A un paso un poco más lento, la pelirrosa chica decidió voltearse y comenzar a trotar siguiendo a estos. Logrando llegar hasta el lugar donde ambos entraron, siendo un edificio de dos piezas en medio de un barrio cerca del centro y a la vez un poco cerca de la escuela a la cual asistían. Deteniéndose esta frente a aquel edificio, viendo hacia arriba un letrero que tenia escrito “Gimnasio Sarutobi”. Asomándose hacia dentro por unas grandes vitrinas del gimnasio aun lado de la puerta, logrando ver un ring así como unos sacos de arena colgando y diferentes maquinas de ejercicio además de unos cuantos hombres quienes se ejercitaban con estas.
¡Naruto! – de la nada, se escucho un fuerte grito casi como un rugido de un oso proveniente desde el interior del gimnasio. Dejando petrificado a cada uno de los hombres dentro los cuales reconocieron aquella voz, así como la muda pelirrosa quien sudo frio. – ¡¿Aun no llega?!
Ya llegue, maldito desquiciado. – hablo el rubio mencionado, saliendo desde aquel montón de gente. Vistiendo ahora tan solo los pantalones negros trayendo su torso desnudo.
Ese… es… ¡¿Naruto?! – reacciono Sakura viendo con un enorme asombro en sus ojos al mismo rubio al que conoció horas antes en la escuela, viéndose completamente diferente. Aunque al momento de conocer en persona a Naruto este se encontraba vistiendo el uniforme de la escuela, y en cambio ahora estaba ligeramente vestido mostrando un marcado cuerpo con un duro abdomen así como unos rígidos músculos en los brazos y espalda. – Él… entrena box. – susurro.
¿Dónde está el pequeñito Sasuke? – pregunto el mismo hombre quien soltó aquel fuerte grito.
Siendo un tipo de larga cabellera blanca en punta, teniendo unas líneas rojas bajando desde sus ojos por la mejilla hasta la barbilla. Vistiendo unos pantalones negros junto a una holgada polera blanca con las mangas arremangadas mostrando unos inflados brazos musculosos.
Aun no ha regresado de correr su ruta. – respondió Naruto, apoyando una toalla en su hombro.
Bueno… supongo que sabes que tu y él son la única gran esperanza que tiene este gimnasio para convertirse en boxeadores profesionales. No lo arruinen. – hablo el peliblanco dándole un golpe en el hombro al rubio.
¡¿Boxeador profesional?! – exclamo Sakura en su cabeza, dejando caer suelta su boca. Viendo con una enorme sorpresa e incredulidad al rubio. – Él… un boxeador…
¿A quién estas mirando? – escucho Sakura desde aun lado de ella.
A Naruto… – respondió Sakura, sin embargo se interrumpió a sí misma.
Se volteo a la derecha, viendo un chico de su edad. Teniendo el cabello largo y desordenado azul, levemente mojado, así como unos negros ojos; vistiendo unos pantalones deportivos azul oscuro con unas zapatillas negras, así como una sudadera azul oscuro teniendo un rayo blanco como diseño al lado izquierdo del pecho, teniendo una toalla blanca en su cuello y sus puños vendados.
¿A ese perdedor? – murmuro el peliazul chico apuntando con su mano derecha al rubio dentro, mientras su otra mano descansaba en el bolsillo canguro de su sudadera. – ¿Eres su novio o una acosadora? Porque aunque vistes así no parece que seas de aquí. Aquí no entrenan mujeres.
¡No soy su novia, ni tampoco entreno aquí! – replico Sakura levantándose, cruzándose de brazos.
Naruto, tu novia te está buscando. – hablo el peliazul entrando al gimnasio corriendo a un lado la puerta, ignorando por completo a la pelirrosa chica la cual solo dejo su mandíbula caer al suelo.
¡¿Eh…?! ¡¿Tienes novia, pequeño Naru Chan?! – exclamo el mismo peliblanco hombre.
¿Novia? – murmuro el extrañado mencionado, el cual ignoro por completo al peliblanco. Caminando hacia la puerta, viendo a la pelirrosa chica apoyada en la vitrina aun lado de la puerta. – Esa chica es de mi escuela. – susurro. Tomando una polera sin mangas negra la cual se coloco.
