Capítulo 13

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Benjamín

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Benjamín

Me desperté y ella ya no estaba. No se si fué un sueño, pero pude visualizarla besando mi mejilla.

Es tan hermosa, suspiro recostado en mi cama, sin poder sacarla de mi cabeza.
Amo a Mel desde pequeño.

Recuerdo una noche, en una de esas tantas, que nos quedábamos a dormir en su casa, que Pablo y Sebas se pusieron a contar historias de terror, éramos niños y tontos. Sabíamos que nos asustaba y aún así lo hacíamos. Pude ver que Mel temblaba en su cama afligida, tenía miedo claro. Nuestros hermanos dormían y decidí en ese instante que iba a cuidarla, por siempre. Ella necesitaba mi protección. Cuando sea grande iba a ser fuerte, responsable y considerado con y para ella. Me pasé a su cama y la abracé, era tan pequeña. Y le prometí que siempre iba a protegerla y lo cumpliré. Incluso si eso signifique hacerme a un lado y dejar que sea feliz con otra persona, no puedo obligarla a amarme. Aunque estoy seguro, por la forma en la que me besó la otra noche que siente algo por mi.

Sus labios son mi perdición, deseo besarla todo el tiempo, pero es una tortura agradable. Incluso sigo guardandome para ella, quiero que sea la primer mujer a la que le haga el amor, no es que no tuviera oportunidad con otras chicas, pero a diferencia de Pablo, yo solo la quiero a ella y jamas la traicionaría. Nunca le haría daño. Porque es mi alma gemela, nací para amarla y cuidarla. La amo desde ese día en que la vi con miedo y la abracé.
Pero en caso de ser el hombre más afortunado y que ella me amé, sé que algo pasa con mi hermano. Se que el también la ama, pero no de la misma manera en que yo lo hago, ella no es la única en su vida. Y se que hay cosas de el que el día que Mel las descubra no podrá perdonarle, si es que ella siente lo mismo que el, claro.
No se que pensar ¡rayos!
pero puedo ver como se sonroja con los cumplidos de Pablo y cada vez que el la toca. Estoy volviendome loco.

Pero ellos dos son las personas que más amo en el mundo, y moriría por dentro al verlos juntos, pero si tuviera que hacerme a un lado para verlos felices, lo haría sin dudarlo.

Y así, como si alguien hubiera escuchado mis pensamientos, Pablo golpeó la puerta de la habitación

—¿Estas despierto?—murmuró mientras entraba al cuarto

—Sí, pasa hermano—afirmé

—Tengo que hablar contigo—dijo y por el brillo en sus ojos me di cuenta de cual seria el tema de conversación. Mel.

—Sí, claro—Contesté, dudoso. Y se recostó en la cama de Mel que estaba a unos dos metros de la mía.

—Quiero decirle a Mel lo que siento—soltó afligido y apenado como si se quitara un enorme peso de encima
—Se que siente algo por mi, puedo notarlo en su respiración agitada, en sus latidos, por como se sonroja cuando le digo que es hermosa y...por como reacciona cuando la beso—dijo y sentí como mi corazón se hacía trizas ante su confesión.

¿El la había besado?¿Cuándo? ¿y por qué rayos era todo tan complicado?

No sabía que decir, ni como reaccionar ante sus dichos, pero en el fondo sabia que tenía que hacer lo correcto.

—Se que te gusta también—dijo apenado
—Te vi besandola el otro día en esta cama y enloquecí, no puedo seguir adelante con esto, si tu la amas o si piensas seguir con eso. Necesito tu bendición y saber que estará todo bien entre nosotros, no quiero discutir contigo, por ella. Somos hermanos. Y...te quiero, eres mi mejor amigo—dijo y casi podía sentir a mi corazón romperse
Y mientras me juraba que iba a cuidarla y hacerla feliz, me prometí a mi mismo, hacerme a un lado y dejarlos ser.

—¡Si le rompes el corazón te mataré!—dije y se que lo que sea que vio en mi mirada le indicó que hablaba en serio.

—Pero tienes mi bendición, debes hacerla feliz, yo...No los molestaré, la quiero, pero no estoy enamorado como tú— mentí y sentí como mi cuerpo se tensaba al negar mis sentimientos por ella.

¿Qué estaba haciendo? me estaba rindiendo, estaba soltando a Mel, sin saber si era lo correcto, estaba dejandola ir, a mi alma gemela. Dios, esto duele.

Pero al ver la sonrisa en el rostro de mi hermano y sentir su abrazo de agradecimiento, comprendí que yo estaba de más. Y ambos se merecían ser felices juntos.

MI VERANO CON ELLOS © [Terminada, En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora