Mi cabeza dolía y la luz del sol me quedaba el rostro. Probablemente era el mediodía y yo seguía en la cama.
Mi hermano no estaba en la suya así que supuse que se había levantado hacia un tiempo.
Todos los recuerdos de la noche anterior invadieron mi mente.
La playa, la botella, el beso con Benjamín, su beso con Lola en la disco y nuestro pequeño momento juntos en la playa.
Luego de salir del agua volvimos en silencio a la casa. Nuestros amigos ya se habían marchado y nuestros hermanos dormían. El se fue a su cuarto sin dirigirme la palabra.
Se lo que siente por mi, pero que se comporte así no me esta ayudando.
El intenta olvidarse de mi, y eso está matándome.Cuando bajé a desayunar, luego de darme una ducha, me sorprendí al notar el silencio que había en la casa.
Era claro que nuestros padres se habían ido.
Un ruido en el patio llamó mi atención y al asomarme en la ventana, vi a mi hermano y a los mellizos.
Pablo y Sebas jugaban en el agua y Benja estaba sentado en el borde de la piscina, luciendo pensativo y preocupado.Rápidamente me hice un café y me uní a ellos. El día era agradable, aunque hacia mucho calor.
—Oh, miren quién se despertó—dijo Sebas.
—Tal vez quieras nadar desnuda—exclamó Pablo haciéndose el gracioso. Mi hermano lo golpeó en la cabeza.
—Ya basta idiotas ¿Dónde están nuestros padres?—interrogué.
—Fueron a navegar—dijo mi hermano.
Me acerqué a Benjamín y me senté junto a él.
Los chicos siguieron con su rutina en el agua.—Hola.
—¿Cómo te encuentras hoy?—dijo el.
—Bien, solo tengo un poco de resaca.
—Estas loca Mel, espero que no enfermes por lo de esta mañana.
—Tranquilo, estaré bien.
En ese momento el timbre de la casa sonó.
Fui hacia la puerta y la sonrisa se me borró al ver a Lola tras ella.—Benjamín es para ti—grité. Sin siquiera saludarla, y me fui a mi cuarto.
Verla me traía malos recuerdos.Benja
Cuando llegué a la puerta, vi a Mel subir las escaleras molesta y supe de quien se trataba.
Lola.
Abrí la puerta y ella sonrió al verme.—Hola¿Puedo pasar?
—Lo siento, me gustaría hablar contigo. Pero no aquí—espeté. Ella asintió, sonriendo débilmente.
Nos dirigimos hacia la playa. Ella intentó tomar mi mano, pero no se lo permití.
—Aquí estará bien, siéntate.
—Ok—dijo ella.
Iba a ser honesto con ella. Esto no podía seguir.
Cuando abrí la boca para decir algo, ella me interrumpió.
—Se lo que vas a decirme. He visto como la miras, y si aún me quedaban dudas, fueron confirmadas ayer. Vi como se besaron, y como intentaste calmarla cuando se metió a la playa. Se que probablemente estaba celosa por como te besé en la pista de baile, lo que ella no sabe, es que tu beso fué frío y apagado.
Ojalá me besaras a mi, como la besaste a ella jugando a la botella.Ella lo sabía.
—Yo... La amo, Lola. Ella es el amor de mi vida. He estado enamorado de ella desde pequeños. Por más que intente olvidarla, no lo consigo.
No se que hacer. Ella estuvo con mi hermano. Ambos me lastimaron. Intento olvidarlo y seguir adelante, pero no puedo.
¡Maldición!—grité, frustrado.—Yo creo que deberías intentarlo, es claro que ella esta enamorada de ti.
Si es el amor de tu vida, olvida el pasado y arriésgate por ella.
Yo lo haría, si fuera tú. Siempre soñé con sentir un amor así. Pero aún no lo encontré.Me sorprendió su reflexión y la forma en la que aceptó todo esto. Es más madura de lo que pensé.
—Gracias por entender, y gracias por el consejo. Me encantaría que sigamos siendo amigos—dije sonriendo.
—Claro. Lo seremos. Y Me gustaría pedirte un favor—dijo ella.
—Claro.
—Gustavo me gusta. ¿Podrías pasarme su número?—dijo sonrojada. Se veía tan tierna.
—Claro—dije riendo.
Me sentía aliviado. Pero todavía quedaba mucho por hacer.
Tenía que seguir adelante y luchar por Mel.
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MI VERANO CON ELLOS © [Terminada, En Edición]
Historia CortaMel, de 17 años. Es extrovertida, aventurera y muy alegre. Toda su vida ha estado enamorada de sus dos amigos de la infancia, los mellizos Benjamín y Pablo. Son casi familia, pero las cosas cambiarán este verano, cuando ella descubra que no es la ún...