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Mina. Meses después.

—¿¡Qué ella es qué!? —grito mientras me paro. David me sigue.

—Es mi novia y mi mate, mamá —responde con un increíble nerviosismo, mientras toma la mano de aquella chica.

—No. No, no puede ser —tomo mis cabellos con la mano y los estiro—. ¡Dios! ¿Que he hecho mal en está vida para que me trates así?

Una hora antes.

David, dijimos que veríamos una película —lo miro seria. Él sonríe como si no hubiese hecho nada—. Además tenemos que organizar la boda. Preparar las comidas, los adornos, los invitados...

—¡Mina por favor! —chilla en un susurro.

—¿Por qué susurras si no hay nadie?

—¿Por qué lo haces tú ahora? —dice mientras termina de besarme en el cuello.

Reímos mientas pone play al DVD.

***

—¡No, David mira le dijo "Buena suerte"! —grito mientras lo zarandeo para que se despierte. El muy maldito se durmió.

—¿Eh? ¿Qué ocurre? —pregunta mientras se refriega los ojos y bosteza.

—¡Le dijo "Buena suerte"! —me mira enojado.

—Mina, pareciera cómo si jamás hubieses visto esa película —hago un puchero.

—Lo siento. Es que me encanta esa parte. Además esa película me hizo no querer viajar a Francia o salir del país —cruzo los brazos.

David se ríe y me abraza.

—Estás loca.

—Si pero esta loca... —me callo en cuanto escucho que la puerta se abrió.

—¡Soy Derek! ¡Ya llegué! —gritó. Escuchamos como sube a su habitación.

—¡¿No en serio?! —grita David—. ¿En qué estábamos?

Se me arrima un poco para besarme pero la puerta es abierta de nuevo.

—¿Y ahora quién mierd...?—se calla en cuanto ve algo detrás de mi. Su mirada se puso seria.

—Padres, quiero presentarles a alguien —abro los ojos como platos al ver aquella pareja.

Momento actual.

—Mamá no te pongas así —dice Derek mientras me abraza—. No es tan malo.

—¡¿Qué no es tan malo?! —chilla Ethan entrando al salón—. ¡No conoces para nada a esta mujer!

David está en shock. Le pego en la nuca para que reaccione. Me mira mal pero al ver lo que le señalo con la mirada vuelve a ponerse serio.

—Esta mujer de aquí no es bienvenida en esta casa —responde mientras aprieta sus puños. Los cuales se están tornando blancos.

Federico entra con Perla en sus brazos. Se sorprende al ver a su hermana tomada de la mano de una mujer.

—¿Quién eres tú? —le pregunta a la chica.

—Es mi mate, Fede —responde Florencia.

—¿Y por qué todos están tensos? —pregunta mirándome—. Que yo sepa ustedes nos educaron diciendo que no es problema que alguien tenga diferentes gustos.

—El problema no es ese, Federico. Sino aquella mala mujer —responde mi esposo mientras mira a Perla—. Llévatela.

Muestra cara de confusión pero hace lo que le manda su padre.

—Creí haberte dicho que no te quería ver cerca de mi casa y de mi familia, Sasha —grito mientras me acerco a ella.

No voy a pelear aquí. No estando Perla presente.

—Sí lo sé. Pero no me voy a alejar de Florencia. Ella es mía y de nadie más ni siquiera es tuya —acerca su cara a la mía.

—Mira perra sarnosa, ella es Mi hija, no quiero que uno de mis hijos vuelva a sufrir por culpa tuya. Demasiado ya tuve con Ethan y Perla para que vengas a joderme metiéndote con Florencia.

—Así que te invito a salir de mi casa en este instante —continua David mientras la empuja.

Pero se detiene al escuchar llorar a Florencia.

Por más que sea mi hija debo decir que sabe bien que David no soporta verla llorar. Es decir, es nuestra primera hija mujer. Su princesita, su capullito.

¿Mate o Beta? © TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora