BIZZLE - Jelena (adaptada) {TERMINADA}

Capítulo 30: maratón 10/10 Justin Bieber es Bizzle, nena.

    Mientras Justin conducía, todo en el auto estaba tenso. Ryan quería matar a Caitlin y, como era de suponerse Justin a mí. Se podría decir que la única que estaba feliz en estos momentos era Bella, ya que estaba sentada en las piernas de Christian, éramos muchos y tuvimos que buscar la mejor solución para poder entrar, Caitlin estaba encina de Ryan, y Ariana encima de Chaz, lamentablemente yo no estaba encima de Justin, estaba en el asiento de copiloto y él conduciendo.

Suspire y mire por la ventana como los árboles pasaban rápidamente a medida que Justin conducía. Tenía una conclusión clara de mi vida: Apesta.
Gire mi cabeza y mire a Justin, se veía tan bien con esa gorra azul y su ceño fruncido. Su mandíbula estaba apretada, por lo que la vena de su cuello se notaba mucho más, haciendo llamativo el tatuaje que tenía allí. Gracias a su camiseta sin mangas blancas, y a pesar de los tatuajes, se podía notar lo trabajado que están sus brazos. Su abdomen estaba plano a pesar de que él no estaba sentado derecho, estaba segura que si lo tocaba allí sentiría lo mucho que lo ha trabajado. Coloque mi mano en su muslo y lo apreté, él solo miro mi mano y siguió conduciendo.
Eso me hizo fruncir el ceño, pero luego algo se me ocurrió haciéndome sonreír. Empecé a subir lentamente mi mano, Justin se tensó y trago saliva.
Cuando estaba a centímetros de lo que quería tocar, él agarro mi mano, la apretó y luego la colocó encima de mi muslo, para seguir conduciendo.

Entrecerré los ojos los ojos observándolo, no iba a permitir que se enfadara conmigo. Ya estaba cansada de peleas y toda esta jodida mierda.

-Hemos llegado –comento Justin, mirando hacia el gran edificio, el cual era nuestro internado.

Todos asintieron y comenzaron a salir, pero yo no lo hice. Cruce los brazos encima de mi pecho y mire mis piernas. Por el rabillo de mis ojos pude observar como Justin se pasaba las manos por la cara.

-¿Por qué aun no sales? –pregunto.

-No quiero que estés enfundado conmigo –admití, torpemente.

Justin rio irónicamente, lo observe con una ceja levantada.

-No me puedes pedir eso –dijo.
Suspire.

-¿Hay una playa cercana? –pregunte.

-¿Qué? –respondió, confundido por la forma en que radicalmente cambie de tema.

-¿Sí o no? –insistí.

-Si –respondió.

-Conduce el auto hasta ella –ordene.

-No voy a.. –lo interrumpí.

-Hazlo, Bieber. –Alce un poco mi voz.

Justin le dio un golpe al volante y prosiguió a conducir.

Cuando llegamos a la playa más cercana, estaba solo. Era de suponerse, el clima estaba frio y ya no había solo.

-¿Y ahora qué? –me miro.

No le respondí, solo desabroche mi cinturón y baje del auto. Camine hacia el capo y me apoye en él. Minutos después escuche otra puerta cerrarse para luego aparecer Justin a mi lado, haciendo la misma acción que yo hice anteriormente.. apoyarse en el capo.

Sabía que él no me iba a hablar, así que espere unos minutos y luego hable.

-No quiero que estés enfadado conmigo –repetí.
Justin resoplo.

Me puse derecha, y luego me coloque en frente de él.

-Lo siento –tome su mano- lo siento mucho.

Él no me respondió, di varios pasos hacia él hasta que nuestros cuerpos quedaron totalmente juntos.

-Soy una imbécil, lo sé. Te has convertido en alguien muy importante para mí, aunque a veces seas un dolor de culo –el soltó una risita, haciéndome sentir un corriente por columna- no quiero que te suceda nada.

-No tienes que protegerme, yo lo puedo hacer solo –coloco sus manos en mi cintura- soy yo el que debe protegerte.

-Quizás debamos protegernos mutuamente –coloque mis manos en sus mejillas.

-Uhmm..Quizás ­–respondió.

Sonreí y junte nuestros labios, me encantaba sentir y probar los labios de Justin. Su sabor era indefinido, era como el sabor de menta y nicotina, me encantaba viniendo de él. Si fuera de otra persona, quizás esto me repugnara.

Mordí su labio inferior y empecé a dar cortos besos por su mejilla derecha hasta llegar a su cuello. Lo olfatee y me deleite, con la punta de mi lengua hice una línea mojada en su cuello una y otra vez, cerré los ojos y empecé a succionar esa zona. Sentí como Justin apretó su agarre en mi cintura al mismo tiempo que un gemido se escapaba de su boca. Cuando termine mi trabajo lo mire orgullosa y guie mis labios hacia su oído.

-Te deseo, bebé –Mi voz sonó ronca.

-¡Dios mío! –lo escuche decir, me separo un poco de él- estamos en un lugar público.

Reí.

-¿Justin Bieber preocupado por lo que diga la gente?
–me burle.

Levanto una ceja.

-Sabes.. –con un movimiento ágil, quito su camisa- no me preocupo, ni me da vergüenza mostrar las grandes cosas que Dios me dio.

Mordí mi labio viendo sus abdominales.

-Si le sacas una foto te durara más –Su comentario me hizo reaccionar.

Tome el borde de mi camisa y luego la saque, la brisa golpeo mi cuerpo haciéndome estremecer.

Desabroche el botón de mi pantalón y los baje hasta justo debajo de mi trasero.

-Yo tampoco me preocupo por lo que diga la gente –sonreí victoriosa al darme cuenta que Justin estaba tragando saliva –si le sacas una foto te durara más –repetí sus palabras.

Sonrió. Abrió un poco más sus piernas y cruzo los brazos en su pecho.

-¿Eso es todo lo que tienes? –se burló.

¡Oh! ¡Quiere jugar!

Lleve mis manos a mi espalda y sonreí cuando sentí el broche de mi sostén, jale del hasta desabrocharlos y lo quite para sostenerlo en mi mano izquierda.

Justin resoplo.

-Gáname Bieber –lo rete.

Se puso derecho y llevo sus manos al elástico de sus pantalones de chándal negro. Con la punta de su zapato izquierdo jalo de la parte trasera del zapato derecho, y luego con la punta de su pies derecho quito el zapato izquierdo. Jalo de su pantalón hasta que este cayó en sus tobillos y con un ágil movimiento lo saco, tirándolo en la arena.

¡Santa madre del sexo!

Lamí mis labios y le sonreí pervertidamente. Quite mis zapatos y luego mi pantalón, los coloque un lado y tire el sostén encima de estos. Tome el elástico de mi braga, le lance un beso y me di la vuelta para proceder a bajarla, cuando las tuve en mis tobillos les di una patada.. volándolas por allí.

Avergonzada de mis acciones decidí darme la vuelta, pero unas manos en mi cintura, lo impidieron.

-Siente las consecuencias de tus actos –sentí como Justin pego su erecto miembro de mi trasero.

-¡Dios mío! –me di la vuelta para atacar sus labios, podía sentir lo duro que estaba rozando mi cuerpo.

Las manos de Justin bajaron un poco más allá de mi trasero y se inclinó un poco para hacerme saltar y quedar agarrada con mis piernas en su cintura.
Y entonces hasta ahora me acabo dar cuenta que cada vez que él y yo nos besamos, no nos importa el lugar, el momento o nuestro alrededor. Simplemente se nos olvida el mundo, solo sentimos el rico placer de nuestros cuerpos y labios rozar.

-Quiero ejercitarme sobre tu cuerpo –susurro en mis labios.

No pude evitar gemir.

No era consciente de que él estaba caminando, no hasta que sentí como me coloco encima del capo de su auto. Sentí escalofrió por lo frio que estaba el metal.

Los labios de Justin se encargaron de besar mi cuello y de hacer varios chupetones en el, poco a poco me fue recostando en el auto, pero sin nunca dejar de tocar mi piel con sus labios. Sentí como rozo varias veces mi muslo, así que por curiosidad baje la mirada, su mano izquierda estaba en su miembro mientras lo estimulaba una y otra vez.

Me mordí el labio salvajemente, mi excitación era demasiado alta.

-¡Para! –gemí. Él sabía que eso me estaba volviendo loca.

Justin mordió fuertemente su labio y sonrió. Jaló de mis muslos hasta que quede en la orilla del capo, él se colocó derecho enfrente a mí con sus piernas ligeramente doblada. Sostuve mi peso en mis codos, y prosiguió a colocar mis piernas en sus hombros.

-Esto te encantara –y sin decir más nada tomo mis glúteos y se impulsó hasta quedar dentro de mí.

-¡Ah! -gemí.

¿Dónde quedaron todos mis dolores de estas últimas horas? ¿Dónde quedaron los dolores de lo sucedido con Chance?

En el olvido.. Al menos por ahora.

-Ummm.. vamos Bieber –gemí.

Los movimientos de Justin eran muchos más rápidos y duros, pero no es momento de dolor, es momento de disfrutar, momento de placer.

-Estoy muy húmeda –dije.

Justin gimió.

-Sigue haciendo eso –dijo. Sonó más como un gemido de súplica. No entendí al momento, pero luego lo capte, mis palabras lo estimulaban.

-¡Mas bebé! ¡Quiero más! –proseguí.

Justin salió de mí y beso ferozmente mis labios, me sostuve en sus hombros para impulsarme a sentarme con ayuda de él. Nos pusimos de pies mientras nos besábamos y él jugaba con sus manos en mi trasero.

-Esto no termina aun –con un ágil movimiento me dio la vuelta y le dio un leve empujón a mi torso, todo mi cuerpo superior quedo encima del capo del auto.

Estaba en cuatro, pero la única diferencia es que mis
piernas estaban extendidas completamente. Sentí como abrió un poco más mis piernas y empezó a mover su dedo en mi clítoris.

¡Dios mío!

Sentí una de sus manos golpear mi nalga derecha.

-¡Hey! –no era una queja, era un gemido.

Sin previo aviso entro completamente en mí y empezó susurrar cosas mientras me follaba. Esto no era hacer el amor, esto era tener sexo.. y del duro.

-¡Sí! ¡Sí! ¡Vamos! –gemí.

Unos cuantos movientes más y Justin salió de mí, cuando sentí algo caer en mi trasero y espalda supe que él había llegado a su punto máximo. Cayó agotado sobre mí.

-Justin –lo llame minutos después.

-Uhmm..

-Creo que debes quitarte encima y vestirnos –reí.

-Tienes razón –dijo, dio unos cuantos besos en mi espalda y se puso de pies.

Cuando ambos estuvimos literalmente arreglados nos subimos al auto, mis piernas dolían. No sentía vergüenza, me sentía más segura de mi misma, quizás "orgullosa" sea la palabra indicada.

-¿Qué piensas? –pregunto Justin.

-A parte de lo caliente que eres, en nada más –sonreí.

-Tú también eres caliente..y mucho –admitió, su mirada seguía en la carretera.

-¿Crees que soy novata?

Quito su mirada por unos segundos de la carretera y me miro.

-No entiendo –admitió.

Me mordí el labio inferior.

-¿Crees que aun soy novata haciendo sexo? –Jugué con mis dedos, ¿Qué mierda le acabo de preguntar?

Justin rio.

-Lo seas o no, me encanta en la manera que lo haces conmigo –sonrió.

-Creo que acabo de cumplir unas de mis tantas fantasías sexuales –admití. Justin detuvo el auto- ¿Por qué paras?

-El tema me pone caliente, para no distraerme y matarnos prefiero para y escucharte –sus ojos estaban clavados en mi- Así que unas de tus fantasías sexuales era tener sexo en la playa...

Asentí riendo.

-Recuerdo una vez que un primo estaba viendo pornografía y me invito a verla, los actores estaban teniendo sexo en las rocas de la playa. Soy una adolescente y tengo hormonas sexuales alborotadas, así que me plantee tener sexo en la playa.

-Uhm ves pornografía –su tono de burla.

-¿Qué adolescente, no? –Masculle- Antes la veías porque era virgen y quería tener algo de conocimiento, pero ahora ya no necesito verlas, ahora soy yo quien lo hace.. Contigo.

Trague saliva al decir la última palabra.

-Y créeme, eso es lo mejor –Sentí sus labios en mi oído- Además recuerdo que una vez te dije que siempre he querido tener sexo en el auto, quías no lo tuvimos dentro como pensé, pero esto fue mejor.

-Uhm.. Cumplimos una de nuestras fantasías
sexuales –hable con orgullo.

-Y nos faltan muchas más –dio un beso en mi mejilla, y se acomodó nuevamente en su asiento.

Cuando él coloco su mano en la palanca, yo coloque mi mano encima de la suya y lo mire, él hizo lo mismo.

-Te juro que las haremos, y no solo esas.. muchas más –prometí.

Justin miro nuestras manos asintiendo y sonrió.
El camino hacia el internado se me estaba haciendo demasiado eterno, estaba cansada y sabía que Justin también, así que para no sonar tan egoísta hice mi mayor esfuerzo para no dormirme y dejar a Justin solo.

-Quizás debas descansar –escuche la voz de Justin.

-No te voy a dejar solo –negué.

-No seas tonta, descansa –su voz sonó tan dulce, que me provoco comérmelo.

Asentí, no me había dado cuenta que nuestras manos seguían juntas. Sonríe y fui testigo de cómo caí en los brazos de Morfeo.

Desperté al escuchar algunas voces, con mucha flojera y después de un largo bostezo abrí los ojos. Una imagen no muy bonita apareció al frente de mí, desee no abrir los ojos y que esto fuera un sueño. Había dos camionetas plateadas y seis hombres, Justin estaba agarrado por dos de ellos, tres le apuntaban y uno le hablaba con autoridad.

-¡Hey! –Baje del auto- ¿qué están haciendo?

Justin abrió los ojos platos y negó con la cabeza.
Sabía que con su mirada me estaba diciendo que no siguiera, que me fuera.

-Negocios –río el hombre, el cual le hablaba a Justin hace algunos segundos.

-Suéltenlo –di unos cuantos pasó hacia ellos.

-Selena, entra al auto –me ordeno Justin.

-No haré eso –fruncí el ceño- ¿qué está pasando?

-No te metas en lo que no te incumbe niña, agradece que tú y tu novio aún siguen vivos -me volvió a hablar
hombre.

-¿Me amenazas? -levanté una ceja- no te tengo miedo.

Río.

-Eres valiente, estas rodea de cinco hombres armados y aún te atreves a retarme, ¿sabes que puedo matarte ahora mismo?

Abrí los ojos como platos, pero mantuve mi seguridad.

-No te tengo miedo –seguí con mi palabra.

-¡ Selena, cállate! -dijo Justin.

-Hazle caso a tu novio, cállate y vete.

-No me pienso ir de aquí, no sin Justin.

Escuche como Justin gruño.

-No pienso discutir contigo, nos iremos nosotros -se dio la vuela y le susurró algo a uno de los hombres el cual tenía a Justin agarrado. Observe como Justin era arrastrado a una de las camionetas.

-¡No! –grite, corriendo hacia a Justin, pero un hombre me agarro para evitar llegar a él -¡No! -grite nuevamente, pero ya era tarde, la camioneta se había marchado.

-Vete a casa, niña -y sin decir más nada el hombre se subió a la otra camioneta, junto a otros dos y se marchó..

Corrí rápidamente al auto, me di cuenta que la llave seguía pegada allí, así que cerré la puerta y encendí el auto.

Intenté seguir a los hombres, pero ya era tarde, no había rastro de ellos. Maldije muchas veces y mis ojos de cristalizaron al darme cuenta que quizás esa era la última vez que viera a Justin.

Frustrada y llorado, tome camino hacia al internado. Al llegar corrí en busca de los chicos, pero no había rastro de ellos. ¿Qué mierda era esto?

–Mi teléfono –susurre para mí misma. Empecé a tocar mis bolsillos, pero no estaba en ellos.
Maldije una y otra vez, mientas corría nuevamente al auto. No me importaba tropezar con la gente, mi mente divagaba sólo en Justin y donde puede estar.

¿Y si lo matan?

-No, no, no, cállate Selena, eso no pasara –susurre.
Intenté introducir la llave al auto para abrí la puerta, pero estaba tan nerviosa que no la podía insertar en el agujero o simplemente se me caía. Decidí tomar una fuerte respiración y relajarme. Intente nuevamente y esta tuve éxito, me sumergí al auto y empecé a buscar mi teléfono, para mi buena suerte no sólo estaba el mío, sino el de Justin también. Tome el de Justin y empecé a buscar en los contactos el nombre de un conocido, la primera que apareció fue Caitlin, así que marque su número.

-¿Qué pasa, Bieber? –se escuchó al otro lado.

Trague saliva.

-Caitlin –suspire, intentado de que mi voz no se quebrara.

-¿ Selena?

Su voz se escucha confundida.

-¿ Selena? –repitió, cuando no obtuvo una respuesta de mi parte. Fue entonces cuando me di cuenta, que ya era tarde para retener las lágrimas, porque ya habían salido- ¿ Selena, me logras escuchar?

-Se lo llevaron –mi voz se quebró completamente.

-¿A quién se llevaron? ¿Dónde estás?

-A Justin, ellos se llevaron a Justin.

La oí maldecir.

-¿Dónde estás? –pregunto.

-Afuera del internado –respondí.

-¿Recuerdas cómo llegar a casa de Justin? Estamos aquí.

-Está bien, allá los veo –y sin decir más nada finalice la llamada.

A pesar de que la casa estaba algo alejada del internado me la arregle para llegar en tiempo record, me pase muchos semáforos e iba a una velocidad ilegal.

Cuando salí del auto, no hizo falta anunciarme a atreves del portón de seguridad, pues todos los chicos estaban en la entrada, y al igual que yo todos lucían angustia y nerviosos.

-¿Qué paso? –Ryan fue el primero en hablar. Lo mire por unos segundos y luego baje la mirada al piso-

Habla Selena.

-So.. Solo estábamos en la playa y luego cuando estábamos de regreso yo estaba demasiado cansada, no quería dormirme y ser egoísta con Justin, sabía que él también lo estaba, pero insistió en que no me preocupara que descansara, y así lo hice. Desperté porque escuche una voces y cuando abrí los ojos habían seis hombres armados teniendo a Justin de rehén, luego se lo llevaron y ya. –explique.

-¡Maldición! ¿Qué mierda hacían en la playa tan tarde? –Ryan llevo las manos a su cara.

Me mordí el labio y baje la cabeza para que no notaran que mis mejillas se pusieron rojas.

-Estábamos disfrutando –dije, todos me miraron atentamente- el paisaje –me apresure a decir.

-Si claro, el paisaje –Bufo Ryan, sabía que estaba mintiendo.

-¡Vete a la mierda! –respondí con una pequeña sonrisa, Ryan sabía perfectamente que estábamos haciendo.

-Esto es una mierda –gruño Chaz- ni siquiera sabemos quién se lo llevo.

-¿Lograste ver la cara de uno de ellos? –pregunto Caitlin.

-¿Tommy? –escuche a Ryan.

Me encogí de hombros, no sabía su nombre.

-Eso me alivia –escuchamos decir a Christian. Todos los miramos como si estuviera loco.

-¿Qué cosas dices? –lo mire mal.

-No lo digo por mal, es decir, si es Tommy el que tiene a Justin no le hará nada, no le conviene.

-No te entiendo –admití.

-Justin Bieber es Bizzle, nena. Hasta estando muerto te hace la vida imposible. A Tommy no le sirve Justin muerto, si Justin muere, él muere también y si no muere queda en la ruina. Bizzle es rey de la mafia.

-Sigo sin entender –lo mire confusa.

-Lo sé –Sonrió.

-Bien, sabemos que Tommy le gustan los lugares solitarios y oscuros –Admitio Ariana.

La mire curiosa.

-¿Cómo sabes eso? –Pregunte- En realidad.. ¿Cómo sabes tanto?

Sonrió.

-Cinco años trabajando en esto -respondió. Abrí los ojos como plato.

-¡Vaya! –masculle.

-Quizás Justin este secuestrado en un almacén cercano –opino Chaz.

-No –se apresuró a decir Ryan- Tommy no es de almacenes, tengo la breve sospecha de saber dónde está.

-¿Dónde? –mis ojos se iluminaron.

-En el barrio abandonado del Norte.

-No creo que Tommy sea tan imbécil para ir a ese lugar, sabe que es el primer lugar donde lo buscaremos –dijo Caitlin.

-Tommy es un imbécil, tiene mucho que aprenderá cerca del mercado negro.

-No es por sonar fastidiosa o lenta, pero no entiendo de que hablan –rasque mi nuca.

-No se trata de entender, Selena –me miro Ryan.

-Siempre me dicen eso –berrinche.

-Exactamente –Sonrió.

-¡Basta de habladera! –Exclamo Caitlin- es hora de
planear el rescate de Justin.

-Chaz, llama a Jaden, Alfredo, y Za –le ordeno Ryan.

-Enseguida –y desapareciendo por el portón de la casa, se marchó.

-Iré por lo mejor de esto –comento Christian- las armas.

-¿No tienen calor? –llamo nuestra atención Caitlin, mientras abanicaba su cara con su manos.

-¡Dios mío, Caitlin! –se sorprendió Ryan- estas pálidas, ¿te sientes bien?

Caitlin me echo una mirada, supe enseguida a que se debía eso.. Su "quizás" embarazo.

-Creo que mejor me siento, siento que me voy a caer –se sentó en la orilla de la acera.

-¿Te sientes bien? –Ryan se sentó a su lado.

Una sonrisa se escapó de mi boca, él era tan tierno y atento con ella. No lo creo que capaz de obligarla a abortar, ¿O sí?

-¿Me pueden dejar asolas con Selena? –pregunto Caitlin, la sonrisa se borró de mis labios cuando sentí que todos me estaban viendo.

-Está bien –dijo Ryan confundido, mientras se colocaba de pies- vámonos, chicos.
Me senté al lado de ella con mis codos sobre mis rodillas y mi cara sobre sobre mis manos.

-¿Te sientes mej.. .me interrumpió.

-Me hice el examen y dio positivo.

Trague saliva.

-¿Le..le piensas decir a Ryan?

-No lo sé, de hecho no sé si quiero tener este niño.

-¿Qué? –grite, levantándome- ¿estás pensando en abortar a esa criatura?

Bajo la mirada.

-No puede creerlo, Caitlin –Le reclame.

-No te metas en mi vida, ni mis decisiones –Me señalo con su dedo.

-¿Sabes qué? Vete a la mierda, esa pobre criatura no tiene la culpa, no tienes el derecho de quitarle la vida a un ser inofensivo. Un bebé no es un error, es un regalo de Dios.

Sabía que no iba a obtener respuesta, así que simplemente me marche y la deje allí sola.