Agarré su pené y lo introduje en mí. A pesar de que ambos teníamos experiencia en relaciones sexuales, nuestros cuerpos se tensaron como su fuera la primera la vez.
—¡Oh, Dios! —gemimos al mismo tiempo.
Me levanté de su pecho y coloqué mis manos en su abdomen para poder moverme con más facilidad.
—Eres hermosa, ¿sabías? —dijo, casi ni se le entiendo. Su respiración al igual que la mía era entrecortada.
Sus manos grandes y ásperas me acariciaban, hasta que mis pechos, quienes que con cada movida saltaban, desaparecieron en ellas.
Sin dejar de moverme bajé hasta su boca y lo besé. Bajo sus manos desde mi espalda hasta mis nalgas y las apretó para poderse clavar más en mí.
—Si —gimió.
Se movió para cambiar de lugar, ahora era yo quién estaba abajo. No protesté. Su penetración fue pausada. Oleadas de placer recorrieron mi cuerpo, estaba en mi punto máximo. Los fluidos empapaban su miembro con cada movimiento que hacía.
Sentí deseo en cada célula, en cada poro, a cada segundo. Sentir el auto moverse junto con nosotros me hacía sentir más placer. Me sentí desmayar cuando el orgasmo se acoplaba en mi vientre. Reprimí jadeos, pero no por discreción, sino para el final.
Fue entonces cuando me vi gritado hasta más no poder al mismo tiempo que noté algo rígido dejándome algo caliente dentro de mi interior, no me molesto, me sentir satisfecha y halaga.
Baje de mi nube de placer y miré a Justin, quien todavía se encontraba dentro de mí, pero no se movía. Estaba intentado recuperar su respiración.
—Dos años pasaron para poder cumplir mi fantasía sexual de hacerlo contigo en mi auto. No era así como lo planeaba, pero esto salió mejor —dijo.
Asentí sin poder hablar, estaba agitada. Él salió de mí y se colocó a un lado. Ambos quedamos mirando hacia al cielo.
—Es una bonita noche —comentó.
Pase una pierna por encima de su cuerpo.
—Hay muchas estrellas en el cielo. Son muy bellas.
—Pero no más que tu -dio un beso en mi cabeza —tomo mi mano y observó la sortija— No puedo creer que esto sea lo que nos una.
—En realidad esto es sólo un detalle, ya estábamos unidos desde hace un tiempo.
—Lo sé —una brisa paso e hizo que nuestros cuerpos se estremecieran— deberíamos irnos.
—Te apoyo en eso —le di rápidamente un beso para después colocarme de pies y empezarme a vestir.
Una vez que estuvimos en casa, sólo nos duchamos y nos fuimos a dormir. Nos sentíamos súper cansados y nuestros cuerpos nos pedían a grito un descanso.
La mañana siguiente fue casi igual que las anteriores; Me levantaba, duchaba, arreglaba y bajaba a desayunar. Justin siempre despertar un poco más tarde, era raro cuando lo hacía antes o al mismo tiempo que yo.
—¡Felicidades, ya era hora! —dijo Olivia cuando le conté que Justin me propuso matrimonio— Eres una gran chica y sé que me harás bien al joven Bieber. Lo mantienes con los pies en la tierra.
—Gracias —sonreí.
—¿Alguna vez le contarás que llevas sangre Palvin? —me tense al oír eso— Lo siento, no quería incomodarle.
—Supongo que no lo haré —admití— ¿Cómo es posible que haya tenido tres padres? Palvin es sólo una estúpida palabra y aunque sé que mi segundo padre está decepcionado de mí y me odia, me siento orgullosa de tener el apellido Russo.
Olivia asintió como respuesta.
—Creo que no es bueno hablar de esto, debe estar feliz porque se va a casar.
—Tienes razón, el pasado ya pasó. Es momento de vivir el ahora, y mi ahora es Justin Bieber.
—Así es joven Bieber.
La mire extraño.
—Deberá a acostumbrarse a que le llame así.
Reí. Justo en ese momento entró Justin a la cocina.
—¡Buen día, Olivia!
—Buen día, señor.
—¡Buen día, futura esposa! —se acercó a mí y me dio un leve beso.
—Igual para ti, mi amor.
—¿Qué desea de comer? —preguntó Olivia— La joven Russo quiso desayunar cereal.
—Creo que desayunaré lo mismo —Olivia asintió— ¿Despertaste hace mucho?
—Como hace una hora o algo así.
—Te ves bien.
—Que te puede decir, ayer fue el mejor día de todos —lo miré con complicidad.
Él sonrió.
—Aquí tiene joven Bieber —Olivia le entregó su taza de cereal.
—¿Vas a salir? —le pregunté. Al parecer se había despertado hace un bien rato también, ya que estaba recién duchado y arreglado.
—Vamos a salir —dijo.
—¿Si?
Asintió.
—¿A dónde iremos? —pregunté.
—A buscar nuestros pasajes para Canadá.
Una sonrisa gigante se asomó en mis labios.
Unos fuertes golpes poco agradables sonaron desde la puerta. Justin dejó caer su cuchara de cereal en la taza y me miró cuando unas voces se escucharon. Minutos después apareció Olivia, estaba pálida.
—¿Quién era? —le preguntó.
—Olivia, ¿Estas bien? —pregunté, acercándome a ella. Tomé su mano— ¿Qué pasa?
—Joven Bieber, lo buscan.
Justin se puso a la defensiva y tomo una de sus armas que guardada aquí.
—No señor, no lleve eso.
Justin la miró por unos segundos y después colocó nuevamente el arma donde estaba.
—Si escuchas gritos, la tomas y salen corriendo de aquí —dijo antes de mancharse hacia la puerta.
—Olivia, ¿Quién era? —pregunté, ayudándola a sentar.
—Señorita, yo no quería hacerlo. Debí decirles que no se encontraba.
—No entiendo Olivia.
—Vaya para allá señora Russo, Justin la necesitará —me miró— Confíe en mí.
Asentí y caminé confundida hacia la puerta, pero fui obligada por mi cuerpo a detenerme de golpe.
—¿Qué hacen? —pregunté caminando hacia Justin.
—Acabando con esto de una vez.
—Todo estará bien, mi amor... —susurró Justin—... todo estará bien.
—Justin no...
—Todo estará bien —repitió serio.
Se dieron la vuelta y caminaron hacia la puerta.
—¡No! —me atravesé en el medio— ¡No puedes hacer esto!
—Si puedo, Selena. Tengo pruebas y un testigo.
—Mientes Vince —lo acusé— mientes.
Vince suspiró y se acercó nuevamente a Justin.
—Repito; —miró a Justin— Justin Bieber quedas arrestado por el tráfico de drogas, venta de carros ilegales y tráfico de armas —me miró a mí— Y tu reza que no consiga que estabas metida en esto también, porque sólo perderás tu placa, sino también irás detenida y de eso me encargaré yo.
Me quedé en shock, no entendía lo que pasaba, mi cabeza no lo procesaba la situación.
—Señora, señora —sentí como me movían, así que reaccione.
—¿Qué... Pasa?
—El señor Ryan, está al teléfono.
—Gracias —Olivia me entregó mi teléfono y se marchó— ¡Ryan!
—¡Al fin me atienden, Russo! —dijo— llame muchas veces a Bieber, pero no respondió. ¿Estaban teniendo sexo?
—Ryan... Algo grave paso —mi voz cambió.
—¿Qué quieres decir?
—La policía se acaba de llevar a Justin.
—¿Qué? —gritó tan fuerte que tuve que alejar el teléfono de mi odio.
— Iré hacia allá —sin decir más nada, finalizó la llamada.
Mis manos temblaban y me hacían marcar el número incorrectamente. Hasta que logre calmarme y colocarlo como era.
—Russo, que sorpresa. ¿Qué sucede?
—Austin, Vince se llevó al Justin hacia allá.
—¿Qué? ¿Estas segura?
—Sí, tienes que ayudarme, joder —estaba enloqueciendo.
—No sé cómo podría hacerlo.
—¿Últimamente viste a Vince en alguna investigación extraña?
—No.
—Maldita sea. ¿No has visto algo extraño en estos días?
—No... -—respondió.
¡Joder, no me ayudas!
—Aunque ayer por la noche, muy de noche en realidad, un hombre muy extraño quiso hablar con Vince. Dijo que tenía algunas declaraciones que le iban al encantar. Le dije que yo podría tomar su declaración, pero no quiso.
—¿Y no sabes de qué eran esas declaraciones?
—No. Pero por lo que veo era algo importante.
Suspiré.
—¿Ni siquiera sabes cuál era el nombre de ese hombre?
—No, pero era asiático y de inglés perfecto.
Me quedé estática y por mi mente sólo paso una persona.
—Busca en el sistema los nombres de las personas que declararon recientemente.
—Vale, espera —se escuchó como tecleaba— Increíble, la mayoría son violencia doméstica, pero hay un hombre de nombre extraño. .. Chimaki Hamaka.
Sospecha confirmada.
—Está bien, me mantienes informada si sabes algo de Justin.
—No hagas una locura, Russo.
Antes que se pusiera pesado, decidí colgar la llamada.
Camine de un lado al otro esperando que Ryan llegará. Mi mente no dejaba de pensar en cómo el asiático pudo delatar a Justin sin caer el también. No quería pensar que Vince era un policía corrupto, pero estaba lleno de odio hacia a Justin y sería capaz de todo. Además, llevárselo a la cárcel era una promesa que hizo delante de nosotros, promesa que está cumpliendo hoy.
La puerta se abrió de golpe, pegue un gritó.
—¡Maldición! ¿No sabes tocar?
—Lo siento, es que ando distraído. No puedo creer lo que me has dicho.
—Hamaka lo delató.
—¿Qué? —preguntó sorprendido— ¿Cómo se atrevió?
—Ese jodido asiático ya está durmiendo con los peces. Hay que hacer algo, Ryan.
—Llamaré al abogado de Justin —marcó unos números en su teléfono y se alejó para hablar. Mi teléfono vibró anunciado que un mensaje había llegado.
Austin:
No me lo vas a creer, Vince acaba de llegar con Justin. Vince está dispuesto a hundirlo, dice que tiene las pruebas suficientes para llevarlo a la cárcel sin un juicio. Y si hará lo que yo creo y tú tienes algo planeado, es mejor que pongas tu plan en marcha está noche. Lo van a trasladar a alta seguridad en San Francisco. Sabes tan bien como yo que si entras allí no sales más. Suerte y si necesitas ayuda no olvides en avisarme.
Entonces fue como sí cabeza trabajará lo más rápido que ha poros en toda mi vida.
—¡Ryan!
—¿Que sucede?
—Tengo un plan.
Los ojos de Ryan se iluminaron.
—¡Olivia! —la llamé.
—Dígame señora -apareció rápidamente en la sala.
—Comunícate con los chicos y...
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Cuando estábamos afuera del alcancé de la vista de las cámaras, quitamos nuestras capuchas y ajustes mis guantes. Entramos a la habitación-suite silenciosamente y ajuste el silenciador en el arma.
—No hay más en este piso —dijo Ryan.
—Al parecer sólo estaban por allí los que ya matamos —dijo Christian.
Gemidos y gemidos se oyeron de la nada en este lugar. Nos miramos confundidos por unos segundos, pensado que nos equivocamos de habitación. Así que decidí seguir el sonido y abrí la puerta de igual forma silenciosamente de donde prevenía. Ryan y Chaz, se quedaron cubriendo.
Sentí asco antes la situación. Hamaka estaba follando con una prostituta la cual no parecía disfrutar.
—Cada gritó es son cien dólares extras, recuerda —dijo agitado— ¡Grita mi nombre, gime para mí!
—¡Ah! —gritó la chica— ¡Hamaka!
Carraspeé mi garganta y ambos giraron a verme. Hamaka se puso rápidamente de pies e intento correr hacia su arma.
—Yo que tu no haría eso —coloqué mi arma hacia él— Quizás el siguiente paso que des, sea el último.
—No puedes hacerme nada, las cámara captaron tu cara cuando entraste.
—No soy novata y lo sabes. ¿Qué haces en mi país todavía? Pensé que el trato era que si ganaba te ibas a la mierda.
—Estaba disfrutado mi último día.
Reí.
—Me gustan cuando mienten y yo de la verdad. ¿No será que seguías aquí porque pensabas en acabar con Justin y yo? No te gusta perder, ¿cierto?
—No es...
—¡Joder! —me acerqué a él y le di con el mago de arma en la frente, cayó de rodilla en el piso— ¡No mientas! ¿Crees que no sé qué delataste a Justin con la policía?
—¿Qué? Yo no hice eso.
—Claro que lo hiciste, lo averigüe. Adivina que... —sonreí— Soy policía y tengo mis contactos.
Abrió los ojos como plato.
—Acusaste a mi novio con la policía, pero no no sabías que su novia era parte de ellos. Que mal plan... ¿Qué haremos ahora? —negué con la cabeza.
—No me puedes matar.
—Si puedo y tengo dos cosas a mi favor; Eres un maldito narcotraficante y yo policía, podría excusarme de cualquier forma y tú no. Te equivocaste cuando pensaste que vendrías a mi país a joder a los míos, pero ahora te mandaré de regreso al tuyo en una caja. ¿Una última palabra?
—Eres una perra —dijo.
Reí.
—Gracias y cuando estés en el infierno recuerda algo; —lo reté con la mirada— Justi Bieber está asegurado por la mafía, si le juegas sucio o lo tocas, te mataremos -quite el seguro del arma y descargue un cartucho completo en él.
—¡Ah! —gritó la chica muerta del susto.
La miré.
—Fuera de aquí y no digas nada o le harás compañía a este imbécil asiático.
La chica agarró la sábana para cubrir su cuerpo y salió corriendo de la habitación. Tome varias botellas de alcohol que tenía el asiático y la esparcí por todo el lugar; la cama, su cuerpo, el piso. Saque el encendedor de mi bolsillo y mirando el llama, lo lance hacia su cuerpo.
Mire por última vez el cuerpo de Hamaka quemarse en su propia suite y salí de la habitación, no sin antes colocarme mi capucha facial nuevamente.
—Hora de irnos. Las alarmas sonarán en unos minutos.
Ryan y Christinan, quienes estaban también cubiertos, asintieron. Había un único lugar donde no había cámaras; las escaleras de emergencia. Fue el único lugar donde teníamos la oportunidad de cambiarnos y así lo hicimos.
Cuando salimos de hotel, había un grupo de personas mirando hacia arriba, hicimos lo mismo. Veían el humo que salía del último piso.
Sonreí.
—Está todo listo —dijo Ryan, terminando de revisar su teléfono— ¿Están preparados?
Asentimos.
—¡Hagámoslo! —dijo.
Subimos al auto y nos marchamos lo más difícil estaba por venir. Hace algunas horas Austin entró donde juzgarían a Justin y me hizo una llamada, quería que escuchara todo. De mi mente no salían las palabras dichas por el fiscal.
"Justin Bieber, quedas sentenciado a cumplir de treinta a cadena perpetua en la prisión de máxima seguridad de Lompock, San Francisco. Sin posibilidad de libertad condicional"
No me di cuenta que estaba llorando, hasta que una lagrima cayó en mi mano. Mi mirada se posó en el anillo; Estaba dispuesta a dar todo por Justin, todo.
Ryan condujo hasta el punto de encuentro en el cual quedamos con los otros. No paraba de rezar mentalmente, no era religiosa, pero cuando lo hacia funcionaba.
—Llegamos —anunció.
Bajamos los tres del auto y allí estaban Jaden. Alfredo y Hailey.
—Este es el tuyo —dijo Hailey, entregándome una llave.
—¿Dónde está Khalil? —pregunté.
—Donde tiene que estar en este momento, todo está listo, no te preocupes —respondió Jaden.
Asentí.
—El autobús pasará en dos minutos, ¿Están listos?
Nos miramos uno a los otros y asentimos.
—Revisen que tengan todo; armas y capuchas —ordenó Ryan.
Todos nos revisamos y verificamos que todo estaba en orden.
—Es hora, hagámoslo —dijo con un toque de emoción Christian.
Juntamos nuestras manos y gritamos; Familia.
Sin perder más tiempo nos subimos al auto y esperamos que pasara el autobús.
—Todo estará bien —me animo Hailey, quien era mi compañera de auto.
—Lo sé.
Minutos después el autobús que llevaba a los prisioneros paso.
—¿Listos? —dije por el radio.
—¡Listos!
Seguimos al auto a una distancia y segundos después empezamos a acelerar. Ryan y Jaden se mantuvieron al lado del autobús, Christian se mantuvo enfrente. Aceleré mucho más repasándolo y cuando estaba a una distancia considerable di una vuelta en "U" ya no conducía en la misma dirección, conducía directo hacia el.
Christian se apartó del camino, el autobús se movió hacia la derecha y yo hice lo mismo.
—¡Hijos de puta! —apreté el volante con más fuerza.
Cuando estábamos más cerca le pase por la izquierda, el autobús se obligó a dar a un movimiento extraño, movimiento el cual hizo que se saliera de la vía.
Baje rápidamente de mi auto y saqué mi arma, los demás hicieron lo mismo. Corrimos hacia al autobús. Ryan le dio unos disparos a la puerta y esta se abrió. No esperaban tres policías, los cuales fueron matados enseguida. Busque a Justin rápidamente con la mirada y cuando lo encontré mi corazón se paralizó. Corrí hacia él lo abrace.
—Te amo —dije— te amo demasiado.
—¿Qué haces aquí? —preguntó.
—El anaranjado no es lo tuyo —dije viendo su traje.
—Esto te traerá problemas, Selena.
—¿Crees que eso me importa? Daria todo por ti.
—No es momento para sus cursilerías, hay que irnos —dijo Ryan.
Disparé hacia el piso donde estaba sujeta la cadena de Justin y cuando esta se desprendió tome a Justin de la mano y salimos corriendo hacia los autos.
Él subió en el mío junto con Hailey.
—¿A dónde iremos?
—A casarnos y tener hijos —dije.
Justin me miró.
—Iremos a República Dominica o Cua, en esos países no hay extradición.
—Seremos los más buscados, esto en una locura. Tuvieron que esperan.
Hailey le paso una ropa.
—Cámbiate no hay tiempo.
—Pensé que ya no harías nada ilegal —comento cambiándose de ropa.
—Es que ya no tenía fondos, tenía que llenar mi cuenta —bromeé.
— Selena....
—Diviértete —le guiñé el ojo.
+
+
+
No había tiempo de nada, básicamente tuvimos que bajar de los autos y subir al avión antes que se dieran cuenta que Justin ya no estaba.
—¿Dónde estamos? —preguntó Justin cuando bajamos del avión.
—¡Bienvenido a República Dominicana! —alcé mis brazos.
—¿Qué? —abrió los ojos como platos.
Me acerqué a él y lo besé.
—Todo fue planeado apresuradamente pero salió bien —dije— ¿Estás preparado para construir nuestro futuro?
Sonrió.
—Siempre que sea a tu lado, lo estaré.
—No sé si estamos hechos el uno para el otro, pero si hemos llegado hasta acá es porque seguimos eligiéndonos cada día, y eso es como estas hecho el uno para el otro.
—No nos hemos casado, pero seque nunca dejaré de amarte —susurró.
—Te amo infinitamente, Bieber.
—Hora de irnos —anunció Christian.
Una camioneta negra se acercó y de ella bajo khalil.
—¿Khalil? —preguntó Justin.
—Me alegro verte de nuevo, Bieber.
Todos nos subimos en esa camioneta y pusimos en marcha nuestro futuro. Era como si nos hubiesen entregado un libro sin nada escrito. Era el momento de comenzar de cero. Era el momento de vivir sin adrenalina por un tiempo. Era el momento de vivir la vida en paz.
Un internado lejos de casa hizo que conociera a la persona con la que iba a vivir muchas altas y bajas. Hizo que conociera la persona por la cual me volvería loca. Hizo que conociera a la persona con la que jamás pensé que iba a tener un futuro. Esa persona era Justin, mi futuro esposo.
Un mundo rodeado de personas malas y buenas... Nunca supe cual era el límite de lo vida hasta que conocí a Justin. A pensar que las personas malas siempre estuvieron presente, nunca pensé que llegarán al punto de querer acabar conmigo, que hicieran todo por verme mal. Pero, no todo tiene que ser malo, había conocido a personas increíbles, que aunque me odiaron al comienzo, lograron apoyarme cuando menos los pensé y me aceptaron como parte de su familia. Justin, Ryan, Christian, Jaden, Alfredo, Hailey, Khalil, Lil, Austin y aunque no esté con nosotros también... Caitlin. Hubiésemos sido grandes amigas.
Un encuentro...
"—¿Qué te pasa idiota? —le grité.
Él y sus amigos dejaron de reírse inmediatamente.
—¿Qué? —dijo el chico girándose lentamente. Dios mío, creo que me perdí por unos segundos en sus hermosos ojos color miel.
—¿A quién le has dicho idiota? —el chico dio un paso hacia mí.
—Al único idiota que veo enfrente de mi —yo también di un paso hacia él.
—¿Qué? —Preguntó sorprendido.
—Es que aparte de idiota, también eres sordo.
—No sabes con quien estás hablando, zorra —Dijo."
Traiciones: Ashley.
Mentiras y Decepciones: Siempre estaban presentes en la extraña relación que Justin y yo teníamos.
Rubias y sexo: Existieron varias rubias, pero la que siempre estuvo presente fue Cailin. Malita perra, ojala se esté quemando en el infierno.
Dolor: La muerte de Carrie y Caitlin.
Sacrificios, venganza y peligro: Ashley, Caroline, Mike.... Fueron unos malditos dolores de cabeza y me alegro que todos se estén quemando en el infierno como los malditos que son. Sin piedad y sin dolor.
Entendí que mi historia con Justin no es la típica historia donde existe un príncipe azul, ni el chico perfecto. Simplemente existe él... Bizzle. El gánster adictito al sexo por las que todas se morían, incluyéndome. El gánster que tenía un corazón frío, pero sentimientos encontrados. El gánster con el que tuve sexo muchas veces. El gánster del cual me enamoré. El gánster por el cual sabía que perdería todo. El gánster por el cual dejó de convertirme en policía para ser fugitiva. El gánster que nunca estuvo en mis planes. El gánster con el que tendré a mis hijos. El gánster con el haré un gran futuro y con el cual viviré mi.... ¿felices por siempre?
—¿Estas bien? —salí de mis pensamientos al escuchar la voz de Justin.
Asentí.
—Sólo pensaba.
—¿En qué? —preguntó.
—En todo lo que pasamos y en todos lo que pasaremos.
—¿Ya tiene fecha de boda? —preguntó Hailey, quien tenía a Lucy en sus piernas.
Justin y yo nos tensamos.
—No —respondió él, finalmente.
—Espero se acuerden de mi para madrina.
Sonreí.
—Aparte de mí, eres la única mujer. Supongo que no habrá otra opción —comenté en broma.
Justin dio un beso en mi oído y susurró un: Te amo.
El auto freno de golpe, así que todos nos tuvimos que sostener para no volar.
—¡Maldición, Khalil! —se quejó Justin— ¿Quieres matarnos?
—Justin... —la voz de Khalil se cortó.
Todos miramos inmediatamente al frente y había un auto negro atravesado de frente que nos impedía el paso.
—No creo que esos sean policías —dijo Ryan.
Las puertas del auto se abrieron y cuatros hombres armados salieron de el apuntándonos. Todo pasó muy rápido, ellos empezaron a dispararnos sin sentidos, todo a mi alrededor se movía en cámara lenta y no escuchaba nada.
—¡No! —fue lo único que logré gritar antes la imagen que cayó frente a mi ojos.
FIN.
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BIZZLE - Jelena (adaptada) {TERMINADA}
RandomSOY YO LA CREADORA DE LA ADAPTACION A JELENA !! TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DE ESTA ADAPTACION HOLAAAA MIS PEQUEÑAS LECTORAS :D ESPERO SE ENCUENTREN BIEN !! Y VENGO A SUBIR OTRA NOVELA SUPER LINDA, PERFECTA, HERMOSA.... LES VA A ENCANTAR. ESO ESP...