Capítulo 46

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P.O.V de Jake.

-¿Sabes que ellos no pueden buscar a otra persona?
-Sí.
-¿Y entonces por qué dijiste que consiguieran a otro?- insistí, la seguí todo el maldito día, no estaba segura caminando sola por ahí.
-Porque tarde o temprano vendrán a pedirme que vuelva, y porque quiero que se disculpe.- dijo caminando aún delante de mí.
-En otras palabras, tu orgullo es más grande que tu...
-No, no es eso.- habló mi amiga interrumiendome. - Dylan me mintió y sólo quiero que lo admita, de eso se trata.

Comprendí por mi cuenta que el momento no estaba como para seguir hechando leña, así que me limité a soltar un pequeño suspiro para que la próxima persona que Jessica golpee no sea yo.

-Si tú lo dices.- dije en un tono casi inaudible.

Creía que estaba mal que Jess no ayudara a inocentes sólo por una pelea con Dylan, o al menos que los salvara y luego se odiarían por siempre. Sabía que tampoco ella cambiaría de opinión y volvería a la aldea, por lo tanto sólo quedaba la opción de que ella vaya a la aldea por voluntad propia pero con alguna mentira...O por la fuerza.
Me concentré en pensar en alguna circunstancia en la que ella iría pero no se me ocurría ningúna válida, casi todas tenían muchas fallas o era muy fácil descubrir que podía ser falso. Me rendí después de 4 minutos de estúpidas escusas para Jessica y me senté en el húmedo suelo junto a ella situado debajo de un sauce llorón para protegernos del viento helado, estaba anocheciendo, comenzaría a hacer frío pero mi mayor problema en ese momento era que la nieve me helaba el trasero.

-¿No extrañas a los demás?

Su voz me sobresaltó ya que pensé que no tendría ganas de hablarme por molestarla todo el día. Junté un grupo de ramitas que habían a nuestro al rededor las cuales en su momento fueron parte del inmenso árbol que sobresalía por detrás de nosotros, las amontoné en una pila y luego de unos segundos de intento, una chispa de fuego las comenzó a desintegrar, sonreí ante mi logro y me volví hacia ella.

-¿Quienes son los demás?- pregunté viendo hacia el fuego que comenzaba a crecer consumiendo lentamente lo que disponía a su alrededor.
-Ya sabes, los demás. Tu familia, amigos, tu pueblo, los que se supones que debes proteger...Los demás.
-Si me estás preguntando de forma indirecta que pasó con mi cargo de Alpha, entonces entérate de que ya no lo soy.- admití con algo de rencor en mi voz.

Ella sólo me miró demostrando que no me creía, yo la imité y al cabo de unos segundos apartó la vista acabando así nuestra guerra de miradas.

-Entonces, después de todo, el rey no era tan perfecto como se suponía que lo era.
-Nunca afirmé que yo era perfecto.- repliqué.
-Pero a tu pueblo no le importa. Se supone que los debes dirigir con mano firme, no importa lo que te pase, si alguien que amas murió o te encuentras muy cansado, tu gente no quiere escusas y si no los sirves te deshechan, así de simple.
-Wow, que gran forma de ver las cosas.- ironizé.
-Gracias...- la conversación se vió envuelta en un enorme silencio durante casi un minuto pero continuó con la charla -Entonces...¿No me dirás por qué te despojaron?

Suspiré pesadamente, tal vez ella era una de las pocas personas con las que había hablado de lo que pasó aquél día, me sentía algo avergonzado pero no tenía nada que perder. Saqué una petaca que contenía alcohol, quité la tapa y le dí un trago para luego inclinarlo hacia ella ofreciéndole, pero negó con la cabeza rechazándolo.

-Pues, resulta que uno comete ciertos errores de vez en cuando. El mío fue sentenciar a muerte a una de las familias más importantes y queridas de la aldea...Entre otros errores sin importancia.

Su rostro se endureció pero se mantuvo callada, continué con mi relato para sacarle el polvo a la situación.

-Resulta que alguien estaba robando en la enfermería medicamentos muy costosos para drogarse y venderlos en el mercado negro, hubo niños que murieron por la ausencia de esos remedios.- tomé otro sorbo de la botella que se encontraba en el piso y luego la despegué lentamente de mis labios saboreando su contenido embriagador - Los ladrones incriminaron a la familia haciéndola ver cómo si hubieran sido ellos los culpables, hay que admitir que no me caían bien, se apellidaban los Wallbreak. El pueblo estaba enojado y querían que ellos pagaran por lo que habían hecho, recibí constantemente cartas diciéndome que si yo no hacía algo al respecto me amenazarían hasta el día de mi muerte. Una noche, estaba exhausto de tanto trabajo y me tomé una botella de whisky, luego otra y otra hasta que terminé borracho, entonces se me ocurrió la mala idea de sentenciar a muerte a todos los integrantes de la familia, obviamente no pensaba con claridad en ese estado.
-¿Y luego que sucedió?
-Fusilaron a todos al día siguiente, una semana después descubrieron a los verdaderos culpables y como si nunca hubieran estado relacionados con sus muertes, mi propio pueblo me hechó de mi puesto. No tenía a donde ir, entonces, cuando te encontré en el bosque simulé querer protegerte cuando en realidad quería un techo en donde quedarme.

Me sentía avergonzado ante mi repentina confesión, soy como un parásito para ella. De pronto, se me ocurrió una fantástica mentira para decirle a Jessica y así hacer que cambiará de opinión con respecto al sacrificio. Le diría que ella era un Nightmore.

-Oye, yo que tú hago el sacrificio, de todos modos nada puede pasarte.- cambié de tema abruptamente.
-¿Que parte de que Dylan me engañó y escondió los daños colaterales no entendiste?- dijo enfadada, la estaba dirigiendo por un mal camino y esa no era la idea.
-Pero, mírate, tu pelaje se volvió negro, eres rápida y habilidosa como ellos. Te has vuelto un Nightmore, y si no haces el sacrificio morirás al igual que el resto.

No sé inmutó pero yo sabía que no era la primera vez que se lo planteaba, se puso rígida y después de unos instantes habló con la voz algo nerviosa.

-Creo que tanto alcohol te afectó el cerebro o algo así.

Solté una pequeña risa y recosté mi cabeza en el muslo de su pierna, estaba logrando lo que yo quería, me faltaba muy poco. Estiró su brazo para tomar la petaca y beber su contenido bruscamente.

-Buenas noches.- murmuré cerrando mis ojos.
-Buenas noches.- dijo respondiendo de misma forma el saludo.

Espero que el cargo de conciencia no se apodere de mi cuerpo y me haga hecharme para atrás.





Yyyyyyyyy...Hola! Siento la tardanza, pero aquí los dejo con otro cap, adiós criaturas maléficas!👿

Solamente míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora