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Nam Joon estaba en dirección hacia su única ayuda

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Nam Joon estaba en dirección hacia su única ayuda. No llevaba nada consigo más que su teléfono. En realidad no necesitaba nada más porque la persona con la que se iba a encontrar nunca le pedía ningún tipo de explicaciones sobre sus raras peticiones. Esperaba que esta vez así fuera también. Hacía un tiempo no lo veía y sentía que sólo iba a verlo cuando le interesaba algo. Y bueno, era más o menos así en realidad.

Cruzó la calle apresurado y al otro lado se detuvo frente a las puertas de un gran edificio. Los vidrios relucían tanto que parecían espejos. Se acomodó un poco el pelo y sonrió. Seguido, tocó uno de los botones que había cerca de la puerta. Específicamente el del piso n°6. Esperó a que alguien atendiera.


—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarlo? —se escuchó la voz de una muchacha.


—Necesito ver al Dr. Kim, dígale que soy Nam Joon—contestó el rubio.


—Bien, aguarde un momento.


Unos treinta segundos después, la puerta se abrió y Nam Joon ingresó al lugar. Era todo un consultorio privado de médicos, algo así como un hospital, pero con los despachos separados. Subió por el ascensor hasta el sexto piso y, al llegar, fue recibido por una joven de cabello rubio largo, con una simpática sonrisa.


—El Dr. Kim lo recibirá enseguida—le dijo, y lo invitó a que esperara sentado.


Nam Joon asintió y esperó. Tomó una tablet que había sobre la mesita y empezó a husmear las noticias del día en ésta. No había nada interesante, así que después de pasar tres o cuatro páginas la volvió a dejar en su lugar. Después su vista se desvió hacia una puerta que se había abierto. El Dr.Kim lo saludó con la mano enérgicamente y le hizo seña para que entrara a su consultorio.


—Vaya, mira por dónde te dignas a visitarme—dijo el joven—¿Qué quieres de mí esta vez, Nam?


El rubio se sentó en una silla frente al escritorio con un semblante de arrogancia que lo caracterizaba bastante. Se tomó el mentón y lo acarició mientras sonreía.


—¿Por qué siempre crees que tengo algo que pedirte?


—Porque es así, siempre que me visitas es por algo y no precisamente para invitarme a una café.


Jin era un joven de veintiocho años, un reconocido médico de la zona. Era alto, con un cabello de color castaño claro, su rostro era como el de un príncipe de cuentos de hadas, también su actitud. Era todo un caballero, simpático y su tono de voz era calmado y dulce.

HUMANOID "00" [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora