Capítulo 7 | Compatible |

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Me miraba atónita.

— Pobre...-

Murmuró la pelirroja sin poder creerlo.

— Digo, entiendo que se haya sentido horrible cuando se enteró de lo que le pasó a su mejor amigo mientras él no estaba, pero no es razón para que te odie ni te diga todas esas cosas. Vos también la pasaste mal, y te llevaste la peor parte - dijo molesta.

— No me odia, Jenny. Al parecer su manera de desquitarse y expresar su tristeza es desquitándose conmigo, pero no me odia. Perdió a su amigo de toda la vida de una manera horrible, y supongo que se pregunta por qué le pasó eso a Agus en vez de a mí.

Dije tratando de convencerme más a mí misma que a mi mejor amiga.

Hizo una mueca.

— Hay que ponerle los puntos a Mateo. No entiendo qué le pasa, él no es así.

Me encogí de hombros.

— Ya está - dije restándole importancia.

— Que ustedes dos nunca se hayan llevado bien no es excusa. Simplemente no tiene fundamentos para sacar esas conclusiones de vos, y que se haya disculpado no quita que haya estado mal.

Le conté todo sobre mis últimos encuentros con Mateo en estos seis meses, menos esa parte donde sus labios estuvieron a milímetros de tocar los míos. Ni yo sabía qué había pasado ni por qué me dejé llevar. Pero no quería que eso me volviera loca, y por eso vine a pasar el día en casa de mi querida amiga. Además, también tenía que pedirle unos apuntes de una materia que me estaba haciendo la vida imposible en la facultad. Ahora gracias al accidente estaba más atrasada con el resto de mis compañeros con quienes arranqué la carrera.

Miré el montón de fotografías que Jenny tiene en su mesa de luz, pero fue una la que me llamó más la atención. Al darse cuenta que yo miraba con nostalgia esa foto, estiró su brazo y me la pasó.

Ambas sonreímos.

— Esa fue una buena noche - dijo sin dejar de sonreír.

— Sí, lo fue.

Esa fue la noche en la que Mateo y Jenny se conocieron. Fue mucho antes de que él se fuera a Estados Unidos. Agustin y yo apenas llevábamos pocos meses de relación. Íbamos a un boliche para celebrar el cumpleaños de un amigo de los chicos. Agus y yo tuvimos la idea de presentar a nuestros mejores amigos a ver si surgía algo entre ellos, pero claramente no funcionó porque Jenny y Mateo son como agua y aceite. Sin embargo, los dos siempre se llevaron muy bien, a comparación de mí que seguía teniendo mis opiniones sobre el amigo de mi novio.

La colorada regresó la foto a su lugar. Se acomodó a mi lado y yo me acurruqué junto a ella. La abracé fuerte y me devolvió el abrazo. Nos quedamos así durante varios segundos.

— Extraño a Abril - dije sin soltarla.

— Yo también.

Suspiró y me soltó.

— No sé si ya sabías, pero Mateo fue uno de los que donó sangre para vos y para ella.

Sabía de las donaciones, pero no tenía idea de que Mateo había sido uno de ellos.

— ¿Posta? No sabía nada.

AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora