Una vez listo el equipaje, comenzamos nuestro viaje hacia la costa. La playa mas cercana estaba a cuatro horas de viaje. Ibamos a mi querida Santa Teresita, no es que fuera el único lugar al que podíamos ir. Había otros lugares, mas poblados y con mas posibilidades en cuanto a actividades, pero la idea era alejarse de la ciudad, del ruido, del smog.
El calor en la carretera era insoportable.Bendito sea el aire acondicionado.
Yo me recosté, me puse los auriculares y me puse a descansar la vista. Pensando en que estarán haciendo mis chicos en el auto. Por obvias razones, cada familia viajaba en su auto, Ya que éramos ocho en total, y ni hablar del equipaje.
Debería haber otro auto solo para las maletas.
Mientras escuchaba un poco de Sodastereo me imaginaba a Benja leyendo un libro y a Pablo roncando, con la cabeza apoyada en la ventana, y a los Valente tomando unos mates para que el viaje no se les haga tan largo.
Mis papás conversaban y Seba comía galletitas como si no hubiese un mañana.
Este verano iba a ser especial. La casa que alquilamos tenía cuatro habitaciones, dos para padres y dos para los melli, Seba y yo.Una habitación iba a ser para mi sola.
Pensé, y aquello me hizo sonreír con malicia.
Pero me equivoqué.Cuando llegamos quedé fascinada con la casa. Era muy grande, tenía un living con una televisión enorme, un dvd y a su lado una estanteria llena de películas, una biblioteca y un pool.
Oh, esto iba a ser divertido.
También un comedor muy amplio con hermosos muebles antiguos, la cocina, dos baños y en el fondo, en el patio, una piscina iluminada.
Voy a nadar durante la noche.
Y en el piso de arriba las cuatro habitaciones, dos con camas matrimoniales y las otras con dos camas cada una, las habitaciones eran pequeñas, pero hermosas. Tambien había dos baños, uno de ellos tenía una bañera con hidromasaje. Podía imaginarme a mi misma muy relajada en ella, con mis auriculares y unas velitas aromáticas por todos lados.
Mientras soñaba despierta alguien me abrazó por detrás. Pablo.
Me queďé unos segundos muy quieta mientras saboreaba el olor de su perfume.
Dios mio, debo estar babeando.
Alguien tosió y pude ver a Benja mirándonos. Su mirada era seria y oscura, como si estuviese aguantando las ganas de golpear a alguien. Enseguida me solté de los brazos de Pablo y me fuí a buscar mi habitación.
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MI VERANO CON ELLOS © [Terminada, En Edición]
Short StoryMel, de 17 años. Es extrovertida, aventurera y muy alegre. Toda su vida ha estado enamorada de sus dos amigos de la infancia, los mellizos Benjamín y Pablo. Son casi familia, pero las cosas cambiarán este verano, cuando ella descubra que no es la ún...