Capítulo 32

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Nuestras vacaciones terminarían pronto

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Nuestras vacaciones terminarían pronto. Volveríamos a nuestro hogar un mes antes de iniciar las clases. Comenzaría mi último año de preparatoria junto a los mellizos y mi hermano iría a la universidad.
Me sentía diferente, como si miles de cosas hubieran cambiado en estas vacaciones. De repente no eran las responsalidades lo que me importaba, solo quería ser feliz. Aprendí que lo más importante en nuestra vida no es algo, sino alguien. Lo más importante para mi en este momento de mi vida, era Benjamín. Tan solo pensar en su sonrisa, en sus abrazos, en las veces en que me ha cuidado, en todas las cosas que vivimos juntos, junto a nuestros hermanos, me hacía sonreír.
Lo amaba, lo amaba muchísimo.
Nuestro trato era formal, pero frío, parecía que nuestra amistad se había perdido.
Me pregunté porque Lola no volvió a venir. Quería saber que hablaron esa última vez que se vieron, pero no me animaba a preguntar.

Este día iría a la playa a caminar. Sola. Necesitaba despejarme. Supe que mi hermano, Pablo y las chicas harían una salida de parejas y admito que me dolió un poco que no me hayan invitado a mi o a Benja, tal vez su idea era dejarnos solos, puesto que nuestros padres pasarían la noche en un pueblo cercano. Pero con Benja ignorandome no llegaríamos a ningún lado.

Caminé hasta el anochecer y cuando el sol hubo desaparecido, volví a la casa.
El silencio era insoportable. Las luces apagadas y la casa en completa soledad.

Genial. Iba a quedarme sola mientras todos se divertían.

Pero al entrar me sorprendí al ver una nota en la mesita junto a la puerta.

Sube a tu habitación, te espera una sorpresa. No bajes hasta que estés lista.

¿Qué significaba aquello?
¿Sería de Benja la nota?
Sin dudarlo subí a mi habitación, sin siquiera prender las luces de la casa. Solo la luz de la mesita junto a la entrada iluminaba el lugar,lo suficiente como para hallar las escaleras.

Al entrar a mi habitación mis ojos se abrieron como platos al ver una caja rosada con un moño sobre mi cama, la caja era grande, y la intriga por saber que contenía fue más fuerte que yo y corrí hacia ella.

Al abrirla me encontré con un vestido negro de tiras que me llegaría hasta las rodillas, muy elegante.
Junto a unos zapatos del mismo color. Eran preciosos.
Me dí una ducha, me puse un conjunto de encaje negro para combinar con mi atuendo y dejé mi cabello suelto, a un lado. Me puse mi perfume favorito y un poco de brillo labial.

Me veía bien. El vestido encajaba perfecto en mi curvas.

Cuando salí de mi habitación, pude ver un camino de velas pequeñas indicándome la dirección a seguir, se dirigían al comedor.

Al llegar me quedé boquiabierta, ante la escena frente a mis ojos.
La mesa estaba lista para cenar, con un estilo my romántico, velas y flores, y dos lugares en la mesa.
Y parado a su lado, estaba el.
El amor de mi vida con un traje y una sonrisa de oreja a oreja.

Creo que por un momento casi tuve un paro cardíaco al verlo. Se veía tan guapo y elegante. Pero lo que más me impactó, fue la forma en la que clavó sus ojos en mi, en ellos había felicidad, esperanza, amor.

De inmediato comprendí lo que estaba sucediendo.

Recordé a Benja sugerirles a nuestros padres el lugar al que habían ido. Y entendí porque mis amigos no nos habían invitado.
Ellos sabían de esto.

¿Acaso Benja me había perdonado?
¿Me daría una oportunidad?
Mi corazón se llenó de felicidad con tan solo pensarlo.

MI VERANO CON ELLOS © [Terminada, En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora