Capítulo 43

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Una lectora ONLY_WOLF me hizo esta hermosa portada y me pidió amablemente que la utilice.
Si alguno de ustedes necesita que alguien les haga una portada, les recomiendo a esta personilla, saludos...

P.O.V de Jessica.

Camino junto a Jake volviendo con la manada mientras arrastrábamos 2 crías de venado muertas que cazamos minutos atrás llevando a un ejemplar a duras penas por la nieve.
Tardamos en llegar porque los cuerpos eran muy pesados, sabíamos que no alcanzaría para satisfacer al grupo pero era el máximo de lo que podíamos cargar.
Luego comenzó lo extraño, estuvimos como 2 horas buscando a la manada de los Nightmore y no la encontramos.
Juro que sé el camino de vuelta, no me perdí, sólo que ahora no están en el mismo sitio, como si se hubieran esfumado o algo así.

-Oye, no hay nada de que avergonzarse, pero admite que estamos perdidos...- dijo Jake por octava vez, él no me cree, piensa que nos perdimos.
-¡Que no! Juro que estaba aquí.
-En ese caso- se sentó en el suelo y exhaló profundamente- te han abandonado, princesa.
-No...- murmuré algo apenada.
-Perdona, pero es la verdad.

Lo consideré pero los creí incapaces de hacer eso, no podían ser tan malos como decían, tan crueles y desalmados, por alguna razón les tenía una profunda e inexplicable fe. O tal vez, y sólo tal vez nos habían mandado a buscar alimento para darles tiempo a escapar de mí, era una probabilidad.
Ya no sé ni qué pensar.

-Si los quisiéramos abandonar, les pediríamos la comida y luego los dejaríamos.- dijo le reconocible voz de Dylan a mis espaldas.
-¡Dylan!¡Que bueno que estás aquí!¿Y los demás?-dije alegre.

Por un momento pensé que moriría con Jake en este bosque.

-¿Que hace él aquí?- dijo dirigiéndose a Jake con un tono frío en su voz e ignorando mi pregunta.
-Protegiéndola de ustedes.- respondió el otro con desprecio.

Inconscientemente me acordé de Zac, el diría exactamente lo mismo. Mierda, tendré que olvidarme de él por un tiempo porque no podré estar todo el día así, no me malinterpreten, lo amo, pero no puedo relacionar todo con él o me volveré loca.
Decidí intervenir porque si no lo hacía comenzarían a pelearse, de forma más violenta de como lo estaban haciendo ahora.

-Ya fue suficiente, detenganse. Jake se quedará con nosotros si así el lo desea, porque quiere asegurarse de que yo me encuentro bien.
-¿O si no qué?¿Me pondrás tus ojos de cachorrita triste?
-O si no...- pensé por un segundo como podía retrucar la pregunta del lobo negro- O si no, no los ayudaré y me iré a casa.

"Con Zac" dijo Allison en mi cabeza.

Como si yo hubiera dicho unas palabras horribles, los ojos de Dylan se oscurecieron a un amarillo apagado, supe que algo había pasado, algo que los había obligado a cambiar de sitio e irse a otro lado. Me sentí culpable y después de unos segundos el animal habló mostrándose frío e indiferente.

-De acuerdo, si así lo quieres.

Se dió vuelta y se acercó al cadáver del venado para subirlo a su lomo, aproveché ese momento para intercambiar una mirada confusa con Jake, lo ayudamos y comenzamos a caminar de vuelta para ir con el grupo. Resulta que se habían ido muy lejos, posiblemente sin la ayuda de Dylan no los hubieramos encontrado nunca.
Nadie habló en todo el trayecto. Sabía que probablemente no iban a aceptar a Jake pero si él se iba yo también me iría. Al llegar estaban todos en silencio y cabizbaja, pero al verme algunos empezaron a murmurar cosas, otros me miraron con muy mala cara mientras que algunas madres tapaban a sus cachorros escondiéndolos de mí como si yo fuera a llevármelos. Muchos lo nombraban a Jake asombrados pero este se mostraba indiferente, supuse que ya lo conocían, Kal, que había presenciado nuestra llegada, se acercó a nosotros y nos habló:

-Acompáñenme por favor.- la voz del anciano sonó entre seria y triste.
-¿Para qué...?¿Y por qué todos nos observan así?- pregunté algo temerosa.

Quizá estén enojados por tardar en traer su alimento, pero vamos, ellos fueron quienes se marcharon y no dejaron ningún rastro o pista como para saber su nueva ubicación.

-Hay algo que quiero mostrarles.

Nos indicó en donde dejar los venados y nos guió a un apartado del lugar, sólo estábamos Dylan, Jake, Kal y yo.
Como si una bala de plata me hubiera golpeado, mis piernas cedieron felxionándose haciendo que caiga de rodillas levemente ante la desagradable imagen que tenía delante de mis ojos, supe que era mi culpa, me dí cuenta de por qué aquellos lobos me miraban con tanto desprecio, yo había causado esto.
Tres cuerpos de Nightmore yacían delante de mí, dos adultos y un adolescente, estaban recostados de lado con sus ojos cerrados, las palabras no salían de mí boca, sólo un leve sollozo, no los conocía pero igual me dolió verlos así.
Jake apoyó una de sus manos en mi hombro en forma de consuelo, Dylan sólo agachó la cabeza mientras que el Alpha sólo se asignaba a mirar el trío de cadáveres con profundo pesar.

-¿Pero por qué...?- dije limpiando una lágrima que caía por mi mejilla.
-Es de esto de lo que nos tienes que salvar, Jessica.- dijo Kal firmemente - Cada 5 días morirán 3 lobos al azar por un virus que se desarrolló a lo largo de los años, antes lo curábamos con medicamentos pero se ha vuelto letal e imparable. Cada uno de los que mueren representan un número anotado en estas piedritas- señaló unas pequeñas rocas que había junto a los cuerpos con símbolos tallados- estos números equivalen a un día del mes que se tachará en un calendario y en algún momento nos hará saber la fecha del sacrificio.
-¿Que clase de sacrificio?- preguntó Jake gruñendo de forma desconfiada.
-El sacrificio será en lo alto de la montaña, allí hay una gran roca en la que Jessica se tendrá que subir el día de luna llena a aullar para que podamos cambiar de forma y convertirnos en hombres lobos comunes de forma de que el virus no nos afecte. Ella saldrá ilesa, no sufrirá ninguna clase de daño físico ni psicológico.- habló Kal.

Todo se volvió una mierda, quería volver a mi casa, a mi ciudad con mis amigos y que mi vida vuelva a ser normal, pero de sólo pensar que más gente podía morir si yo volvía a mi hogar me motivaba a quedarme.

-¿Por qué el sacrificio no lo podemos hacer el día que queramos?- hablé.
-Porque de ese modo no funcionaría.- esta vez habló Dylan.
-¿Y no hay forma de predecir las muertes?

Pregunté, temiendo que Katherine, Dylan o Kal pudiera morir dentro de cinco días. El anciano negó con la cabeza.

-Genial, entonces sólo queda sentarnos a esperar a que los demás mueran y que se revele la fecha, fantástico.- dije irónica.








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