Caught red handed

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Steve Rogers.

Yo, que no acostumbraba a recibir mensajes al móvil, recibí uno en el que decía:

He visto tu revista, me la ha enseñado Tony.

Pásate por su casa en cuanto puedas, te he dejado una llave bajo la alfombra de la entrada, por si Tony está ocupado trabajando.

PD: no tienes que preocuparte por la verja, está abierta.

Un saludo,

Bruce.

Al principio, al leer la primera frase, me puse un poco nervioso. Pero al ver de quién se trataba, sonreí.

Lo primero que hice, fue llamar a mi mejor amigo, quien descolgó de inmediato.

—Stark ya tiene la revista. —Fue lo primero que dije, sin darme cuenta de que no lo había saludado primero.

—¿En serio? —Se notaba que estaba emocionado—¿Puedo verla ya?

—Aún no —respondí—. Tengo que ir a su casa a recoger el ejemplar. ¿Nos vemos en un rato? Te avisaré en cuanto la tenga.

—Me parece bien. Hasta luego, tío.

—Hasta luego, Bucky.

[...]

Me vestí, lo más rápido posible, y salí de casa.

Estuve pensando en lo que había sucedido hacía unos días en clase.

Peggy me había oído hablar sobre un tema, el cual desapareció de mi mente en cuanto la vi mirándome, y se acercó a nosotros, participando en la conversación.

Sus hermosos ojos no dejaban de mirarme, y eso me estaba incomodando.

Me encantaba, pero al mismo tiempo sentía que iba a darme algo si no salía de allí.

Recuerdo la vez que me dio su número de teléfono. No fue nada especial, simplemente nos tocó trabajar en grupo y teníamos que mantenernos en contacto.

Ella y yo apenas hablamos, normalmente. No creía que yo le interesase, hasta que me propuso salir algún día con ella.

—¿Tienes mi número, no? —dijo con una amplia y deslumbrante sonrisa. Yo sólo pude sonreír como un idiota.

Y aquí estoy. Aún no he sido capaz de llamarla. Pero lo haré.

Antes de que me diera cuenta, estaba frente a la casa de Anthony. Era imposible no admirar la belleza de aquel edificio. ¿A quien no le gustaría vivir en un lugar como ese?

La cancela estaba abierta, tal y como me había dicho Bruce en el mensaje.

Cuando estuve frente a la puerta de la casa, por poco llamé al timbre. Pero me detuve tiempo.

Desvié la vista al suelo, me agaché, levanté la alfombra —viendo por primera vez lo que ponía en ella "Not welcome, bye!"—, y cogí la pequeña herramienta plateada.

Me acerqué a la puerta, dispuesto a abrirla, cuando escuché un ruido en el interior. No se distinguía con claridad el qué era.

Introduje la llave en la cerradura y empujé con suavidad para entrar.

La puerta se fue sola, abriéndose del todo, mientras mi mandíbula se desencajada.

Tony y Misha estaban...

Esta última se levantó, rápidamente, de encima de Stark y cogió su ropa que estaba desparramada por el suelo, a toda prisa.

El millonario, quien estaba de espaldas a mí  tirado en el sofá, me miró con expresión de enfado. Cambiando, en unos segundos, de esta a una de sorpresa.

—¿Q-qué haces tú aquí? Creía que eras Bann...

No sé porqué, me sentía enfadado. Y esa expresión se me había dibujado en el rostro.

—Venía a por la revista —lo interrumpí—. ¿Puedes dármela? Mientras antes lo hagas, antes podré dejarte tranquilo.

—E-esto no es lo que parece , Steve... —Mantuve la mirada alta, evitando mirarlo más abajo. Se le notaba muy nervioso, lo que era extraño, teniendo en cuenta cómo es él.

Ni siquiera sabía porqué se excusaba. Él no tenía nada que explicarme.

—Lo sea o no, no es de mi incumbencia —dije. Y extendí la mano—. La revista. —repetí.

—Creo que antes deberíamos hablar.

¿Hablar? ¿De qué? ¡No había nada de que hablar!

Se oyó la puerta cerrarse, y fue cuando nos percatamos de que nos quedamos solos. Mejor. Menos incómodo.

—Tú ligue de ha ido, deberías llamarla.

Tony miró en dirección a la salida y volvió a fijar la vista en mí.

—Siéntate, y te explico lo que...

—No —Me percaté de que estaba perdido el control en mi voz, e intenté calmarme—. Tengo que irme.

—¡Venga ya! Seguro que no tienes nada que hacer.

Arqueé las cejas, en muestra de sorpresa.

—Perdona, pero he quedado con Bucky para enseñarle las fotografías.

No sé para qué dije aquello.

—Entonces no te corre prisa. —Se dio media vuelta, ignorándome, pero lo agarré del brazo.

—He dicho que me la des, Tony —Intentó zafarse de mi agarre, tirando con toda su fuerza. Pero lo único que consiguió fue que cayéramos al suelo. Lo peor es que sabía que eso terminaría sucediendo—. ¡Eres un maldito crío, Stark! —le grité, levantándome a toda prisa de encima de él. Estaba desnudo de cintura para abajo, y me había obligado a mirarlo al caer.

Me estaba sintiendo más incómodo de lo que estaba cuando los vi sobre el sofá.

La calor me estaba agobiando.

No podía mirar a Tony, así que no sabía qué estaba haciendo. Solo sabía que lo había callado con mi grito.

Lo escuché levantarse a mis espaldas, sin decir nada.

Lo único que yo podía hacer era esperar.

Las mejillas me dolían, y conociendo al fotógrafo me diría algo en cuanto me viera. Pero, entonces, me sorprendió.

Sin darme la cara me tendió la revista, desde detrás de mí. La observé de reojos y la cogí sin girarme.

—Vete —dijo—. Me da igual.

Y cuando escuché sus pasos alejarse, me di media vuelta para verlo.

¿Ya está? ¿Eso era todo?

Debía reconocer que no esperaba aquello.

Esperaba un escándalo. Que la liase como estaba acostumbrado. Pero no. Y me sentía... raro. Decepcionado.

Quizá, por fin, se había cansado de hacer tonterías... Y eso está bien, ¿no?

Entonces, ¿por qué no me sentía de esa forma?

Me quedé estancado un rato en el mismo sitio, hasta que mi mente de recuperó un poco, y fue capaz de sacarme de allí. Aunque, no podía sacarme esa sensación de dentro... Era desagradable.

My model [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora