Trying to survive 1/2

1.7K 246 39
                                    

Steve Rogers.

A medida que mis pasos avanzaban e iban dejando atrás a Stark, empecé a sentirse mal conmigo mismo.

¿Por qué sentía esa estúpida sensación de no estar haciendo lo correcto?

¡Por el amor del cielo, era lo correcto!

Todo este tiempo me había estado utilizando y engañando. ¿Por qué no podía simplemente dejar todo atrás y seguir tranquilo con mi vida?

No entendía esa obsesión de mi mente por torturarse con temas que no merecían la pena.

Varias veces quise mirar hacia atrás, pero sabía que existía la posibilidad de que él estuviese observándome de vuelta. Y no quería aquello.

Algo dentro de mí me decía que hubiese sido capaz de volver en su dirección si su vista estaba fija en mí.

Seguí hacia delante, pese a que me estaba derrumbando, con la cabeza recta y la vista al frente.

No quería tener que arrepentirme de volver a confiar en alguien tan destructivo como él...

[...]

Pasaron días y días.

Habían hecho cinco meses desde la última vez que vi a Tony, cuatro desde que murió Edward...

Sí, desgraciadamente, había estado tan débil últimamente, que simplemente llegó su hora...

Me sentí horriblemente mal cuando la noticia me golpeó por sorpresa.

¿Es que no podían las malas noticias dejar de aparecer de repente?

Estaba harto de que todo fuesen malas noticias.

Fui al funeral, acompañado por mi fiel amigo Bucky, quien me brindó su apoyo en todo momento.

Recuerdo cómo mi mente buscaba por los alrededores alguna señal de Anthony Stark, de quien me esperaba alguna visita, no tan sorpresa, en el tanatorio.

Pero no se apareció.

No sé si estaba más enfadado o preocupado.

Necesitaba que estuviese allí, y no tuvo el coraje de aparecer, lo cual, en parte, me quitó las ganas de volver a verlo.

Pero, por otra parte, me sentí preocupado.

Sabía lo frágil que podía ser Tony en algunos aspectos, y que a veces ciertas situaciones lo hacían hundirse en la profundidad de la mierda.

Todo aquello no hacía más que aparecerse todo el tiempo en mi mente.

Cada día.

Cada noche.

Cada hora y minuto.

No dejaba de torturarme pensando en que ese idiota podría estar echando su vida a perder, pese a que era un fotógrafo bastante bueno y mundialmente reconocido.

Esa misma mañana, me planteé la no-tan-estúpida idea de ir a un lugar, bastante característico de él, donde además habían estado juntos.

Pensé que tal vez fuera demasiado emocional para él, pero gracias a que fui porque lo que me encontré allí fue un completo desastre.

Cuando llegó la noche, salí de mi casa, lo más rápido posible, y cogí un taxi que me llevara a aquel lugar. Con un poco de suerte, recordaba el nombre de aquel lugar.

Era un sitio que estaba cercano a la casa de Stark. Tal vez a unos siete minutos en coche.

Mientras el vehículo hacía su viaje, no podía dejar de pensar las tonterías que hizo Tony en aquel lugar, solo por conseguir un beso o algo proveniente de mí.

Me cabreé tantísimo con él, que menos mal que estaba allí Bruce, quien me calmó más de una vez.

Finalmente, el vehículo se detuvo.

Pregunté la cantidad que tenía que pagar, y le ofrecí lo que tenía.

—Quédese con el cambio. —dije, recibiendo el agradecimiento del hombre. Y a continuación salí de allí.

No podía esperar por entrar a aquel lugar.

En cierto modo, tenía la esperanza de que no estuviese allí, porque, aunque si me moría de ganas de verlo, él hecho de que estuviese allí, dejaba claras todas mis dudas. Todos mis malos pensamientos sobre qué estaría haciendo sería real.

Y no quería que él se destruyese como solía hacerlo...

Me dispuse a entrar muy seguro de ello, y cuando fui a abrir la puerta, alguien más lo hizo. Se escucharon gritos de fondo, pero entre él y yo todo se volvió silencioso.

Nos quedamos congelados en el sitio.

Él no se decidía a salir, y yo no lo hacía a entrar.

—L-lo siento —se disculpó nervioso por el repentino encuentro—. No le estoy dejando pasar, caballero...

Y tras decir aquello, se echó hacia un lado para dejarme entrar.

Mi cuerpo se quedó donde estaba.

Y noté cómo él me miraba con tristeza.

—No quiero entrar. —respondí.

—Oh... —Sus ojos pasaron de mirarme a mí a observar el brillo inexistente del suelo— Si es por mí... yo ya me iba...

Era evidente en su aliento y su comportamiento que había estado bebiendo.

Fue un gran palo darme cuenta de ello.

Al y al cabo, yo había provocado aquello.

—No es por eso —dije, sin saber muy bien cómo continuar—. He venido a buscarte.

Los ojos castaños de este me miraron con atención y sorpresa.

Se mantuvo en silencio. Varias veces abrió la boca para hablar pero terminó optando por no hacerlo.

Pensé que tendría miedo de volver a estropear todo.

Pero ya daba igual.

Lo había visto de aquella forma, y todo lo que dijera iba a perdonárselo...

Ya no solamente era la idea de que estuviera así por mi culpa, sino el sentimiento de impotencia de no haberlo imaginado antes. De no haber estado a su lado para ayudarlo. Porque sabía que él hubiese estado conmigo en todo momento... si no hubiese estado en una situación como la que estaba ahora.

A la que yo lo había mandado.

—No... entiendo... Creí que lo habías dejado todo claro —Sus ojos seguían sin mirarme, no se sentían capaces de hacerlo—. No quieres tener nada que ver conmigo. Y lo comprendo —Esta vez, su mirada se cruzó con la mía—, no te culpo por haber elegido lo correcto.

Dejé aparecerse al silencio, para a continuación hablar yo también.

—Sé que no lo haces —Sabía perfectamente que no era a mí a quien culpaba—. Pero tal vez estés culpando a otra persona por ello.

Tony se quedó callado por un momento.

Sabía a lo que quería referirme.

Y yo sabía que había estado siendo así desde que terminamos despidiéndonos aquella vez...

My model [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora