No iban a arruinar mi noche, a pesar de que a estas alturas ardía de celos. Tomé a Gustavo de las manos y lo invité a bailar, sorprendido asintió y sonrió.
Pasaron uno, dos temas, dos tragos, tres tragos. Estaba disfrutándolo, necesitaba divertirme.De pronto una canción más lenta y romántica comenzó a sonar. Empecé moviendo mis caderas suavemente y sentí las manos de mi compañero de baile sosteniendo mi cintura, luego de dar una vuelta y girar para encontrarme frente a el, me acercó a su cuerpo y noté en sus ojos un brillo extraño, perverso pero sensual. No se de donde salió el coraje pero le seguí el juego.
Tal vez el alcohol o las hormonas, pero no estaba pensando claramente.
Alcé la vista para ver a mis mellizos y me miraban furiosos
Oh si, dulce venganza. Reí internamente cual villano de película.
No creo que madure alguna vez.Ahora ellos sentían los celos también. Sé que mi actitud no era la correcta, pero lo que habían hecho no fué agradable.
Me sentía mareada mientras bailaba.Los tragos estaban haciendo lo suyo.
Y cuando fijé la mirada en Gustavo estaba mirando mis labios y así sin más me besó, no fué un lindo beso, fué torpe y brusco.
-¡Gustavo!-grité
-¿Qué rayos haces?-¡Lo siento, me dejé llevar!-se disculpó y por su mirada de cachorro arrepentido, supe que lo decía en serio.
-Esta bien, no hay problema-espeté
-¿Somos amigos verdad?-pregunté
-Si...lo somos, pero me gustas Mel, lo sabes-murmuró
Verano de confesiones, aparentemente no soy la única con las hormonas descontroladas.
-No es un buen momento-me-disculpé y le sonreí, preocupada por su reacción.
Y de repente alguien lo empujó de mis brazos y pude ver a Benja completamente furioso
-¡Aléjate de ella!-gritó fuera de sí y se puso a mi lado
-¿Qué haces? es mi amigo-repliqué furiosa
-Yo también soy tu amigo y no puedo controlar mis sentimientos hacia ti-Suspiró, apenado.
Escuché que Gustavo se despedía alejándose, para dejarme a solas con Benja, pero no pude contestarle, me sentía rara.
Los tragos me hacían tambalear. No se ni cuanto había bebido
-Benja yo...-contesté y tropecé con mi propio pie golpeando su cuerpo. Me miró decepcionado y me dejó ahí parada, sola y mareada. Vi su silueta alejarse y perderse en la multitud. Lleve mi mano hacia mi frente y sentía mis ojos humedecerse.
-¿Estás bien hermanita?Te ves terrible-afirmó Sebas.
-Creo que estas ebria, debemos irnos-sugirió
Me mantuve callada, quería irme a casa. Me sentía fatal. Pero mi corazón era lo que más dolía
Su mirada de decepción me dolió demasiado, si el supiera lo que siento...
Mi hermano buscó a Pablo, que luego de mi patética escena, se puso a coquetear con una rubia del grupo de perras que habían conocido hacía unos momentos.
-¡Tu si que no pierdes el tiempo!-dije en un tono más alto del que hubiera querido y me miró sorprendido. La rubia tonta negó con la cabeza y río irónica.
-Alguien bebió de mas-replicó enojado. Saludó a la rubia con un beso en la mejilla y salimos de allí, para dirigirnos a la casa.
Sebas fué a comprar cigarrillos
Pablo y yo quedamos a solas por unos minutos sentados en las escaleras de la entrada de un hotel continuo a la tienda. Pude sentir sus brazos acercándome a su cuerpo.
-Eres hermosa cuando estás molesta-suspiró en mi oído y cuando giré para mirarlo a los ojos me besó.
Esto realmente no puede estar pasando.
Me quedé atónita ante su acción y no pude contestarle, sentía mis mejillas arder. Luego me besó en la frente y cuando estaba a punto de decir algo salió mi hermano de la tienda con un paquete de cigarrillos en sus manos.
-¡Vamonos!-exclamó el y seguimos caminando.
No dije una sola palabra camino a casa. No podía dejar de pensar. Todo esto era demasiado para digerir. Necesitaba estar sola, pensar. Estaba en mis manos arreglar esta situación.
Me sorprendí al notar que habíamos llegado a destino. Nuestros padres dormían y Benja no estaba en casa.
¿Dónde había ido? empezaba a preocuparme.
Pero al cerrar la puerta de mi habitación, escuché las escaleras y supe que era él. Cuando entró al cuarto, me hice la dormida. No quería discutir con el. No ahora. Y al parecer me quedé dormida.
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MI VERANO CON ELLOS © [Terminada, En Edición]
ContoMel, de 17 años. Es extrovertida, aventurera y muy alegre. Toda su vida ha estado enamorada de sus dos amigos de la infancia, los mellizos Benjamín y Pablo. Son casi familia, pero las cosas cambiarán este verano, cuando ella descubra que no es la ún...