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Ethan.

-Esto es una completa mierda -le digo a mi mejor amigo, Nazareth.

-¿Tan así? -pregunta cambiándole al televisor.

-Sí, mis padres están distanciados. Hace dos días no sé dirigen la palabra ni siquiera bajan a comer -tallo mi cara con frustración.

-Lo siento mucho. Debe ser difícil ver a los Alfas así, desde que los conozco siempre han sido cariñosos el uno con el otro, jamás se separaban.

-Nazareth, quiero hacer algo pero no sé que. Este tema de sus mates me trae nulo.

-¿Qué tal todo sobre el embarazo? -pregunta.

-Pues, Sasha, no me quiere decir nada sobre ese tema, ni siquiera me deja acercarme a su vientre -me tenso al recordar eso-. Tampoco me entero cuando son las ecografías. Sólo sé que es una niña.

Me palmea la espalda mientras niega.

-Tu vida es mejor que la novela de las dos.

-¡Es verdad! -chillo arrancándome unos cuantos cabellos-. Sólo que en mi vida somos hombres lobos.

-¿Te gustaría Victoria como madrastra? -pregunta mirando un punto fijo.

-¡Estás loco! -chillo-. No la soporto, es muy perra.

Ríe a carcajadas al ver mi expresión pero calla en cuanto ve a mi mamá bajar de las escaleras.

Siento lástima por ella, está pálida con unas increíbles ojeras.

-¿Necesitas algo, mamá? -le pregunto mientras me levanto.

-Comida -susurra comenzando a oler por todos lados.

-Bueno, te traeré.

La suelto y corro hacia la cocina. Abro la nevera y saco sándwich de jamón con queso, pongo en un vaso jugo y le llevo.

-Gracias -me dice sentándose en el sillón al lado de Nazareth.

-De nada -acaricio su pelo.

Frunzo el ceño al notar otra presencia en la habitación. Comienzo a mirar para todos lados.

-¿Sienten eso? -les pregunto.

-Sí -dice extrañado Naza.

-Yo no -dice mamá mirando su sándwich.

-Es como si alguien más estuviera aquí -dice mi amigo.

-Están delirando -dice mamá revoleando los ojos-. Ethan, tráeme otro sándwich -me levanto dispuesto a ir a buscarlo pero me para-. Mejor milanesa a caballo.

-Bien -agradezco que ya haya preparado eso, sólo tengo que calentarlo y cocinar las papas y huevos.

***

Vemos a mi mamá mirar el plato de comida como si fuera lo más maravilloso de este mundo.

-¡Qué rico! -grita probando el primer bocado.

-¿Puedo probar? -le pregunta mi mejor amigo. Abrimos los ojos como platos al ver como los ojos de mamá cambian y comienza a gruñir.

-Comida mia -dice.

-¡Ahhhh! -chilla Nazareth alejándose un poco.

Por su bien.

Jamás la vi así.

David.

Soy una mierda. Me repito una y mil veces.

Tiro de mis pelos y agarro una almohada para que no se escuche el grito.

¿Cómo pude hacer algo así?

Yo no soy así pero las circunstancias y el motivo lo jugaron en mi contra.

¿Qué creen que pasó con David?

Amo a David y adoro escribirlo 😍.

Se vienen unos capítulos intensos. Además del final.

¿Mate o Beta? © TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora