– Todos están completamente dormidos. – pensó una callada pelirrosa.
Encontrándose de pie en un oscuro lugar, sentada en el borde del ring en el oscuro gimnasio de repuesto. Vistiendo unos cortos y ajustados shorts blancos junto a una polera manga corta de color rosado.
– Aunque es de suponer con todo lo que han entrenado en un día tan caluroso como hoy. Con este sol y con este calor, es probable que Naruto mantenga perfectamente su control de peso. – pensó. Formando una pequeña sonrisa. – Y yo no puedo dormir. – murmuro. Soltando un pequeño suspiro.
– Yo tampoco. – escucho. Llevando inmediatamente su vista hacia la puerta, viendo esta abrirse así como un largo rastro de luz de la luna remarcar una sombra. – Perdón por arrastrarte hasta aquí. Te invite a venir a la playa, y en todo el día no fuimos. – hablo Naruto. Caminando lentamente hacia la pelirrosa. Vistiendo unos cortos shorts naranjos hasta la rodilla junto a una polera negra sin manga, así como unas zapatillas deportivas negras.
– No te preocupes. Este viaje es para entrenar... no tienes tiempo que perder como para ir a la playa. – respondió Sakura sonriendo gentilmente.
– Vamos ahora. – murmuro. Formando una pequeña sonrisa en su rostro, deteniéndose de pe frente a la pelirrosa.
– ¿Eh?
– Vamos. – dijo. Viendo fijamente a los ojos de la chica. – Se que es diferente ya que es de noche, pero, al menos podemos ir a pasear un poco.
– Este... si. No puedo dormir y eso puede que sirva un poco. – respondió Sakura, formando una sonrisa en su rostro. Sujetando la mano de Naruto, para así poder ayudarla a bajar correctamente del ring donde estaba sentada. – Vamos.
Lanzaron una larga toalla hacia la arena, estirándola bien, para después sentarse ambos en esta uno a un lado del otro. Sintiendo la salada brisa marina golpear sus rostros, viendo de frente las olas romperse para avanzar lentamente hasta llegar a la orilla.
– ¿Por qué venir hasta la playa a entrenar? – pregunto Sakura viendo hacia su derecha, específicamente al rubio sentado junto a ella. Ambos apoyando sus brazos en sus rodillas, teniendo sus piernas dobladas.
– Al correr por la arena, la tracción de tus pies es diferente al correr por la tierra o el asfalto. Eso mejora mucho mis dedos, así como mis pies, los que da un mejor agarre en el ring... eso me permitirá resistir aun mejor los golpes. – respondió Naruto sonriendo levemente. – Pero... dejemos de hablar de boxeo por un momento. Quiero relajarme un poco.
– ¿Cómo siguen tus rodillas? – pregunto Sakura viendo las rodillas de este, el cual llevo su manos hasta dicha zona.
– Mejor, aunque me duelen un poco. Mis rodillas arden culpa de las sentadillas y de todo lo que he corrido. – respondió Naruto cerrando sus ojos. – ¿Tienes un poco de frio?
– Un poco. Supongo que es diferente el venir aquí de noche a de día. – hablo Sakura formando una pequeña sonrisa.
– Perdón de nuevo por eso. Te prometo que mañana vendremos a la playa de día y nos bañaremos en el mar. – hablo Naruto apoyando sus brazos en sus rodillas.
– Te dije que no tienes porque disculparte por eso... además, es básicamente lo que hago siempre que voy al gimnasio y te veo entrenar. – respondió Sakura sonriendo gentilmente. – Al contrario, me pone más segura el hecho de verte entrenar tan duro.
– ¿Más segura? Exactamente qué te da seguridad. – hablo Naruto reaccionando con algo de curiosidad a aquello.
– Bueno... es un poco vergonzoso de decir. – murmuro Sakura inmediatamente sonrojándose. Desviando su vista hacia el lado contrario, alejando sus ojos de Naruto.
– Vamos. No es momento para eso ahora. – insistió Naruto. Picando con su dedo el abdomen de Sakura generando una abrupta reacción de parte de esta, dando una especie de salto y grito, retrocediendo inmediatamente.
– No hagas eso... soy muy cosquillosa. – hablo Sakura levantándose, colocando sus manos hacia adelante en un acto de tomar distancia.
– ¿Enserio?
– Si, así que...
– Interesante. – susurro Naruto poniéndose lentamente de pie, mostrando una afilada y traviesa sonrisa en su rostro.
– No...
– Si.
– No.
– Si.
– ¡No! – la pelirrosa se volteo inmediatamente, comenzando a correr en dirección opuesta al inmóvil y sonriente rubio.
– Esta noche, el zorro cazara a una tierna conejita rosada. – murmuro Naruto. Saliendo expulsado a gran velocidad, corriendo directamente hacia la pelirrosa.
– ¡No lo hagas Naruto! – exclamo Sakura con un nervioso tono de voz, viendo de reojo hacia atrás como aquellos azules ojos iban como una bala disparada hacia ella. – ¡Por favor, te juro que me enfadare si...!
No pudo terminar. Siendo interrumpida abruptamente por un grueso y fibroso brazo el cual se envolvió en su cintura, para frenarla y jalarla, prácticamente levantándola dejándola completamente indefensa. Sintiendo una extraña sensación en su cuerpo, sensación la cual se gatillo al sentir el calor del roce de su cuerpo con el de él.
– Te tengo... – susurro Naruto, con un tono de voz embobado. Frenando. Sintiendo aquella misma sensación inyectarse en su cuerpo, expandiéndose lentamente por sus venas y así por todo su sistema circulatorio. – Sakura. – susurro.
Bajo lentamente a la pelirrosa, con extrema delicadeza, casi como si la chica estuviese hecha de la más fina porcelana. Viendo a esta voltearse lentamente, manteniendo ambos inexplicablemente sus cuerpos unidos, en silencio, respirando con un poco de dificultad. Sintiendo ambos su corazón latir aceleradamente. Ambos chocando fijamente sus ojos fijamente, en silencio, completamente petrificados viéndose.
– Tus ojos... son muy hermosos. – susurro Naruto, hablando con un tono de voz embobado y algo atontado. Viendo fijamente a la muda y sonrojada pelirrosa.
– Tus brazos... son muy firmes. – hablo Sakura, la cual aun era sujetada por Naruto con su brazo envuelto en su sonrisa. – Y también sexys. – añadió Sakura hablando con un suave y avergonzado susurro.
– "Sexys". – repitió Naruto. Sorprendiéndose levemente al escuchar aquella tímida voz de Sakura, viendo aquellos ojos verdes teñidos en vergüenza. – Interesante. – susurro.
Apretando su brazo, apegando el cuerpo de la chica contra el suyo, sorprendiendo enormemente a Sakura dejándola completamente muda. Inclinando lentamente su rostro hacia adelante, sujetando a la pelirrosa suavemente desde su blanco rostro, para avanzar lentamente su rostro hacia adelante al igual que ella. Ambos uniendo sus bocas en un dulce beso.
Inconscientemente y por accidente, por un paso en falso y en parte por lo débil de sus rodillas y piernas, Sakura cayó hacia atrás así como Naruto cayó hacia adelante. Reaccionando rápido, colocando sus brazos y rodillas para caer y así no lastimarla a ella, quien cayó tendida de espalda a la arena.
– ¿Estas... bien? – pregunto Naruto hablando con un tono de voz agitado, sintiendo su corazón acelerado, muy acelerado, incluso más que en su lucha mas difícil y larga.
– Eso creo. – respondió Sakura hablando con el mismo tono de voz. – Creo que...
Fue interrumpida, siendo besada nuevamente por los labios de Naruto, quien invadió abruptamente la boca de Sakura. Sintiendo ambos un fuerte ardor en el centro de su pecho, el cual inundaba cada centímetro de su ser. Haciéndolos traspirar, haciéndolos jadear, haciéndolos sentirse acalorados e ignorar por completo aquella fría brisa marina que golpeaba sus cuerpos.
– Esto... está yendo muy rápido. – pensó Sakura. Abriendo sus ojos, reaccionando al sentir lentamente una de las manos del rubio comenzar a bajar lentamente recorriendo una de sus piernas.
– ¡Espera...! – reacciono Naruto de la nada, separando su boca de Sakura, retrocediendo para quedar arrodillado en la arena. – Perdón. Yo... no debí haber hecho eso. Por un momento perdí el control. – hablo. Poniéndose de pie, cerrando sus ojos teniendo de alguna forma el ceño fruncido. – Sakura, yo...
Ahora Naruto fue interrumpido, el cual abrió sus ojos enormemente sorprendido. Viendo como Sakura se levanto y básicamente se lanzo hacia él, colgando desde sus brazos, conectando su boca con la de él en un abrupto beso.
– Perdamos el control, juntos. – susurro Sakura, cayendo nuevamente ambos hacia la arena pero ahora Naruto de espalda a esta a la vez que ella quedo encima.
– Eres una pervertida. – murmuro Naruto. Formando una pequeña sonrisa, para girarse de golpe, dejando una vez más a la chica tendida en la arena. – Supongo que los dos ya hemos compartido demasiado con ese degenerado de Jiraiya. – añadió. Inclinándose hacia atrás, comenzando a levantar lentamente su polera para finalmente quedar sin esta.
– Eso creo. – hablo Sakura. Formando igualmente una sonrisa en su rostro, viendo fijamente los ojos azules de Naruto al mismo tiempo que comenzaba a quitarse su polera quedando tan solo con un sujetador negro cubriendo sus pechos.
Inmediatamente después, unieron al instante sus bocas en un apasionado y desenfrenado beso mucho más salvaje que los anteriores, dejando de lado por completo aquella timidez y ternura con la cual habían tratado. Recorriendo lentamente el cuerpo semidesnudo del otro, deslizando suavemente sus manos por la erizada piel del otro. Sintiendo el calor brotar por sus poros, así como el vapor del sudor de sus cuerpos.
– ¿Nerviosa? – susurro Naruto al oído de Sakura. Acomodándose correctamente y delicadamente encima de la pelirrosa. Ambos encontrándose básicamente desnudos, juntos, con sus bocas unidas en un salvaje beso.
– Si. – respondió Sakura soltando un pequeño suspiro, intentando votar así aquel nerviosismo de su cuerpo. Cerrando sus ojos para sentir su corazón latir así como el de Naruto. – Hazlo. – susurro. Abriendo lentamente sus ojos. – ¡Dios! – gruño Sakura frunciendo el ceño.
– Sakura. – susurro Naruto. Mordiendo levemente el cuello de Sakura. – Solo estamos tú y yo.
* * *
– ¿Eh? Ese mocoso. – hablo el viejo Sarutobi inclinándose hacia adelante. Estando durmiendo en una cama, mientras en el suelo a su lado habían un montón de sacos de dormir estando Jiraiya y Kakashi, faltando Naruto.
– Estoy aquí, viejo senil. – escucho el hombre, viendo la puerta abrirse y entrar el rubio.
¿Dónde estabas? – pregunto el entrenador cruzándose de brazos, frunciendo el ceño, con un autoritario tono de voz.
– Estaba... relajándome un poco. – respondió Naruto con una imborrable sonrisa en su rostro. Caminando hasta su cama de futón en el cual se lanzo, quedando tendido boca arriba.
– ¿Dónde estabas? – pregunto el hombre viendo fijamente al rubio.
– Fui a la playa con Sakura.
– ¿Y...?
– ¿Y qué? – replico Naruto abriendo sus ojos.
– Le di mi promesa de hombre a su madre, que la cuidaría como si fuese una más de mis "nietos". – respondió el hombre levantándose.
– ¿Tus nietos? Aun sigues luciéndote con los demás hablando de Jiraiya, Kakashi y yo diciéndonos nietos. Eres un viejo engreído. – murmuro Naruto formando una pequeña sonrisa en su rostro, cerrando sus ojos. – Aunque mis padres no tienen a sus padres vivos, así que tú eres mi abuelo, y soy hijo único así que Jiraiya y Kakashi son mis hermanos... mis padres no tienen hermanos así que Iruka y Ebisu son mis tíos, y en el gimnasio hay un montón de idiotas que pueden ser mis mascotas.
– Por un momento, escuche a Jiraiya hablar. – comento el anciano formando una pequeña sonrisa en su rostro.
– Solo espera un poco, viejo. – hablo Naruto abriendo sus ojos, mostrando un especial brillo rojo en estos. – Porque yo, Jiraiya y Kakashi... llegaremos a la cima del mundo. Lo prometimos. Ambos tendremos el máximo cinturón de oro y te lo daremos.
– ¿Dármelo? Los cinturones son de ustedes... idiotas. – replico el hombre quien se sentó en la cama. –Tú eres...
– Soy el futuro campeón japonés de la categoría peso pluma... y el futuro campeón mundial de la WBA de la categoría peso pluma. – hablo Naruto interrumpiendo al entrenador. – Solo es cuestión de tiempo para que lo veas con tus viejos ojos de dinosaurio.
– Solo por eso, mañana entrenaras el doble.