afortunadamente estaba Mat y lo detuvo -diciéndole- hemos venido aquí para conversar y me parece que no estás dispuesto a ello ¡es mejor que te vayas!
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Café Estrellado
RomansUn engreído actor, un desafortunado accidente y una chica ambiciosa harán de esta novela una de tus favoritas.