Tony's favor

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Tony Stark.

Después de varios minutos, que se me hicieron eternos, busqué el número de Steve entre mis contactos y lo llamé.

No había sabido de él desde que nos acostamos, y, aunque no era propio de mí, la situación comenzaba a molestarme.

—Hola, Tony... —respondió a la llamada. No lo dejé continuar. Tenía que hablar. Soltar toda la frustración que estaba sintiendo en ese momento.

—¿Qué pasa? ¿Ya no quieres saber nada de mí, rubia? —Escuché un bufido al otro lado del teléfono y pude imaginar la expresión de su rostro en ese instante. Con el ceño fruncido e increíblemente atractivo. El hecho de no poder admirarlo me enfadó aún más—. Supongo que pensarías que con un poco de suerte habrías conseguido quitarme de en medio.

—Ojalá... —dijo antes de suspirar— Pero algo me dice que eso nunca me será posible.

¿Perdón?

¿Con qué descaro me soltaba eso?

—Chico listo. —contesté como si no me hubiesen importado sus palabras.

—¿Hay algo más... que quieras decirme? —¿Acababa de bostezar?

—¿Es que te aburro, Rogers? —dije sin poder disimular mi mal humor.

—Estoy cansado, Tony. Iba a dormirme y has llamado. Sólo quiero descansar. No he dicho que me molestes.

Quería seguir hablándole mal —no sabía porqué pero sentía, en lo más profundo, que era la única forma de sentirme mejor—, pero en cambio hice todo lo contrario. Algo que ni yo mismo pude ver venir.

—Necesito verte.  —Aquello provocó un largo silencio por parte de ambos.

Supuse que él no sabía qué responder a semejantes palabras, pero ¿cómo podía culparlo de eso? Ni siquiera yo hubiese sido capaz de responder a algo como eso.

Me quedé paralizado ante el terror de no saber qué vendría a continuación, si seguiríamos en silencio o me cortaría la llamada.

¿Por qué había tenido que decir eso? Menudo gilipollas soy...

—Me pasaré mañana por tu casa —Por unos segundos había olvidado cómo respirar—. ¿Qué hora te viene bien?

—A la que te venga mejor —respondí al instante—. Estaré todo el día en casa.

—Está bien... ¿Puedo dormir ahora?

—Me encantaría responder que no, pero seguro que me colgarías...

Y en ese momento, la llamada fue cortada por parte del rubio, dejándome con cara de idiota.

Aparte el teléfono de mi oído, manteniendo el ceño fruncido.

—Esta te la guardo. —dije como si pudiese oírme aún.

Fui a dejar el móvil sobre la mesa del salón, cuando sonó de repente.

Prácticamente me lancé hacia él, creyendo que sería Steve para disculparse por haberme colgado. Pero no.

—¿Qué quieres? —contesté de malas ganas, al ver que era Banner quién me llamaba.

—¿Alguien no está de humor? —habló por fin, tras unos segundos de silencio.

—¿Qué puñetas te pasa, Brucey?

My model [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora