Capitulo 49 "¡Ah! ¡Vete a la mierda!"

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No me gustaba este ambiente, era triste, frío y gris. No hablaba exactamente del clima, que por cierto, estaba tal cual, hablaba del ambiente en el que estaba. Me recordó mucho al momento que pase esto con Carrie.

Apreté la mano de Justin y acosté mi cabeza en su hombro mientras veía como el cajón de madera marrón que contenía el cadáver de Caitlin era sepultada bajo metros de tierra. Observé a Ryan, no lloraba, pero en sus ojos se notaba su dolor y como lo retenía. Quizás no quería llorar frente a toda esta gente, incluyendo los padres de Caitlin y Christian y toda su familia.

—¿Estas bien? —sentí la voz de Justin.

Asentí.

—¿Segura? Estas fría y temblando.

Lo miré.

—¿Estarías aquí si fuera mi cuerpo el que estuviera metido allí?

—¡ Selena! ¿Cómo me puedes preguntar eso?

—Me siento culpable, eso es todo.

—Esto no es tu culpa, princesa —apretó más mi mano— deja de pensar en es...

—No puedo creer como puede haber gente tan hipócrita en este mundo —Justin y yo giramos rápidamente nuestra cabeza a donde prevenía esa voz.

Suspiré por la presencia de Rose y... Gabriel.

—Sabes Selena... —Rose camino hacia a mí— deberías de irte a comprar ropa, ¿Viste como estas vestida? Pareces una pordiosera mal vestida roquera... Pudiste venir más... ¿decente?

Mire por unos segundos mi vestimenta y después mire la de ella.

—La decencia no se lleva en la ropa y te recuerdo que esto no es una fiesta.

—¿En serio me cambiaste por esta cosa, Justin? —Rose rió— es increíble lo que hace un buen polvo.

—Ignórala Selena —escuche la voz de Justin en mi oído.



—Habla todo lo que quieras no pienso rebajarme ante una dolida. Yo si respetó estos momentos, creo que deberías hacer lo mismo. Si no me equivoco Caitlin y tú se llevaban bien y se consideraban amigas. Desde ayer parece que esta situación te divierte, sino te duele al menos respeta el dolor de los demás que alguna vez consideraste tus amigos.

—No los consideraba mis amigos, son mis amigos... y mi novio —miró a Justin.

—Ex novio —corrigió Justin rápidamente.

—Cualquier hombre se moriría por estar conmigo, y Justin no es la excepción.

Maldita pesada.

—Es muy triste tu manera de pensar, ojalá el bien físico te dure mucho porque mentalmente estas llena de mierda —dijo Justin.

Básicamente dijo algo parecido a lo que yo le iba a decir.

—Justin no me hables así.

-No me siento bien para hablar contigo, tengo dos amigos que están pasando por un mal momento y eso me importa mucho más que estar aquí perdiendo el tiempo con tu egoísmo —nos dimos la vuelta y dimos algunos pasos hacia donde Ryan, pero Justin se detuvo y se giró hacia Rose— Rose, por cierto, recoge tus cosas de mi casa, porque te vas.

—¡No puedes echarme, esa casa está en nombre de ambos!

—¡La pague yo, es mi casa!

—En el papel dice que es de ambos y eso a un juez le importa más.

—¡Te vas a ir! —dijo Justin con autoridad.

—No te tengo miedo —respondió— me vas a tener que aguantar, porque yo no me pienso ir y dejarle el camino fácil a esta policía asquerosa que no tiene ni donde caerse muerta. ¿No entiendes que sólo te quiere por tu dinero?

Se me escapó una pequeña risa... Si ella supiera.

—Estas grave, Rose. Piensas sólo en el dinero, no conocía eso de ti. Y tranquila, mañana hablare con mi abogado para que se encargue de sacar mi nombre de ese maldito papel, la casa será toda tuya... —una pequeña sonrisa se asomó en los labios de Rose— y cuando eso pase, recuerda que tienes que pagar; servicios, hipoteca, seguro, mantenimiento y muchas cosas más... cosas que valen miles de dólares —la sonrisa se fue. Justin se dio la vuelta y se acercó a Ryan.

Mojé mis labios, mire a Rose y me acerque un poco a ella.

—Grábate esto; Soy una perra con dinero y poder, no te metas conmigo —dije. Mire a Gabriel de abajo a arriba y me di la vuelta con actitud de diva para caminar hacia Ryan y Justin.

—¿Qué pasaba con Rose? —preguntó Ryan.

—Nada hermano, no le des importancia a algo que no lo es —Justin palmeó el hombro de su amigo.

—¿Si les pido algo me ayudarían?
Justin y yo nos miramos entre sí de manera curiosa y luego asentimos en dirección a Ryan.

—¡Sáquenme de este maldito lugar!

—Pero Ryan... —me interrumpió.

—No me siento bien, no quiero seguir viendo esto —tragó su saliva— me duele, quiero estar en un lugar solo.

—¿Qué pasara cuando todo acabé y pregunte por ti o que pasará con Lucy?

—No me importa nada lo que la gente piense, y estoy seguro que Lucy estará bien —miro hacia los padres de Caitlin, quienes tenían en su brazo a Lucy.

—¡Vámonos de aquí! —dijo Justin.

Nos alejamos de las personas y caminamos hacia el auto de Justin.

Durante el camino a un apartamento que había alquilado Ryan fue silencioso, pero como era de suponerse él llegó al límite y se empezó a desahogar en la parte trasera del auto. Se notaba que hacia un gran esfuerzo para que su llanto no sonara, pero era imposible.

Mire disimuladamente a Justin y no podía descifrar su cara era gratamente neutra, sus ojos fijos en la carretera, su mandíbula prensada y sus manos sujetaban fuertemente el volante.

Yo era de las personas que cuando veía a alguien llorar tenía que buscar miles de excusas para alejarse e irse a reír. Pero, también era de esa persona que era sensible... Aunque a veces la misma sensibilidad te hace ser de corazón frío.

—Tiene que ser una broma —escuché decir a Justin. Subí la mirada hacia él y lo encontré mirando por el retrovisor. Giré mi cabeza hacia atrás.

—¿Qué pasa? —Ryan también giró su cabeza hacia atrás, ya que Justin y yo veíamos lo mismo.

—Ese auto no está siguiendo —dijo Justin— pensé que era algo normal, pero he tomado varias desviaciones y aún sigue atrás de nosotros.

—Hay que comprobarlo, cruza a la derecha —dije.

Justin hizo que lo que pedí y para nuestra mala suerte, el auto también lo hizo.

—¡Joder! —Justin golpeó el volante.

—Ninguno estamos armados, recen para que no nos ataquen.

El auto aceleró y se acercó peligrosamente a nosotros.

—Maldición, acelera –grité

—Vamos a terminar con una parte de esta mierda de una vez —Justin aceleró y el auto que nos seguía también lo hacía. Bieber condujo hacia la derecha, frenó de golpe, justamente en ese momento el auto paso por nuestro lado dándonos una clara visión de quienes eran.

—No puede ser —susurré.

Ellos nos miraron y sonrieron sínicamente para después adelantarse en la pista. Justin empezó a seguir el auto donde estaba Mike y Ashley. Se pasó varios semáforos en rojo, estaba segura que en el cualquier momento la policía iba a empezar a seguirnos, ya no estábamos en una autopista.

—Justin ten cuidado —me quejé— No es una autopista, hay autos y personas alrededor.

Sin embargo, Justin ignoro mis palabras y siguió conduciendo como un loco.

El auto de Mike se detuvo frente a un edificio, no mayor a cinco pisos. Él y Ashley se bajaron corriendo y entraron a dicho lugar. Justin freno de golpe y se bajó corriendo detrás de ellos, sino coloco mis brazos en mi cara lo mas probable es que mi frente fuera quedado estampada en la guantera.

Estaba segura que mi cara iba a quedar mejor que la de Chucky llena de cicatrices.

Baje rápidamente del auto junto con Ryan y empezamos a seguirlos a ellos tres. Se escuchaban como subían corriendo las escaleras. Mis piernas dolían, sentía mi garganta seca y como mi corazón golpear fuerte en mi pecho. Era buena para correr en superficies planas, pero en escaleras, era lo peor, era muy agotador.

Cuando llegamos al último piso no vimos a nadie en el pasillo, estaba súper agitada. Miré hacia todas las puertas y no encontré nada. Para mi suerte, un golpe sonó en una de ella y eso me sirvió de guía.

Patee la puerta para abrirla y me encontré con Justin luchando contra Ashley y Mike. Empuje a Ashley contra la pared para alejarla de Justin y para mi sorpresa ella reaccionó lanzado un golpe hacia mi cara. No me lo esperaba, por lo que al momento tambaleé.

—Pequeña perra —dije incorporándome— me las vas a pagar, novata.

—Ven a mí —me retó.

Me lancé hacia ella y empezamos a golpearnos, nunca pensé llegar a esto con ella, pero aquí estábamos. Ashley soltó una patada hacia mi abdomen y jure ver al grandioso diablo. Cuando estaba dispuesta a golpearme nuevamente, tome su puño y le di la vuelta. Hice que caminar hacia la pared y con mi otra mano tome su cabeza y golpee su frente contra la pared. El cuerpo de Ashley cayó inconsciente al suelo.

Levanté mi camisa y me queje de dolor al ver un gran morado en mi abdomen. Lo volví a tapar y subí mi mirada. Mis ojos salieron de órbita.

Justin estaba arrecostado en la pared observando como Ryan sostenida por los pies a Mike, mientras su cuerpo flotaba en el aire.

—¡No me sueltes! —le gritó Mike.

Me acerqué a Justin y observe mejor la situación.

—¿Quién la mato? —le preguntó Ryan, gritando.

—No sé de qué hablas —respondió asustado.

Ryan vaciló con soltarlo.

—¡Si sabes! —gritó— si no hablas te soltaré. ¿Qué se siente rogar por tu vida, Mike?

Mike rió y luego se puso serio.

—Yo nunca les rogaría por mi vida. Si me vas a soltar, hazlo. Eso no traerá a Caitlin de vuelta.

—Ry... —quise acercarme a él, pero Justin no me lo permitió.

—Tenías que ver como la pequeña puta suplicaba por su vida —se burló Mike, con una sonrisa en su cara.

—¡Cállate! —le grito Ryan.

—¿Sabes? Yo no iba con intenciones de matar a Caitlin, sino a Selena. Pero la puta fue astuta y logró escapar junto a la bastarda de tu hija —apreté mis manos— Deberías agradecerle por salvar a tu hija, no me hubiera pesado matarla también. No, espera. ¿Deberías agradecerle u odiarla porque por su culpa Caitlin está quemándose en el infierno?

Todo pasa en cámara lenta. Ryan soltó a Mike. Pegué un grito ahogado.

—Uno menos —dijo Ryan frío para después salir de la habitación.

—¿La dejaras allí? —Justin miro a Ashley.

Asentí.

—No tengo hijos, Justin. No quiero responsabilidades, que ella haga lo que le dé su maldita gana.

—¿Quieres ir a descansar? —preguntó.

—¿Y Ryan?

—Estoy seguro que Ryan siguió solo, necesita su espacio.

—¿Me llevas a mi apartamento? —lo miré.

Justin levantó una ceja.

—¿Por qué a tu apartamento y no a una de mis casas?

—Humildad Bieber, humildad —palmeé su pecho y salí de ese apartamento.

El camino hacia mi hogar fue tranquilo, gracias a Dios. Recibí varias llamadas de Vince y todas fueron ignoradas. No tenía gana de saber nada de trabajo.

Cuando entre a mi hogar fui directo a mi habitación. Saque mi ropa desesperadamente y la tire por allí.

—¡Vaya! —escuché decir a Justin, quien camino hacia la cama y se sentó allí.

Mire mi abdomen en el espejo y jure que maldije una y otra vez a Ashley.

—Creo que mi novia está más ancha —maté a Justin con la mirada a través del espejo.

—¡Ancha tus pelotas, imbécil! —respondí.

—Anchas y bailarinas... ya sabes. Pero, no te enojes. Hablaba de mi novia no de ti.

Rodé los ojos y seguí viendo mi abdomen en el espejo. Bueno, en realidad estaba viendo el morado que dejo Ashley en el.

—No me gusta esa ropa interior que tienes puesta.

—¡Mierda, que pesado! —me giré— ¿Qué haces viendo mi cuerpo y mi ropa interior?

—Estas frente a mi semidesnuda y con ropa interior fea, sin ofender. No me puedes culpar.

—Estas en mi habitación y hay muchos puntos donde mirar, no necesariamente yo.

—Tu eres un punto, estas casi redonda como ellos.

Respiré profundo.

—¡Ah! ¡Vete a la mierda! —grité, decidí ignorarlo.

—Te daré dinero para que compres una linda ropa interior de la marca esa... —puso cara de pensativo— ¿Victoria's Secret? Creo que es así que se llama.

—¡Muérete pendejo!

Observé como minutos después él se colocó de pies y camino hacia mí. Lo miré a los ojos directamente desde el reflejo del espejo.

—¿Qué? —gruñí.

—¿Sabes que era jugando, no? —colocó sus manos en mi cintura— Eres jodidamente perfecta tal y como eres. No importa si esta pasada de peso o muy delgada. Mis ojos no pueden buscarte en defecto físico, a ellos le encantan lo que ven... tú.

Sonreí y me gire para quedar cara a cara ahora sí.

—¿Quién eres y que hiciste con Justin?

—Lo deje en el pasado. Decidí pensar en el ahora y el futuro... nuestro futuro.

—¿Esta es la parte donde me pides matrimonio y yo te digo que no?

—¿Qué? —abrió los ojos como plato— ¿Si te lo pidiera me dijeras que no?

—Inténtalo —me encogí de hombro.

Justin me miro por unos segundos y después sonrió. Me dio un beso y se arrodillo.

—¿Quieres casarte conmigo?

—No —dije rápidamente. Su sonrisa se esfumó.

—Hablo en serio, Selena. ¿Quieres casarte conmigo o no?

—No.

Justin se puso serio.

—Basta de este tipo de juegos, me pones nerviosa —admití.

—No es un juego, te lo estoy pidiendo en serio.

—Justin ya no ju...

—¿Quieres casarte conmigo? No estoy jugando.

—Jus... Justin —mi voz se cortó— Yo... Bueno...

Justin rió. Lo mire curiosa mientras se colocaba de pies.

—Tenías que ver tu cara —se burló— No te pediría matrimonio, no es lo mío.

¡Uh! ¡Golpe bajo!

—S... si, cre... creo que lo mío tampoco —dije de manera incomoda y desvié mi mirada. Sin embargo sentí la mirada pesada de Justin en mí y lo miré— ¿Por qué me miras de esa manera?

Él sonrió.

—Porque eres hermosa. Me gusta mirar las personas hermosas.

Intenté no sonreír, pero falle. La sonrisa se dibujó sola en mis labios.

—Quiero que te enamores de mi por quien soy, no por cómo me veo o lo que tengo —dijo tensando su mandíbula. Entonces por mi mente pasaron las palabras de Rose; "Policía asquerosa que no tiene ni donde caerse muerta. ¿No entiendes que sólo te quiere por tu dinero?"

Mojé mis labios y me aleje de Justin.

—¡No puedo creer que pienses eso! —le grité, me sentí ofendida— ¿Cómo puedes pensar eso de mí?

— Selena...

—¡No me digas nada Justin! —sus palabras me hirieron— No sé qué clase de novias has tenido, pero yo soy independiente. No necesito de maldito dinero.

— Selena, no te quise ofender así.

—¡Lo hiciste, Justin! Simplemente no puedo creer que estés pensando en las palabras de tu maldita ex.

Tomo una de mis manos y la otra la puso en mi mejilla.

—¡Perdóname! —susurró— ¡Perdóname!

Suspiré, no quería más peleas.

—Está bien, Justin.

—Te quiero —me dio un beso fugaz.

—Yo también.

—¿Tú también qué?

—También me quiero —sonreí.

— ¡Selena! —gritó.

Reí.

—También te quiero imbécil.

Sonrió. Su teléfono sonó, así que me hizo una seña y salió a contestar la llamada. Aproveché y me vestí. Me volví a colocar mi ropa y me hice una coleta alta.

C¿Qué quieres decir? En este momento no puedo ir —escuché susurrar a Justin. La curiosidad me mató, así que abrí un poco la puerta y husmeé— Nunca puedes hacer nada bien. El plan sigue en pies, te veo en unos minutos, no te muevas de allí...

Me alejé de la puerta y fingí peinarme.

—Te vestiste —dijo entrando a la habitación.

—Si —sonreí falsamente.

—Me tengo que ir preciosa —se acercó a mí.

—¿Por qué? ¿Ha pasado algo?

—Umm... no —no me miró— Ryan necesita algo y me pidió un favor.

¡Mentiroso!

—Está bien —dije.

—Te veo más tarde o mañana —se acercó a mí y deposito un beso en mis labios— Te quiero.

—Yo también te quiero.

Me dio un último beso y salió de la habitación. Cuando escuché que cerró la puerta de la entrada me puse rápidamente mis botas. Camine hacia mi mesa de noche y saque mi arma, la guarde y tome mi teléfono. Salí de prisa detrás de Justin, no se podía dar cuenta que lo seguía.

Corrí hasta el estacionamiento y esta vez no escogí un auto, escogí una motocicleta. Me subí en ella e introduje la llave, me coloque mi casco y aceleré dejando un gran sonido de motor de eco.

Luego de conducir algunas cuadras vi el auto de Justin, me mantuve una distancia prudente para que no se diera cuenta que lo estaba siguiendo. Aproveché el semáforo y ajuste mi chaqueta, para mi mala suerte ya estaba oscuro y no solo eso, también empezaba a lloviznar.

Justin condujo, así que me moví yo también. Se estaba dirigiendo hasta un puente o algo así.

—¿A dónde vas, Bieber? —susurré.

Observé cuando se detuvo. Me sorprendí que estuviera tan cerca de mi apartamento. Justin bajo del auto y se ajustó la capucha de su sweater, que supuse que se lo coloque en el camino porque no lo tenía puesto cuando estaba en mi casa.

Estacioné mi motocicleta a unos metros del auto de Justin y baje con cuidado de la moto. Me maldije mentalmente al ver mis zapatos y el barranco por el que tenía que bajar.

Mis botas tenían tacones.

—Si ruedo espero no darme duro —susurré y empecé a bajar con mucho cuidado hacia el río— ¿Qué estás haciendo aquí, rubio? —mascullé para mi— ¡Mierda! —chillé, cuando casi resbaló.

Una vez llegue abajo escuché una voces, me escondí en una de las grandes columnas del puente. Una gota cayó en el hombro de mi chaqueta, mire al cielo y miles de gotas empezaron a caer sobre mí.

—Lo que me faltaba —me quejé.

No tenía una visión clara de las personas que estaban allí y mucho menos lograba escuchar. Me tomo minutos darme cuenta que ni siquiera el casco me había quitado.

Asomé mi cabeza para ver si lograba observar algo, pero alguien jalo mi brazo y me empujó hasta el piso. Gracias a Dios no me había quitado el casco o me fuera dado duro en la cabeza.

Me puse de pies rápidamente y saque mi arma, pero esa persona pateó mi mano y voló mi arma al piso. Intente correr hacia ella, pero no me lo permitió. Me tomó del brazo y me pegó contra la columna del puente
.
Impulse mi cuerpo y mi brazo, dándole con el codo el pecho. Escuché el quejido y era voz de mujer. Me giré completamente y le lance un golpe. La tome por la camisa para ahora yo, pegarla de la pared. Quité rápidamente la capucha que tapaba su cara y me sorprendí al ver quien era.

Ella tomó mi asombro como distracción y aprovecho para lanzar una patada hacia mi abdomen... otro golpe allí. Sacó su arma y me apunto.

—Quieta —dijo.

Levanté la manos, no tenía mi arma conmigo y ella me estaba apuntando.

—Camina —me hizo una seña con su cabeza hacia la derecha— ¡Muévete!

Hice lo que me pidió, ella me seguía mientras me apuntaba con su arma. Me llevo al lugar de donde provenían las voces.

—Tenemos compañía —anunció la chica.

Justin, Khalil y Alfredo se giraron a verme. Había un hombre arrodillado en el piso, pero no podía ver bien su cara.

—¿Quién es está, Hailey? —dijo Khalil.

—Estaba espiándonos —respondió.

—Quítale eso de la cabeza —le ordenó Justin.

Hailey jaló mi casco dejándome al descubierto de la lluvia... y de Justin.

—¿Selena? —dijeron sorprendidos todos.

—¡Mierda, Selena! —Hailey abrió los ojos como plato— ¡Dios mío, lo sien...

—¿Qué haces aquí? —Justin me tomó del brazo y me aparto un poco de los demás.

—¡Tienes que salir de aquí, vete! —gritó el hombre que estaba arrodillado.

Empujé a Justin para poderlo mirar.

—¿Vince? —dije sorprendida—Pero, ¿Qué mierda?

—¿Lo conoces? —preguntó Justin.

—No le respondas nada, te van a matar. Mejor sal de aquí, Selena —dijo desesperado Vince.

—¿Qué mierda estás haciendo, Justin? —encaré a Justin.

—Este tipo tiene secuestrado a mi padre —lo apunto con su dedo.

—¿Qué?

—¡No lo escuches! —exclamó Vince— Él está confundido.

—Es policía, Justin. ¿Cómo puede tener a tu padre?

—Los policías son los primeros traidores —dijo frío— son unas ratas.

Otro golpe bajo el día de hoy.

Camine hacia Vince.

—¿Por qué tienes a su padre?

—Yo no tengo a su padre, no se quien tiene al capitán de la marina.

—¿Qué? —grité confundida— ¿De qué hablas?

—¿Recuerdas el caso del capitán secuestrado? —asentí ante la pregunta de Vince— Es Jeremy Bieber, ese es su padre.

Justin camino histérico hacia mí.

—¿Sabías que mi padre estaba secuestrado y no me dijiste nada? —me tomo por los brazos— ¡Habla!

—Me estas lastimando, suéltame —me quejé.

—¡Habla! —apretó más mi piel.

—¡Joder! ¬¬—lo empujé— ¡Te he dicho que me sueltes!

—¡Respóndeme Selena!

— Selena, ¿Cómo él sabe tu nombre? —preguntó Vince, sin embargo lo ignoré.

—¿Cómo se te ocurre creer que yo sabía que tu padre estaba secuestrado? Ni siquiera sabía que ese capitán era tu padre.

Justin resopló y camino hacia Vince. Apunto con su arma a la cabeza de mi jefe.

—Tienes una maldita oportunidad para decirme o te juro que te mandare al infierno.

—Te dije que no sé nada de tu padre —respondió Vince.

—¡Joder! —Justin pateo su estómago.

—Me voy a encargar que te pudras en la cárcel —dijo Vince, escupiendo sangre.

—Primero te mato.

—Justin... —dije sin aliento— No hagas esto, no estás pensando las cosas —me acerque a él— No dañes nuestro planes del futuro por una rabieta, me vas a matar si te llegan a encerrar por un error.

Justin duro unos minutos apuntando a Vince, pero después bajo el arma.

—¡Llévenselo de aquí! —ordenó.

Khalil y Alfredo tomaron a Vince y se lo llevaron no sé a dónde. Hailey vio la situación y decidió dejarnos a solas.

—¡Gracias a Dios! —dije aliviada abrazando a Justin— Lo siento mucho, ¿Por qué no me dijiste lo de tu padre?

—Ese no importa, tengo que encontrarlo —dijo mirando equis punto del rió.

Tome sus manos.

—Lo vamos a encontrar... juntos.

—¿Juntos? —me miró.

—Juntos —confirmé.

—No sabía que él era tu jefe.

—Ex jefe, estoy segura que cuando lo sueltes me botará.

—No permitiría que hiciera eso, ya lo veraz. No hay nada que una bala y dinero no puedan hacer.

—¡Ten cuidado, Justin!

—Siempre lo tengo, deberías de saberlo. Vamos a terminar con toda esta mierda que nos persigue y cuando eso pase nos iremos Canadá.

—¿Canadá?

—Sí, quiero que mis hijos nazcan allí y lejos de esta mierda en la que estamos metidos.

Sonreí.

—Entonces nos iremos a Canadá.

—Ya no nos vamos a separar más, ya no —susurró.

Tome su nuca y lo besé.

—Ya no —confirmé.


BIZZLE - Jelena (adaptada) {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora