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Sebastián.

-¡Calla a ese ñiño, Sasha! -grito tirándome al sillón y encendiendo la televisión.

Se pasó toda la noche llorando. Se calmaba y largaba a llorar a moco tendido.

¿Acaso no se cansa?

-¿Puedes ayudarme, estúpido? -pregunta enojada entrando a la sala. La veo serio, está con ropa sucia-. No puedo hacerlo todo sola.

-¿Crees qué me importa? -la miro burlón.

-Debería. No es mi hijo sólo. Tú eres su padre, así que como uno bueno te vas a levantar en este mismo momento y le cambiarás el pañal.

Comienzo a reír mientras niego con el dedo: -Hazlo tú, ni siquiera sé como poner uno.

-Bueno, te enseñaré -coloca un almohadón en la mesa y pañales junto con otras cosas.

-¿Acaso no entiendes? No me interesa aprender -cambio de canal.

-¡Ojalá nunca me hubiese acostado conmigo! -grita tirándome el almohadón.

-¡Hubieses abortado! -le contesto enojado.

Escucho como se acerca corriendo. Giro mi cabeza al sentir semejante cachetada.

Me olvide que es una mujer lobo. Por ende, tiene más fuerza.

-Por más que quiera tener o no al niño, jamás se paso por mi cabeza hacer tal cosa. Puedes largarte ahora mismo -me comunica furiosa mientras tira de mis pelos. Acerca su cara a la mía-. No verás más a tu hijo, no hasta que madures. Además, el bebé no tiene la culpa de nada.

Me levanta de la remera mientras encamina a la puerta.

-Ethan es mucho más hombre que tú. Hubiese sido un gran padre -me dice burlona. Desde que me enteré que mi vida era una mentira, lo odio. A él y a su estúpido padre.

Dicho eso, me cierra la puerta en la cara.

-Mojigata -susurro pateando el árbol.

Me sobresalto al escuchar mi móvil sonar.

-¿Hola?

-Sebastián, el bebé de Susana está por nacer. Estamos en el hospital de la manada de la zorra esa -me avisa Victoria.

Ruedo los ojos mientras suspiro.

-¿Y eso me tiene que importar por qué...? -comienzo a decir mientras subo al auto.

-¿Quieres tener a Mina para ti? Entonces cállate.

-No, Victoria. Ya te dije mis sentimientos -contesto desilusionado, manejando.

-Sabes que eso no pasará, Sebastián -susurra.

Le cuelgo y lanzo el celular a la parte de atrás.

-Eres un idiota, Sebastián -me digo a mí mismo.

Diecisiete años, un hijo, y corazón roto.

¿Qué más puede pasar?

***

-Hola -saluda el abuelo de Ethan.

-¿Nació? -pregunto desinteresado.

Había cambiado tanto estos últimos meses.

-Así es, es un niño precioso -contesta muy emocionado.

-Felicidades -me siento en la silla que hay en el pasillo y saco mi celular para ver las noticias.

Rio un poco al leer una, Rihanna y Drake se separaron.

¿Mate o Beta? © TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora