My model [Stony]

Good friends

Steve Rogers.

Tony se dirigió hacia la puerta, en lo que yo me llevaba un trozo de tarta a la boca "Realmente está buena" Pensaba cada vez que la degustaba.

Una chica, bastante mona, se hizo ver tras la gran apertura de madera oscura, quien entró a paso ligero sin decir palabra alguna.

Llevaba el pelo recogido en una coleta alta. No sabía decir si era pelirroja o rubia, ya que su cabello se fundía entre ambos colores.

La mujer quedó frente a Tony, quien estaba cerrando la puerta. Y en cuanto este se giró, la mano abierta de la joven se estampó contra su mejilla.

Mis ojos se abrieron como platos. No sabía qué narices estaba pasando.

Tony, al parecer, tampoco sabía nada. Sus ojos reflejaban confusión.

—¿Cómo pudiste? —preguntó ella— ¿Cómo fuiste capaz de estar con mi hermana al mismo tiempo que conmigo?

"Wow" Así fue como me quedé al oír aquello.

¿Cómo podría alguien hacer algo así?

Me sentí furioso ante la noticia, pero al mismo tiempo sentí tristeza.

Imaginé a aquella chica enterándose de lo ocurrido en el pasado, y el corazón se me encogió.

—¿Podemos hablar en privado, por favor Pepper? Tengo compañía.

La señorita se giró para buscarme con la mirada. Yo la saludé educadamente, pero no hallé respuesta.

No me importó, supuse que no estaba de humor para nada.

Ambos se movieron, rápidamente, para desaparecer de mi vista.

Yo los seguí con la mirada, mientras se me ocurría la loca idea de escucharles tras la puerta, la cual acababa de oír cerrarse.

Me levanté del sofá, velozmente, y me dirigí hacia donde se encontraban.

Nunca había sido mi estilo espiar a las personas, ni mucho menos en una situación tan delicada como esta. Pero en ese instante sentí que debía hacerlo.

Trabajaba para ese hombre y estaba en todo mi derecho saber sobre él.

—¡Ella se lanzó a mis brazos! ¡Incluso sabiendo que estaba contigo! —Fue lo primero que alcancé a oír.

¿En serio acababa Tony de decirle eso? Realmente era un estúpido.

—¡Eso es exactamente lo que importa! ¡Tú estabas conmigo! ¿Cómo pudiste hacerme eso?

Podía notar la tensión que había entre ellos dos, sin necesidad de verlos.

—No entiendo qué importa esto ahora —dijo Stark—. Tú fuiste quien me dejó.

Escuché un sonoro sollozo por parte de ella.

Así que fue la pelirroja que lo dejó a él... Lo veía normal. Si ya era difícil aguantar a Tony como amigo, llamémoslo así, no quisiera imaginar lo insoportable que sería como pareja.

—¡Te dejé por esa maldita carpeta con la que estás tan obsesionado! ¡La cual, a día de hoy, sigues manteniendo guardada! ¡Aun sabiendo que yo fui quien te ayudó a recabar toda la información, antes de que estuviéramos juntos! ¡Sé que seguías admirando aquellas fotos de vez en cuando! Te veía levantarte por las noches y salir de la habitación con ella en la mano. No soy idiota, Tony —Hizo una pausa y continuó hablando—. Sabes, perfectamente, lo que esos documentos significan para ti... Y mientras los mantengas en tu poder...