– Lo derribo. – susurro Sakura viendo completamente asombrada a Naruto caer ante aquel brutal golpe en su mandíbula. – La pegada de Yahiko es muy fuerte, quizás igual que la deNaruto, y Naruto ha derribado a muchos con ese golpe.
– Esa pegada es muy peligrosa, principalmente porque puede ser lanzada desde cualquier ángulo.
– ¡5!
– Maldición. – gruño Naruto levantándose lentamente, sintiendo el cómo sus piernas temblaban por si solas. – Supongo que eso es lo que se siente que alguien te derribe de un golpe usando la mordida. – pensó. Frunciendo el ceño con enojo. – Ese idiota... de la nada revivió su espíritu y voluntad, y uso mí mordida como contra.
– ¡7... 8!
– Puedo continuar luchando. – hablo Naruto levantándose por completo, sintiendo sus piernas un poco adormecidas.
– Ese sujeto es muy tenas. Ese golpe tenía la brutal fuerza para dejar a cualquiera en el suelo. – pensó Hanzo viendo fijamente al rubio, el cual retomo su peek-a-boo.
– ¡Boxeen!
– Perfecto. Las cosas se están haciendo mucho más interesantes... seria aburrido si pierdo. – pensó Yahiko viendo con una sonrisa en su rostro a Naruto quien retrocedió lentos pasos. – ¿Eh? ¡De nuevo tomando distancia!
– Esa caída fue justo lo que el mocoso necesitaba. – pensó el entrenador Sarutobi, viendo aNaruto el cual hacia un gran esfuerzo por caminar teniendo sus piernas en muy mal estado.
– ¡Sus piernas tambalean y sus brazos no soportaran más de tus golpes! ¡Ve y termínalo, Yahiko!
– Alto. – dijo el réferi cruzándose entre los dos boxeadores, dándole fin al tercer round.
– Lo tenias donde querías, pero descuida, un minuto no es suficiente para que pueda recuperarse. – hablo Hanzo en la esquina, con Yahiko el cual se sentó en su esquina. – En el siguiente round, en el cuarto... definitivamente será el cuarto round.
– Vine aquí en búsqueda de un intercambio de golpes... y él no me lo quiere dar. Lo obligare a él a que salga de su caparazón y me dé el intercambio que quiero. – pensó Yahiko soltando un pequeño suspiro.
– Necesitaras mucho tus piernas en este round, así que concentra tus energías en ella. – hablo el entrenador Sarutobi, de pie en la esquina con Naruto el cual respiraba agitadamente.
– ¿Qué hora es? – susurro Naruto, respirando agitadamente manteniendo sus ojos cerrados.
– ¿Eh? Pasada las doce. – respondió Iruka viendo el reloj en su muñeca. – ¿Por qué?
– Bueno, eso quiere decir que tengo 18 años. – hablo Naruto formando una pequeña sonrisa, abriendo sus ojos con un poco de dificultad. – Fue una buena idea no ir a por un intercambio de golpes, porque la pegada de ese idiota es mucha. Si hubiese sido una lucha de intercambio, hubiese quizás caído dos veces más de algún round y no sé si pudiese pararme.
– No hables, mocoso...
– Yo... te contare un secreto. Ese sujeto me está dando problemas. – hablo Naruto mientras aun respiraba tomando aire.
– Piensa que él está más cansado que tú, y tus golpes al cuerpo frenaron tanto sus piernas así como disminuiste su fuerza de pegada. – hablo el entrenador, golpeando levemente el hombro de Naruto. – Quedan tres rounds más de lucha, pero no es bueno que la lucha se extienda más. Es necesario que la lucha se termine en este round, Naruto.
– Segundos fuera. – dijo el réferi, para que así ambos equipos dejasen el ring.
– ¿Eh? ¿Dónde vas? – pregunto Temari, viendo como Sakura se puso de pie para comenzar a caminar a rápido paso. – La lucha está a punto de comenzar, y Naruto...
– Déjala. – susurro Kakashi formando una pequeña sonrisa en su rostro. – Para Naruto, será más útil que vaya que este aquí.
– ¡Boxeen! – exclamo el réferi bajando sus manos, inmediatamente retrocediendo para que los dos boxeadores comiencen a avanzar.
– No puedo quedarme inmóvil ahí sentada. No puedo soportarlo... sé que es exagerado, pero no puedo verlo caer o ser golpeado. – pensó Sakura, caminando a rápido paso mientras mantenía unos verdes ojos en el suelo. – Él es un boxeador y es fuerte, pero su rival también es boxeador y también es fuerte. Yo... yo... ¡no puedo soportarlo verlo ser golpeado de esa manera! – levanto sus ojos, empujando una puerta de un oscuro pasillo. Para comenzar a caminar lentos pasos por una especie de pasillo, siendo el mismo por el cual había entradoNaruto.
– ¡Es ahora Naruto! – grito el entrenador.
– ¡Doble impacto! – exclamo eufóricamente el narrador, viendo como en el centro del ring Yahiko conecto un uppercut al mismo tiempo que Naruto conecto de nuevo el gancho al hígado.
– Mis... costillas... – gruño ronco Yahiko, comenzando a retroceder, sintiendo su carne arder de una forma brutalmente dolorosa.
– ¡Ahora, ve a por él! – grito el entrenador Sarutobi, para que Naruto avanzara hacia el pelinaranjo. – ¡No, mocoso! – grito de nuevo. Viendo como Naruto recibió un abrupto derechazo al rostro, el cual ni siquiera era un golpe de boxeo, siendo un salvaje y alborotado golpe de derecha.
– ¿Por qué ama eso? – pensó Sakura. Caminando a lentos paso acercándose al equipo del gimnasio Sarutobi, así como al ring mismo. – ¿Por qué es que disfrutan el destruir sus cuerpos con brutales golpes? – pensó. Viendo con sus verdes ojos a Naruto el cual comenzó a caer lentamente hacia adelante, perdiendo el equilibrio.
– Mierda... no puedo frenar. ¡No me puedo el cuerpo! – pensó Naruto sin poder mover correctamente sus piernas. – Yo...
– ¡Cae! – rugió Yahiko, abalanzándose hacia Naruto con su puño derecho apuntando con infrarrojo hacia el rostro del rubio.
– Naruto... tú dijiste que serias el campeón y que ganarías. – susurro Sakura viendo el cuerpo del rubio ir hacia adelante casi inerte. – Naruto... ¡Tú no puedes perder!
– ¿Sakura? – inmediatamente vino aquel nombre a su cabeza, viniendo de inmediato la imagen de aquellos verdes y brillantes ojos así como aquella cabellera rosada.
– ¿Qué haces aquí, Sakura san? – pregunto Iruka viendo a la pelirrosa quien lo ignoro por completo. Teniendo sus verdes ojos fijados en Naruto.
– ¡Es el fin! – exclamo Yahiko. Lanzando su derecha la cual iba de abajo hacia arriba, en un afilado uppercut contra el descubierto rostro del rubio.
– El arma numero uno y dos... probémoslos. – pensó Naruto.
Frunciendo el ceño con rabia, reviviendo sus ojos recargándolos y haciéndolos desbordar un fuerte brillo rojo el cual no era más que instinto y espíritu puro. Abriendo su boca soltando un fuerte rugido, opacando el rugido del tigre. Frenando de golpe con su pie izquierdo adelante y su pie derecho atrás, al mismo tiempo que doblo sus rodillas al punto de casi tocar la lona con estas, así esquivando por completo aquel salvaje derechazo.
– ¡¿Qué demonios tramas?! – pensaron tanto Yahiko como Hanzo, viendo aquellos rojos ojos ir a por el pelinaranjo.
– Eso... lo vi entrenar eso... – murmuro Sakura frenando de golpe, abriendo su boca con un poco de sorpresa.
– Tienes muy poca confianza en Naruto, si estas siempre viniendo a gritarle para que así no pierda. – susurro el entrenador Sarutobi formando una pequeña sonrisa. – Eso... eso es su mejorada mordida.
– Yo... no puedo esquivar eso... ¡Mis piernas no pueden más! – pensó Yahiko terminando de extender su brazo derecho.
– ¡Toma esto! – grito Naruto.
Abanicando violentamente su brazo izquierdo de abajo hacia arriba, prácticamente rozando el suelo, para así enterrarlo violentamente contra el rostro descubierto de Yahiko. Hundiendo su puño en el rostro del púgil, mandando expulsado hacia atrás este.
– ¡Yahiko...!
– ¡Y esto! – grito nuevamente Naruto.
Ahora bajando de arriba hacia abajo su puño derecho, girando con fuerza su cadera. Conectando directamente su puño en el centro del rostro del pelinaranjo, para así empujar hacia adelante, así azotando violentamente la cabeza naranja de Yahiko contra la lona.
– ¡Bite nivel 2! – grito el entrenador Sarutobi. – Al morder, un animal entierra su mandíbula así como los colmillos de arriba. El upper de 3/4 desde abajo hacia arriba, vendría siendo básicamente los colmillos inferiores... y ese gancho de derecha de arriba hacia abajo, vendría a ser los colmillos superiores.
– No... lo creo...
– ¡El tigre cae! – exclamo el narrador, viendo al pelinaranjo tendido en la lona.
– Cuando la mordida 1 era de por si letal, ahora añadió un segundo paso lo cual lo hace aun más letal. – comento Temari viendo al pelinaranjo tendido en la lona, mientras que el réferi comenzó con la cuenta de protección.
– Maldición... ¡Yahiko!
– ¡5!
– Perfecto... ahora... solo... debes quedarte ahí. – murmuro Naruto, respirando agitadamente. Cerrando sus ojos lentamente, para escuchar únicamente al réferi continuar con su cuenta.
– ¡8...!
– ¡Increíble!
– ¡Mocoso!
Abrió sus ojos, sintiendo una especie de onda invisible empujarlo. Escuchando aquellas alborotadas y fuertes voces ir directamente hacia él. Viendo fijamente delante de él al pelinaranjo de pie, con una penetrante mirada puesta fijamente en él.
– ¿Puedes continuar luchando?
– Si se le ocurre detener esta lucha... lo asesinare con mis propias manos. – hablo Yahiko haciendo a un lado al réferi, para comenzar a caminar a lentos y torpes paso hacia Naruto con sus brazos arriba.
– Ese infeliz... infeliz... infeliz idiota. – gruño Naruto levantando su guardia, sin embargo, sin lograr moverse de la esquina.
– Eso es malo. – reacciono Kakashi, Gaara, Temari, Sakura, Naruto, así como Iruka o el entrenador Sarutobi. Viendo las piernas de Naruto intentar moverse con mucha dificultad.
– Estoy cansado. Demasiado. – pensó Naruto frunciendo el ceño.
– Yo... ¡no me iré a Osaka hasta no tener lo que yo quiero! ¡No puedo irme sin saber quién es el poseedor de los puños más fuertes de la categoría! – hablo Yahiko avanzando hacia Naruto, frunciendo el ceño con enojo. – ¡No regresare a Osaka hasta saber quién es el dueño de los puños mas fuertes!
– Alto. – dijo el réferi cruzándose entre Naruto y Yahiko, para que así ambos fuesen a sus respectivas esquinas finalizando el cuarto round.
– Viejo... ya no sirve de nada la estrategia, porque ese bastardo se encargo de hacer que mis piernas hayan quedado inservibles. – susurro Naruto sentado en el banco de su esquina.
– Lo que estas pensando, es básicamente intentar detener una bala con tu frente. Un paso en falso, y tu carrera terminara. – hablo el entrenador arrodillándose, comenzando a masajear las piernas del agitado rubio.
– Mi estrategia fue... provocar a un tigre golpeándolo en la nariz, para que abriera su boca y yo pudiera meter mi mano en esta. No es muy diferente a lo que estaba haciendo. – hablo Narutoformando una pequeña sonrisa. – Además, es mi cumpleaños... y ser el dueño de "los puños más fuertes de la categoría" sería el regalo perfecto.
– Segundos... ¡fuera!
– Ve por él mocoso... pero si algo va mal, tirare la toalla. – hablo el entrenador cerrando sus ojos, para después bajar del ring.
– Naruto...
– ¿Eh? ¿Qué coño haces ahí? – reacciono Naruto viendo a la pelirrosa básicamente junto a su equipo de segundos.
– Yo... ¡estoy esperando a que ganes la lucha! – respondió Sakura fingiendo malamente un enojo, cruzándose de brazos.
– Bueno, iré a por ello... Sakura. – susurro Naruto formando una pequeña sonrisa, mientras que sus ojos se reforzaron de aquel brillo rojizo.
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