Capítulo 55

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Pequeña nota: Hola! Les quería avisar que realicé unos pequeños cambios en el capítulo anterior. Si desean leerlo de nuevo tendrán que volver a cargar la aplicación. Si no quieren volverla a leer, lo cual no los culpo, resumiré: Jessica pasa de estar encadenada a enjaulada, ella logra tomar las llaves en lugar de romper las cadenas, pero de todas formas mata a los 3 hombres. Disculpen las molestias, pueden seguir leyendo.


La neblina le impedía tanto poder ver como respirar, aunque tenía la vaga sospecha de que no había mucho que observar. No tenía idea de cuanto tiempo había estado en el suelo, ni cuanto tiempo llevaba caminando o si daba vueltas en círculos —lo cual no le extrañaría si así fuera—, de lo único que estaba segura era que se encontraba en un descampado. 

El cielo había adquirido un tono grisáceo, como el de una piedra después de haberse desgastado con el paso del tiempo. El suelo, que estaba cubierto con hojas húmedas, viejas y arrugadas, se hundían bajo sus pies. Jessica se preguntó cómo ella habría llegado allí. Nunca creyó que semejante silencio podría ser posible, si le hubieran comunicado que estaba sorda seguramente se lo hubiera creído. Se sentía vagamente observada e incómoda, dio media vuelta para comprobarlo y efectivamente no se encontraba nadie allí además de si misma. Cuando volvió la cabeza, como si siempre hubieran estado allí, se encontró con dos personas, con la silueta recortada en la distancia a unos metros de ella. 

La pareja tendrían casi la miasma altura, aunque la señora —quién supuso que era una mujer por la larga y ondulada melena que le llagaba hasta por un poco más abajo de los hombros, pero no podía estar segura— era unos pocos centímetros más bajo que el chico. Jessica les gritó para llamarles la atención y preguntar en donde estaban, pero estos no movieron ni un solo músculo. Avanzó hacia ellos y se llevó 3 grandes sorpresas que le sacaron el aliento.

La primera fue cuando notó que habían dos grandes placas a cada lado de ellos, con tierra revuelta encima. La segunda, fue que las personas no eran nada más ni nada menos que su hermano y su madre, ambos con trajes de luto. Cabía destacar que los dos mostraban señales de no estar pasando por un buen momento, su mamá a pesar del pequeño velo que le cubría parcialmente el rostro, se notaba que había estado llorando. Y por último, la tercera sorpresa, era que las placas llevaban el nombre de su padre y el de Zac cada una por separado.

Inspiró con fuerza y puso todo de ella para no caer de rodillas, lo cual para su sorpresa, consiguió. Abrió la boca para hablar, luego de intentar formular alguna pregunta y darse cuenta de que si decía algo le dolería la garganta, la cerró. Su familia la miraba fijamente con ojos oscuros, escrutándole el rostro sin demostrar la mas mínima expresión, lo cual a Jessica le ponía los pelos de punta. Intentó volver a hablar y lo consiguió a medias.

—¿Mamá?¿Que sucede?

Si esperaba recibir alguna respuesta, la muchacha se llevó una gran desilusión. Hacía un gran esfuerzo por intentar no mirar las tumbas, sabía que si lo hacía no lo podría soportar, sería demasiado para ella. Ya era suficiente como la estaban abrumando los recuerdos, impidiéndole pensar en otra cosa.

—Mamá, juro que no se como sucedió todo esto, yo...

Tom, su hermano, que había bajado la cabeza —ella no recordaba que él hubiera hecho aquel movimiento, quizás lo había pasado por alto—, la acababa de alzar bruscamente lo cual la había sorprendido, dejando de hablar.

—Calla— le ordenó—. Has perdido todo derecho de llamarle así.—habló el joven, con un tono increíblemente neutro.

Cuando su madre también habló, el tono de su voz era igual al de su primogénito.

Solamente míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora