– Pensé que después de todo, podrías hacer algo más productivo en tus vacaciones de verano. – hablo una rubia mujer de cabello corto, de ojos verdes; madre de Sakura. Cruzada de brazos viendo hacia abajo a su hija tendida en un sofá.
– No tengo nada que hacer... y hace mucho calor como para buscar un trabajo de medio tiempo. – respondió Sakura tendida en el sillón.
Vistiendo unos cortos shorts rosados un tanto holgados, junto a una polera blanca sin mangas de tirantes. Encontrándose tendida en un sofá en la sala de su casa, siendo el medio día, teniendo un ventilador apuntando hacia su cuerno.
– Hace mucho calor. – insistió Sakura soltando un suspiro. – Hace dos días... Naruto y yo nos besamos por segunda vez. – pensó. Cerrando sus ojos. – La primera vez fue un poco extraña, principalmente porque podía sentir su sangre en mis labios, su rostro estaba un poco afiebrado, así como un poco duro e hinchado. Además, yo no me esperaba esa acción de su parte. – formo una pequeña sonrisa en su rostro. – La segunda vez fue muy diferente, de alguna forma mejor. Yo sabía que él me iba a besar, o mi cuerpo ya se había hecho la idea de que eso pudiese suceder... esta vez yo correspondí el beso, esta vez reacciono como yo quería y pude hacer lo que quería. – abrió sus ojos. Sintiendo el timbre de su casa, viendo a su madre ir a atender. – El boxeador arremetió, rompió mi guardia y noqueo mi corazón con un beso.
– ¿Sí? – pregunto la madre abriendo la puerta. Encontrándose principalmente con dos personas, viendo dos autos estacionados fuera de la casa.
– Este, hola. Mi nombre es Naruto Uzumaki. – hablo el primero de los dos, siendo el joven rubio quien hablo cortésmente. Vistiendo una polera manga corta blanca junto a unos shorts hasta la rodilla de color naranjos, y unas zapatillas deportivas negras con la suela blanca. – Este, vengo a invitar a Sakura a un viaje que hare con un grupo de amigos.
– ¿Naruto? – reacciono Sakura al reconocer la voz del rubio. Levantándose de inmediato para correr hacia la puerta, colocándose unas sandalias negras, asomándose a ver. – Sarutobi san,Naruto. – hablo. Reconociendo a los dos hombres de pie.
– Tú eres el boxeador amigo de mi hija. – murmuro la mujer viendo fijamente a Naruto.
– ¿Qué vienen a hacer aquí? – pregunto Sakura.
– Se aproximan combates complicados, por lo que decidimos usar estas vacaciones para ejecutar una tradición de hace años en el gimnasio de boxeo Sarutobi. Un campamento de entrenamiento intensivo. – hablo el entrenador, el cual se encontraba neutral apoyado con sus dos manos en su bastón. Vistiendo unos pantaloncillos marrones hasta la rodilla, así como unas sandalias y una camisa playera abotonada de color rojo. – Nuestro objetivo es la playa, por lo que al grupo se le ocurrió invitar a nuestra nueva compañera de gimnasio... Sakura.
– Supongo que usted es quien está a cargo. – comento la mujer viendo ahora al hombre, quien asintió con su cabeza. – Déjenos solos, por favor.
– Naruto, pasa... te daré un vaso con agua. – hablo Sakura para que Naruto en silencio hiciese una pequeña reverencia, entrando a la casa. Dejando así a los dos adultos solos.
– Seré directa con mi punto. No quiero que mi hija boxee. – hablo la mujer, viendo fijamente al serio entrenador.
– Sakura no boxea. El gimnasio Sarutobi no entrena a mujeres boxeadoras. – respondió el entrenador inmediatamente. Respondiendo la seria mirada de la mujer.
– Usted dijo que Sakura era su nueva compañera.
– Ella es miembro del gimnasio Sarutobi, sin embargo ella no entrena en él. – hablo el hombre formando una pequeña sonrisa. – Su hija lo único que hace es ir a ver a mis chicos entrenar, específicamente mis tres consentidos a los cuales quiero como si fueran mis propios nietos.Naruto es uno de ellos. Ella lo va a ver entrenar, lo va a ver luchar, y eso es todo lo que hace... sin embargo, su presencia es de vital importancia.
– ¿Por qué?
– Porque ella le da fuerzas a Naruto. En dos ocasiones sus gritos de ánimo han sido los que han sacado a Naruto de hundirse en la inconsciencia, lo han despertado de un posible nocaut definitivo. – formo una pequeña sonrisa, cerrando sus ojos. – Le seré sincero. No sé si son novios, no sé si se besan, no sé si se quieren, no sé si son solo unos muy buenos amigos... no puedo asegurarle nada en cuanto a eso. Pero solo quiero que vea el rostro de su hija al estar conNaruto, y si usted acepta que vaya con nosotros, puedo jugarle que la cuidare como si fuera mi cuarta nieta.
– ¿Solo serán hombres? No puedo estar cien por ciento segura pensando en eso. – replico la mujer.
– De eso no se preocupe, señora Haruno. No serán solo hombres. – escucho la mujer una tercera voz, siendo esta una voz femenina.
Bajando desde uno de los dos automóviles una joven mujer de unos 25 años de edad. De cabello largo color rubio sujetado por dos sueltas coletas colgando así de su espalda, teniendo una piel blanca, así como unos ojos de color miel. Vistiendo unos cortos shorts de jeans celestes, junto a unas sandalias de cuero marrón, así como una blusa manga corta verde.
– Mi nombre es Tsunade Senju, soy doctora así como boxeador, y pertenezco al Gimnasio Senju. – hablo la rubia extendiendo su mano hacia la madre de Sakura. – Uniremos fuerzas y conocimientos para poder mejorar nuestros respectivos establos de talentos, y yo junto a otras boxeadoras iremos a esta acampada... por lo que, puede estar tranquila.
– Quiero que Sakura me llame al menos dos veces por día... ¿entendido? – hablo la mujer soltando un suspiro de resignación. Viendo una pequeña sonrisa formarse en el rostro de los dos "negociadores". – Iré a hablar con Sakura. – dijo. Volteándose y entrando hasta su casa. Caminando hasta la sala donde pudo ver a los dos jóvenes hablando, viéndose fijamente a los ojos, ambos sosteniendo en su rostro una imborrable sonrisa.
– Mamá. – hablo Sakura notando la presencia de su madre. – Tu...
– Ve a hacer tu bolso. – dijo la mujer viendo a la chica quien formo una gran sonrisa.
– ¡Sí! – exclamo Sakura, para voltearse y salir corriendo hacia su habitación.
– Sakura es hija única...
– Y yo. – hablo Naruto interrumpiendo a la madre. – Y descuide... no dejare que nada le sucede.
– Gracias. – susurro la madre cerrando sus ojos.
– ¡Adiós mamá! – exclamo Sakura cerrando la puerta de su hogar.
Vistiendo ahora una falda rosada, junto a una polera manga corta blanca así como unas sandalias igualmente de color blanco, teniendo una mochila roja en su hombro. Caminando hacia los dos automóviles donde puedo ver un grupo de personas, entre ellos Naruto, Jiraiya, Kakashi, Iruka, así como el entrenador Sarutobi.
Los desconocidos para ella eran unas féminas, siendo Tsunade junto a dos chicas más jóvenes y bajas. La primera tenía la piel morena, así como los ojos de color naranja teniendo el cabello corto de un color verde claro, vistiendo unos ajustados pantaloncillos negros hasta la rodilla junto a un corto peto verde así como unas zapatillas deportivas negras. La segunda era un poco más alta, de cabello largo sujetado en una trenza de color rubio oscuro teniendo unos azules ojos y una blanca piel, vistiendo unos pantalones largos negros junto a unas sandalias del mismo color, así como una polera de tirantes azul.
– Hola. – saludo Sakura viendo a las desconocidas. – Mi nombre es Sakura Haruno, mucho gusto.
– Mi nombre es Fuu. – saludo la peliverde estrechando su mano con la pelirrosa.
– Mi nombre es Nii Yuguito. – saludo ahora la rubia, igualmente estrechando su mano con Sakura.
– Y yo soy Tsunade Senju. – se presento ahora la rubia, quien también estrecho su mano con Sakura. – Espero que no se te haga pesado tanto "box, box, box, box" ya que tú no practicas.
– Descuiden. Estoy acostumbrada a pasar tanto tiempo con esos tres. – respondió Sakura sonriendo gentilmente, apuntando con su pulgar al escuadrón Sarutobi.
– Bien, estando todos listos... movámonos. – hablo el entrenador Sarutobi subiendo al asiento de copiloto del segundo auto el cual era blanco.
– ¡Yo voy con las muchachas para asegurarme de...! – Jiraiya no pudo terminar de hablar, ya que un fuerte puño se hundió con fuerza en el rostro del peliblanco. Puño perteneciente a la rubia llamada Tsunade, la cual frunció el seño, mientras que una gran vena se inflaba en su frente. – cuidarlas...
– ¡Estas advertido, estúpido degenerado! – grito Tsunade cruzándose de brazos. – En mi auto entran cinco personas, por lo que iremos: yo, Fuu, Yuguito, Naruto y Sakura san. En su auto ira Iruka, Sarutobi sama, Kakashi san y el degenerado.
– ¡No me digan así!
– Vamos. – hablo Naruto tomando un bolso desde el maletero del segundo automóvil, para caminar hacia el primero.
– ¡¿Por qué él puede ir con ellas y yo no?! – replico Jiraiya sujetando de la nada al rubio desde atrás, desde el cuello.
– ¡Deja de hacer el idiota! ¡Eres el maldito campeón japonés de tu categoría, infeliz! – regaño inmediatamente el entrenador, asomándose desde la ventana, hundiendo su bastón en la cabeza blanca del hombre.
– ¡Viejo in...!
– ¡Ya sube! – regaño ahora Tsunade, la cual sujeto al hombre desde su oreja para fácilmente lanzarlo dentro del automóvil.
– ¿Por qué tengo que irme yo con él? – murmuro Kakashi subiendo a la parte trasera, para así cerrar la puerta.
Después de unas cuantas horas de viaje por carretera, llegaron a su destino. Así ambos autos se estacionaron en el interior de un cerrado lugar, habiendo un gran edificio el cual estaba junto a una especie de cabaña simple de madera.
– ¡Perfecto! Puedo sentir la brisa marina. – exclamo Jiraiya bajando del automóvil, inflando enormemente sus pulmones con su nariz. – Este lugar será perfecto para tu entrenamiento intensivo, Naru chan.
– Es un gimnasio un poco simple, pero tiene lo necesario. – comento Fuu abriendo una puerta, entrando al edificio de un piso. Teniendo dentro un ring, así como una fila de cuatro costales de arena junto a unas barras para hacer abdominales y un amplio espacio.
– En mi opinión se ve bien. – comento Yuguito formando una pequeña sonrisa.
– Como es la primera vez que vienen, es obvio. – hablo Jiraiya cruzándose de brazos.
– ¿Comenzaremos ahora? – pregunto Tsunade viendo al entrenador, el cual asintió con su cabeza.
– Kakashi y Jiraiya harán su rutina estándar, y quiero que mejoren sus juegos de piernas así como sus izquierdas. Que Fuu y Nii intenten seguirles el ritmo y llevar sus rutinas... aprenderán mucho de ellos. – hablo el entrenador Sarutobi. – Tsunade y yo nos concentraremos en Naruto quien es el más inmaduro.
– Eres un crio. – dijeron tanto Kakashi como Jiraiya.
– Eres un boxeador excepcional, Naruto. Eres una perfecta combinación de talento natural, instinto salvaje, y reforzado por un arduo y estricto entrenamiento. – hablo Tsunade ganándose la atención del rubio. – Por lo que vi de tu última lucha, reforzaste tus rodillas para amortiguar los golpes.
¿Cuál fue el resultado?
– Su cuello y hombros se inflamaron. – respondió Sakura viendo a la mujer negar con su cabeza.
– Sí y no. – continuo hablando Tsunade. – Tus hombros y cuello en parte se inflamaron al mantener tu cuerpo rígido e inclinado, ¿pero porque tus brazos se hincharon y tus muñecas quedaron inservibles?
– ¡Cómo te enteraste de...!
– Tu mismo te causaste ese daño. – hablo Tsunade interrumpiendo a Naruto, el cual reacciono con sorpresa. – Tu fuerza es tanta, que tu propio cuerpo no está resistiendo tu propio impacto y fuerza. Tu cuello, hombros, codos y muñecas, así como los brazos y la espalda reciben todo el impacto de tu fuerza al arremeter contra el rival.
– Entonces...
– Entrenaras tus brazos hasta que ya no puedas moverlos, y cuando no puedas moverlos, correrás y correrás por la playa, y cuando no puedas correr te arrastraras hasta aquí y continuaras trabajando tus brazos. – hablo el entrenador Sarutobi volteándose, para encontrarse ya con las dos jóvenes. – Al parecer Chiyo es muy blanda con ustedes. – comento. Frunciendo el ceño levemente, viendo fijamente a las dos chicas quienes en silencio se miraron. – ¡A entrenar!
– ¡Sí! – dijeron las dos chicas.
– Quiero cien flexiones de brazos con tu brazo derecho y luego cien flexiones con tu brazo izquierdo. Inmediatamente colocaras hielo en tus hombros, y harás cien sentadillas, hielo a las rodillas y cien flexiones con ambos brazos. Luego de eso puedes tomar un descanso. – hablo el entrenador Sarutobi viendo fijamente Naruto junto a la callada pelirrosa. – Y eso es solo por hoy.
– Joder. – susurro Naruto soltando un pequeño suspiro.
– La vida de un boxeador es dura... quizás mucha. – comento Tsunade viendo a Naruto comenzar a calentar un poco.
– La vida de un boxeador es peligrosa... quizás mucho. – pensó Sakura cerrando sus ojos.