«¡Oh diosa Luna, ¿por qué me haces esto?» Durante siglos lo busqué, y ahora que lo encuentro, miles de problemas se presentan. No puedo sentir esto por dos hombres pero: me es inevitable no enamorarme de ellos.
¿A quién debería elegir?
¿A mi Mate o...
-¿Cómo no llorar? -sollozo-. Mi mate, mi beta y mi familia se fueron. La que se supone qué es mi madre me insultó y se llevó a mi padre y a mi hermano. La manada está siendo amenazada por no tener dos Alfas todavía.
-Yo no entiendo algo, ¿por qué está amenazada? -preguntó acariciando mi cara.
-Cada mil años sí una manada no tiene alfa, luna, cualquiera de los dos, sea mate o no está en peligro por la Luna Azul. También sí aún el alfa no tiene descendencia pero si mate. Es complicado.
-¿Luna Azul?
-Esa luna mata a los hombres y mujeres lobos qué no tengan el cuidado suficiente. Podría yo sola pero con todo esto no doy abasto.
Secó mis lágrimas.
-Todo se solucionará.
-Eso espero.
-Y-yo puedo casarme contigo sí quieres -abro los ojos como platos al escucharlo.
-P-pero tú aún no encuentras a la tuya y...
-¡Alfa! -gritó un cachorro.
-¿Qué? -digo con un nudo en la garganta.
-David ha vuelto.
Tres meses luego de qué Sebastián se fuera.
-¿Acepta por esposa a la Alfa Mina Vanjalen para amarla, respetarla hasta el fin de su aliento? -preguntó el cura. Trago saliva y lo miro.
-Contesta -le susurro y golpeo con mi codo su estómago.
-Y-Yo -me miró triste-. Acepto.
-Puede besar a la novia -nos miramos seriamente y acerca su rostro para depositar un beso en mi mejilla.
Escucho como aplauden los invitados y la manada. Esto es lo correcto para la manada. Me repito una y mil veces. Lo siento, Sebastián.
-Espero qué estés contenta, alfa -me dice parándose al lado mio. Juega con el anillo.
-Lo estoy. De ahora en adelante todo sera mejor -lo veo a la cara. Sé qué en el fondo me odia.
-¿Engañar a nuestros mates es lo mejor? -sus nudillos se tornan blancos de tan apretados qué estaban.
-¿Acaso la encontraste? -digo enojada. Niega con la cabeza y deja salir un bufido.
-Te arrepentirás -me advierte.
-Lo sé -le doy una vista al bosque-. Lo sé, joder.
-¿Tú crees qué estén bien? -pregunta David.
-Supongo -digo sonriente.
-No deberías estar así -dice entre dientes.
-Lamento haber arruinado tu vida por querer salvar la manada. Pero ahora que recuerdo ¡¡Tú propusiste casarnos a los dos!!
-¡¡Eso no...!! -se calla al recordarlo.
-Me casaré con Leo, David, es nuestra única salvación -me costaba decir aquello.
-¿Con Leo? -gritó-. Ni siquiera es de nuestra manada.
-¡Por eso mismo! Sí nos casamos podríamos unir las manadas y hacerlas más fuertes del mundo.
-¡Deja esa estúpida idea y cásate conmigo, joder! -gritó para luego arrodillarse.
-¿Recuerdas? --pregunto burlona.
-Si -patea una piedra divertido.
-Anda, que todo esto te está gustando -muerde su labio para no reír.
-Bien bien -ríe a carcajadas-. Está fiesta es kawaii. Aunque no sé de qué me quejo tampoco es qué tendremos ¿momentos pervertidos no? -hace la cara de la luna negra de Whatsapp.
-Claro qué no haremos eso, pecas -golpeo su hombro.
-Era para estar seguro. ¿Tienes algo en mente para hacer? -me mira.
-Estuve pensando en bailar... mmmh ¿zumba? ¿te apuntas? -me mira confundido y con diversión.
-Vale -sonríe mostrando sus dientes.
(*>.<*) Lo siento pero es necesario (╥╯﹏╰╥)ง
Años después.
-¿Mamá?
-¿Y ahora qué? -pregunto enojada.
-¡¡Papá pasa!! No me quiere ayudar en algo qué le pedí -me mira enojado.
-¿Y qué quieres qué haga? ¿Qué lo mate o qué? -lo miro desafiante.
Sonríe como yo lo hago siempre. Con maldad.
-Matarlo -ríe maléficamente y yo le sigo. Sé qué está detrás de la puerta.
-¡¡Los escuché!! -sale con cara de asustado mientras nos apunta-. T-tú, grillo, eres malo -lo mira ofendido-. Me fui de ahí porqué me cruce con una chica muy lind... -se calla al verme con una ceja levantada.
-No me interesa lo que se te cruzó o no, no debes dejar a mi hijo sólo -lo miro amenazante.
-Lo siento.
-Estás disculpado, papá -golpea su espalda y David se queja-. ¿De qué te quejas por Dios? Ni viejo eres. Es más, te vez de mi edad. Un joven muchacho de diecisiete años.
-Como digas. Nos vamos a cazar -saluda con su mano y Ethan me lanza un beso.
-¡No me extrañes, mamá!
-No te preocupes qué no lo haré -escucho como se ríe.
Le debo mucho a Ethan.
Ethan.
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