Camine de un lado por la habitación, estaba muy nerviosa y asustada. Hace algunas horas había escuchado como el organismo competente de homicidio había llegado para llevarse el cuerpo de Caitlin, quien definitivamente estaba muerta. Tenía miedo de salir y ser culpada de su muerte, aunque en cierto modo me siento culpable. Si esos hombres me estaban siguiendo a mí, debería ser yo quien esté en su lugar. La persona que más me ponía nerviosa era Ryan, sé que nunca le agradé y después de esto no creo que le agrade mucho menos.
Sequé mis la lágrimas y despeine mi cabello, quería gritar como si fuera el fin del mundo. Está situación me estaba volviendo loca, iba a terminar en un manicomio.
Tomé una fuerte respiración y salí de la habitación, no había nadie en el pasillo. Camine lentamente hacia las escaleras y baje despacio. Escuché algunas voces en la cocina, así que las seguí. Para mi sorpresa todos estaban allí estaban todos. Ryan intentaba guardar sus lágrimas, pero le era imposible. Me miró y me sentí súper intimidada, tuve que bajar mi mirada al piso.
—Pensé que te habías muerto tu también en la habitación —oí decir a Rose, pude jurar que gire mi cabeza como el exorcista hacia ella.
—¿Qué? —dije, como si no fuera escuchado lo que dijo. Pero lo escuché— Deberías respetar la situación.
—Pensé que tendríamos dos entierros.
Ryan giró su cabeza hacia Rose y apretó sus puños.
—Espero que cierres tu maldita boca —la señaló— Tus comentarios no me están agradando, me los estoy tomando como burla y te juro que me importará una mierda si eres la novia de Justin, te pegaré una bala en la frente.
En otra situación fuera sonreído, pero no en está.
—Ryan.. yo lo..
—¡Cállate no sientes nada! —gritó, interrumpiéndola— ¡Lárgate de mi casa!
—Justin... dile que lo siento mucho —pidió ayuda en Justin. Lo miré rápidamente.
—Siento llegar tarde, había mucho tráfico —sentí escalofríos al escuchar la voz de Gabriel entrar a la cocina— ¿ Selena?
Miré a Gabriel sin ánimos, él no sólo me miró a mí, también miró a uno por uno.
—¿Qué sucede? —preguntó.
Nadie respondió.
—¡Hablen! ¿Qué sucede?
—Caitlin está mu...muerta —respondió Chaz con su voz carrasposa.
—¿Qué? —gritó gratamente sorprendido— ¡Vamos, Chaz! —rió nervioso— con esas cosas no se juegan.
—Me encantaría decir que fue un juego —la voz de Ryan se quebró.
—¡Dios mío! ¡No! —pasó las manos por su cabello— esto no puede estar pasando. Pero... ¿Cómo sucedió esto?
—No importa cómo, sucedió —Ryan carraspeó su garganta y llamo la atención de todos— Tenemos que hablar.
Su mirada estaba directamente hacia el lugar donde yo estaba, así que inútilmente giré mi cabeza hacia atrás para ver si había alguien detrás mío, pero no fue así. Miré a Ryan y trague saliva.
—¿Hablas conmigo? —pregunté.
Ryan se puso de pies y cuando llego a mi lado me tomó del brazo y me sacó de la cocina. Caminamos hacia el patio trasero, estaba muy nerviosa. Ryan no me daba miedo, pero a veces me intimidaba mucho. Lo observé sentarse en una de las sillas frente a la piscina, así que me quede de pies a unos metros de él.
—Siéntate —ordenó. Hice lo que me pidió.
Habían pasado varios minutos y Ryan no hablaba, sólo miraba el agua con su mandíbula tensa. No aguante más el silencio y lo rompí.
—Sé que estás pensando que todo es mi culpa, sé que quieres matarme ahora y también sé que nada de lo que diga te importará. Pero quiero que sepas que nunca quise que esto pasara, ni siquiera me lo imagine. Soy yo la que debería estar en la morgue ahora —jugué con mis dedos.
—Sí, deberías ser tú —dijo frío.
Sólo moje mis labios y asentí.
—Sé cómo te sientes, sé...—me interrumpió.
—No siento tristeza, no siento nada. Sólo me siento vacío.
—Lo entiendo.
—En dos semanas nos íbamos a casar —su voz se quebró— y nos íbamos a ir a Canadá. Íbamos a dejar todo, no queríamos que la vida de Lucy corriera peligro. Íbamos a dejar esta porquería, sabíamos que esto nos iba destruir desde un comienzo, pero aun así nos arriesgamos. Cuando Lucy nació sabíamos que teníamos que dejar todo atrás, ya no éramos ella y yo. Ahora seriamos, ella, yo y nuestra hija. La razón de nuestro vivir, la razón por la cual haríamos cualquier cosa. Caitlin no se merecía eso —las lágrimas cayeron por su mejilla— Ella ya lo había dejado todo. Me dijo muchas veces que era hora de parar, que me saliera, pero yo no quise. Le dije que el último día que estaría en este negocio acabarían cuando nos casáramos y yo no le hice caso... Me odio, odia saber quién no se quien lo hi... —se quedó callado y secó sus lágrimas. Me miró rápidamente— ¿Quién te seguía?
—No lo sé, ni siquiera sabía que me estaba siguiendo. Eran unos hombres que nunca había visto.
Asintió y miró hacia el agua.
—Pero... —seguí, me miró nuevamente— quedé con Gabriel para salir en una cafetería. Compramos palomitas de maíz y cuando dimos unos cuantos pasos fuimos atacados con un arma.
—¿Qué? —frunció el ceño— ¿Quién los atacó?
Jugué con mis dedos.
—Caroline...
—¿Qué? —se puso de pies rápidamente.
—Ella regresó Ryan, no me extraña que nos allá estado vigilando a uno por uno durante un gran tiempo.
—Esa hijo de... —pateó la silla. Me puse de pies rápidamente— La voy a matar con mis propias manos si me entero que ella tuvo que ver con esto.
—Si no la haces tú, lo haré yo. Ya estoy cansada de esto.
Ryan se quedó observándome por unos segundos y después miro al cielo.
—A pesar de todo esto, tengo que levantarme cada día, tengo que tener muchas fuerzas para seguir adelante. No puedo dejar a Lucy sola, no puedo. No puedo permitirme volver a perder alguien que quiero. Duele demasiado —me miro con los ojos cristalizados— No dejes que esto te suceda.
—¿A qué te refieres? —pregunte sorprendida, por su extraño comentario.
—Conozco la historia de dos personas que no tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, su manera de caminar no coincidían y mucho menos su estatura —dijo. Lo mire confundida— Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Peleaban mucho por tener la razón y el control. Él era dueño de sí mismo y ella una niña insegura, que necesitaba crecerse frente a otros para ocultar esa inseguridad. Muchos no lo notaban, pero yo si veía la inseguridad en sus ojos —miro por encima de mi hombro y dejó la mirada en ese punto— Sus manos parecían haber sido hechas como piezas exactas para encajar una de la otra, con los dedos entrelazados y yendo hacia la misma dirección.
Ryan seguía con su mirada fija en aquel punto por encima de mis hombros, así que no me pude resistir y también vi a dicho punto. Ese punto era la puerta por donde nosotros salimos. Allí estaba Justin, arrecostado del marco con sus brazos cruzados en el pecho y la mirada fija en nosotros. Miré al piso y después gire nuevamente hacia Ryan, quien ahora me veía a mí.
—Esas dos personas son Justin y tú. No arruines el momento por tu orgullo, el orgullo nos hace perder muchas cosas. Nunca pensé decir esto, le haces bien a ese chico. Él te quiere de verdad, es muy torpe en el amor por su pasado, pero se que tienes el poder de cambiar eso. Eres su presente, Selena. Sé que lo amas, no pierdas a la persona que amas. Yo ya no la tengo y duele como el infierno, duele mucho. Estas siendo realmente una mierda con él, no sé qué ha pasado con ustedes este tiempo, pero con sólo ver a Justin así, no hace falta saberlo.
—¿Ahora resulta que soy la mierda? —negué con la cabeza— ¿Dónde quedó todo lo que Justin me hizo?
—En el pasado. Ya basta de actuar, nacieron para estar unidos. Unidos son irrompibles, no lo dañes.
—¿Qué debería hacer? Ni siquiera yo misma lo sé.
—Habla con él, es ahora el momento —Ryan paso por mi lado y se marchó, me volví a sentar. Vi la hora en mi celular y lo coloque en la silla para luego empezar a jugar con mis dedos.
Observé unos zapatos frente a mis ojos, así que subí la mirada para quedarme estática frente a los ojos mieles más hermosos del mundo. Sentí un nudo en mi garganta y mis ojos se empezaron a cristalizar. Mi impulso y ganas fueron mucho más grandes que mi orgullo. Me abalancé hacia Justin con tanta fuerza que ambos caímos a la piscina. No estaba onda por esta orilla, así que fue fácil colocarnos de pies. Nunca nos soltamos. Pase una de mis manos por mi cara para quitar algunas gotas y luego tome a Justin de la nuca.
—¿Cómo se corrigen los errores que te dije? —susurré muy cerca de sus labios y sin nunca quitar la mirada de sus ojos— Te amo demasiado y no te quiero perder.
—No fui buena persona y estoy muy arrepentido de eso —quito algunas gotas de mi mejilla y paso su pulgar pos mis labios— Me arrepiento mucho, perdóname. ¿Me perdonas?
Mordí mi labio y asentí. No recibí respuesta en palabras de Justin, recibí un gran beso. Sentía un hormigueo en la espalda, me dio un vuelco el corazón, todo mi cuerpo se electrizó. Sus labios tocaron los míos y los míos respondieron. Estábamos desconectados de la situación, éramos guiados por nuestros corazones. Fue el beso más intenso de toda mi vida...¡Fue maravilloso!
—Te amo, rubio —susurré— simplemente olvidemos toda la mierda del pasado y empecemos de cero.
—Enfoquémonos en el presente —respondió.
Le di un beso fugaz y me aleje para salir del agua.
—Si no regresamos van a pensar que estamos follando —le dije escurriendo mi cabello.
Justin camino hasta la orilla de la piscina y se impulsó para salir del agua. Quitó su gorra y la sacudió para después volverla a colocar en su cabeza. Tome mi teléfono y empecé a caminar hacia la casa, sabía que Justin me seguía.
—¿ No quieres tomar mi mano? —preguntó.
—¿Estás loco? Adentro esta tu novia.
Justin rasco su nuca incómodamente, sabía que la había cagado.
—¿Te importa mucho lo que ella piense?
—Obviamente no, bebé —admití— ¿te importa a ti?
—No, no me importa —agarró mi mano desocupada.
Sonreí. Mi teléfono empezó a sonar avisando que había entrado una llamada. Ni siquiera vi el remitente, sólo atendí directo y listo.
—¿Hola? —dije.
—Ve a la ventana de la entrada principal ahora.
No me puse a pensar en quién era, sólo empecé a correr hasta la ventana, llevando a Justin arrastra conmigo.
A penas me asome en la ventana un gran zumbido junto con un sonido fuerte se hizo presenté. Justin me pego a el y me dio la vuelta para abrazarme con mucha fuerza.
Mi respiración se agitó. Salí del pecho de Justin y observé por la ventana. El auto en el cual había llegado estaba encendido en llamas. Lo habían hecho explotar.
—¡Mírame, mírame! —tomo mi cara— Estoy aquí, cálmate.
—¿Qué fue eso? —empujé a Justin lejos de mi cuando escuché la voz de Gabriel y los pasos de los demás llegar a la sala principal— ¿Qué mierda? —dijo Gabriel observando por la ventana.
Todos observaron lo mismo. Tres autos negros se aproximaban.
—¡Alejense de las ventanas! —gritó Justin. Sentí como me empujo y ambos caímos al piso- ¡Al piso!
Ráfagas y ráfagas de balas entraron a la casa por la ventana. No sólo destruyeron los vidrios, sino también donde daban. Sentí como Justin jalo el arma de mis caderas y también como medio se levantó, lo tome por la muñeca.
—No lo hagas —le supliqué.
—Pero bebé...
—No te quiero perder, Justin —admití. Recordé las palabras de Ryan— No viviría sí eso pasa.
Justin mojó sus labios y asintió. Coloco mi arma en su cadera y se levantó poco a poco. Observo por la ventana y se cubrió rápidamente con la pared al mismo tiempo que le disparaban.
—Muévanse todos agachados hasta el piso de arriba, no es seguro este piso.
Todos gateamos hasta las escaleras y corrimos hasta llegar al piso de arriba.
—¿Qué mierda sucede? —gritó Rose.
Seguía mirando hacia las escaleras esperando que Justin subiera.
—¿Estas bien? —llegó Gabriel a mi lado.
Asentí.
—¿Alguien me puede explicar que pasa? —exigió Rose.
—Deja de gritar, asustas a Lucy. No sé qué haces aquí, te pedí que te fueras de mi casa -le respondió Ryan.
—Justin —chilló, corriendo hacia él— ¿Estas bien? —le dio un beso fugaz. Me incomode— ¿Por qué estas mojado?
Justin la apartó y camino hacia mí.
—¿Estas bien? —tomo mi mano.
—¿Tu lo estás?
Asintió. Lo abrace.
—Jaden, Lil y Alfredo, vigilen la entrada —ordenó— Hailey, Chaz y Ariana vigilen la entrada trasera. Khalil y Rose vigilen el piso —miró a Ryan— Ryan y Christian, descansen.
Todos se movieron a sus lugares.
—Creo que ya se pueden separar —dijo Rose— es incómodo verlos así.
Intenté alejarme de Justin, pero él me lo impidió.
—¡Sepárense! —gritó. Se acercó a nosotros y nos empujó— ¿Qué se traen ustedes? ¡Hablen!
—Tu no das órdenes, las doy yo —respondió Justin.
—Pero soy tu novia, tengo el mundo derecho.
No pude evitar soltar una pequeña risa burlona.
—Te ves estúpida, Rose —me sorprendí al oír lo directo que podía ser Justin.
—¿De qué te ríes?
Levanté una ceja.
—De ti.
Rose gruño.
—Sólo suelta a mi novio —se quejó— ¿Quién te crees recién llegada?
No iba a pelear con ella definitivamente. Me gire para observar a Justin.
—Creo que debería irme a mi casa.
—¡No! -—se apresuró a decir— No es seguro.
—Me acabo dar cuenta que nada es seguro, Justin. Ya una persona murió y no parará hasta matarnos a todos.
—Estoy aquí para protegerte —tomo mi cara— no voy a dejar que nada te pase, estamos juntos en esto. Yo no busca a nadie y te vi, no te voy a dejar otra vez.
—¡Justin! —escuché la voz de asombro de Rose, sin embargo, la ignoro.
—Empecemos de nuevo —sus labios rosaron los míos.
—Creo que voy a desmayar —chilló Rose.
—Sé que estamos mal, pero, ¿Y qué? Si el mundo está peor. Siempre estaremos junto, siempre.
—Todo termina, Justin.
—Entonces... Terminemos juntos.
Mojé mis labios y sin querer queriendo rose los de él.
—Creo primero tienes que terminar algo —eché una mirada disimulada hacia Rose.
—Vale —se separó de mí y vio a Rose.
—Espero que tengas una buena explicación para esto, Justin —le regaño— esta situación me hace sentir incómoda y sucia.
Eres sucia, perra y puta. Pensé.
—No podemos continuar con lo nuestro, Rose —dijo sin remido, sin pausa, sin nada.
Rose se quedó estática.
—¿Ves a esta mujer que está aquí? —me señaló. Rose movió sus ojos hacia mi— Si la pierdo a ella, lo pierdo todo. Quiero sonreír y compartir los momentos más locos de mi vida con ella. Quiero que sea mi esposa, la madre de mis hijos. Lo quiero todo con ella y quiero ser todo para ella.
Me desmayé internamente al oírle decir esto.
—¿Qué? —reaccionó— ¿A qué te refieres?
—No te quiero y no eres tonta, te tuviste que dar cuenta desde hace un tiempo.
—Justin... —sus ojos se cristalizaron— estas confundido lo sé. La acabas de conocer, no puedes decir esas cosas.
—No la acabo de conocer, ella es mi ex y quiero recuperarla. No llores por esto, sabias que iba a suceder en cualquier momento —se acercó un poco a ella— Te propongo algo... seamos amigos.
—¿Por qué me haces esto? —lloró— ¿No soy más mujer que ella?
No sabía si sentirme ofendida por sus palabras.
—Cada quien escoge la pared en la que va a estrellarse. Tú me escogiste a mí y hasta aquí llegaste.
—¿Por qué la escoges a ella, Justin? ¿Por qué?
—Nadie escoge a su amor, ni el momento, ni el sitio, ni la edad... ni a la persona.
—Sé que algo tenemos que ser para solucionarlo, pero no me dejes —se lanzó encima de Justin. Mis manos se hicieron puños— no te quiero perder —lo beso una y otra vez— no te permito que me dejes.
Justin la empujó lejos de él.
—Tu no me permites nada, no eres mi dueña —su tono amigable había cambiado.
—¡No me vas a dejar y punto! —le gritó.
Justin respiró profundo, sabía que se estaba cansado.
—Quise hacerlo de la mejor manera, pero me arte... ¡Vete a la mierda!
—Justin, tú me amas lo sé —lo tomo del brazo— ¿Tú me amas...?
Justin mojó sus labios.
—No, no te amo.
—Dímelo viéndome a los ojos.
Trague saliva al ver a Justin viendo hacia. Entonces la miró.
—Da lo mismo, no te amo.
Rose lo abofeteó. Reaccioné antes que Justin y me puse enfrente de él. Iba dispuesto a golpearla sin creer en nadie.
—Justin... Cálmate —dije, forzaba conmigo para quitarme. Su respiración era pesada— ¡Justin! —grité, se dejó de mover rápidamente y me miro con el ceño fruncido— ¡Cálmate joder o juro que me largo de esta mierda!
Justin cerró los ojos.
—Gabriel, llévate a Rose de aquí —ordenó Ryan, quien había estado observando toda la situación junto con Gabriel.
Gabriel camino hacia Rose y se la llevo de allí, no sin antes echarme una mirada fulminante a mí.
Me-odia.
—Ryan, lo siento mucho por esta situación, no era el momento. Lo siento de verdad —me disculpé apenada.
—No te disculpes, creo que fui yo quien le dio un empujón a la situación. Además, me alegra que hayan hecho lo correcto. Si yo no pude ser feliz, me alegra saber que mi mejor amigo lo será —se movió incomodo— Sé que antes me comporte como una mierda contigo y espero que me disculpes. Cuando le has salvado la vida dos veces a mi hija y yo he sido un malagradecido. Gracias.
—No tienes por qué agradecer, Ryan.
—Igual, gracias. Sé que de poder salvar la vida de Caitlin también, lo hubieras hecho, incluso si tenías que entregar la tuya. Salvaste a mi hija y no sé cómo agradecerte eso, si Caitlin estuviera aquí, estaría orgullosa de ti y de cómo has cambiado. Has madurado mucho —miro a Justin— Cuídala, ella vale oro —sin decir más nada, tomo a Lucy y entró a su habitación.
Justin me dio la vuelta hacia él rápidamente.
—Tienes que volver a ser mi novia, ¿Quieres ser mi novia?
Sonreí.
—Ummm, tengo que pensarlo.
Justin abrió los ojos como platos.
—Mentira, rubio —golpeé su hombre— Volvería a ser tu novia una y otra vez.
—Vamos a superar toda esta mierda, juntos —agarró mi mano— no será como antes, lo prometo. Si tenemos que luchar contra el mundo para ser inseparables, lo haremos. Esta vez será para siempre, Selena. Para siempre.
Lo besé.—Para siempre, Justin.
¿Será cierto qué uno cambia por una persona? O.. ¿Esa persona cambia por ti?
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BIZZLE - Jelena (adaptada) {TERMINADA}
РазноеSOY YO LA CREADORA DE LA ADAPTACION A JELENA !! TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DE ESTA ADAPTACION HOLAAAA MIS PEQUEÑAS LECTORAS :D ESPERO SE ENCUENTREN BIEN !! Y VENGO A SUBIR OTRA NOVELA SUPER LINDA, PERFECTA, HERMOSA.... LES VA A ENCANTAR. ESO ESP...