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                  Connor.

Soy realmente tonto por estar en camino a la fiesta para ayudar a Jade. Luego de todo lo que me ha dicho y de lo que hemos pasado, aun así sigo siendo tan bueno como para acudir en su ayuda cada vez que me necesite. No podía evitar sentirme agobiado por el tono de su voz, estaba tan asustada que yo me asuste. Creo que hago esto porque el simple hecho de que le pase algo malo y yo no pueda evitarlo me jodería más de lo que ya estoy.

-Tienes un buen morado en la cara.-se burló Aubrey para romper el silencio del coche. Había aparecido en su casa para que me acompañase a buscar a Jade, yo no tenía el carnet de conducir aún.

-No me había dado cuenta, gracias por comentarlo.-dije mirándole con cara de pocos amigos.

-De nada, C.-se rió ella. Sonreí intentando no reír aunque me hace gracia.

-¿Por qué no paraste a tu prima antes de ir a esa fiesta? Debería estar durmiendo y no en busca de alguien que ni me agradecerá que haga esto por ella.

-Sabes que sí te lo agradecerá. Jade también lo ha pasado mal, incluso peor que tú. No sé como habéis dejado que esto llegue tan lejos. Sois unos niños idiotas.-dijo atenta a la carretera.

-No eres la más adecuada para hablar. Esto es algo entre Jade y yo, espero que acabe cuanto antes porque no soporto más sentirme así. Ya me da igual cual será el desenlace.-dije encogiéndome de hombros.

-El simple hecho de que estés aquí significa que quieres que acabe como tú quieres y que no te da igual. Juega bien tus cartas, Connor, sé que puedes hacerlo.-dijo ella.

-Lo único que quiero ahora es acabar con esto y volver a casa antes de que mis padres se den cuenta de que he salido. Sigo castigado, ¿sabes?

-Pues vamos a hacerlo rápido.-dijo ella aumentando la velocidad.

Las carreteras estaban tan desiertas que en ningún momento nos encontramos con los típicos atascos o semáforos llenos de coches. Me sorprendió la rapidez con la que llegamos al lugar. Era inconfundible ya que la música seguía sonando a gran volumen. No entiendo como los vecinos no se han quejado, si es que acaso hay vecinos cerca de aquí. 

-Quédate en el coche, iré yo a buscar a Jade.-le dije a Aubrey.

-Toda tuya, Styles.-dijo ella recostándose en el asiento.

Conforme me acercaba la música adquiría mayor potencia. La puerta de la casa estaba abierta así que aproveche para entrar y encontrarme con el ambiente festivo que había allí. Muchas veces había acudido a las fiestas de Amber y a otras muchas fiestas así que sé que el ambiente a estas horas de la noche no es para personas como Jade. Ella no está acostumbrada a ir a fiestas llenas de adolescentes borrachos y drogados.

-¡Connor Styles! ¡Pensé que no aparecerías!-dijo una chica bastante borracha acercándose a mí.

No me acordaba de su nombre pero seguramente sea una de los muchos ligues que tuve en la época en la que no creía tanto en el amor. Jade había conseguido cambiar eso haciéndome dar cuenta que a la única chica que de verdad podía amar sin lamentarme era a ella.

-Ya no me van estas fiestas.-dije buscando con la mirada a Jade.

-Podríamos pasarlo bien, tu y yo. Si quieres...-

Pasó sus brazos por mi cuello e intentó besarme, algo que no le permití hacer. Puse mis manos en su cintura y la separé con cuidado. Estaba demasiado borracha como para estar pensando con claridad.

-¿Has visto a Jade?-le pregunté.

-¿Por ella estás aquí?-dijo riéndose.- Ella está con James, no te hará caso. En cambio, yo...

Littles Horan (n.h.) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora